MIERCOLES 3 DE MAYO DE 2000

Ť Agentes estatales y federales han sido abatidos por sicarios


En Sinaloa, el narco aún cobra deudas pendientes

Javier Valdez Cárdenas, corresponsal/ y II, Culiacán, Sin., 2 de mayo Ť Pareciera que en estas tierras, origen de narcotraficantes tristemente célebres como Rafael Caro Quintero, Ernesto Fonseca Carrillo, los hermanos Arellano Félix, Joaquín Guzmán Loera, Amado Carrillo Fuentes e Ismael Zambada, grupos diseminados de capos siguen cobrando deudas pendientes contra agentes de corporaciones policiacas.

El último crimen de este tipo ocurrió el pasado viernes 28 de abril. Apenas dos cuadras después de salir de su domicilio, en una colonia de Culiacán, fue asesinado a balazos Williams Alfredo Román García, coordinador de Investigaciones de la Policía Ministerial del Estado (PME), en una certera agresión protagonizada por un grupo de por lo menos cinco sicarios.

Quien fuera subdelegado de Control de Procesos de la Procuraduría General de la República (PGR) en Sinaloa, investigaba la operación de grupos armados al mando del narco, que podrían ser los mismos que una semana antes habían asesinado a dos agentes de la Policía Federal Preventiva (PFP), luego de que éstos les pidieron que se abrocharan los cinturones de seguridad en una autopista de la entidad.

Dos meses atrás, un comando de características similares atacó y asesinó a balazos a dos jóvenes agentes de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM), a quienes ni siquiera les dieron oportunidad de defenderse ni bajarse de la patrulla, en hechos ocurridos en la colonia Las Vegas.

Otros crímenes

En enero de 1996, Jorge Aguirre Meza, ex director de la Policía Preventiva de Navolato, fue asesinado antes de llegar a su domicilio. El hoy occiso fue defensor de los derechos humanos, regidor perredista, e hizo fuertes denuncias contra la presencia del narcotráfico en esta comunidad, por lo que recibió innumerables amenazas de muerte.

En 1993, durante el sexenio de Renato Vega Alvarado, fue asesinado en el Parque Hundido de la ciudad de México Francisco Rodolfo Alvarez Fárber, quien fue procurador de Justicia y delegado de la PGR en Sinaloa durante el mandato del actual candidato del PRI a la Presidencia de la República, Francisco Labastida.

Después, el turno fue para el ex director de la Policía Judicial del Estado (PJE) -también en el sexenio de Labastida-, mayor Lorenzo Gorostiza Castro, asesinado a balazos cuando un grupo de sicarios le disparó desde un vehículo en marcha en un tramo de la carretera Mazatlán-Rosario.

En septiembre de 1990 fue asesinado el jefe de seguridad de Labastida Ochoa, Adelaido Valverde, en un posible enfrentamiento con un grupo de la Policía Judicial Federal (PJF), que al parecer custodiaba y facilitaba la huida del narcotraficante Héctor El Güero Palma Salazar, preso en Almoloya.

A esta lista se agregan las muertes de Pedro Peñuelas Trasviña (1993) y Francisco Javier Bojórquez Ruelas (1995), comandantes de la PJE durante el sexenio anterior; el homicidio de Eduardo Verástica Valenzuela en agosto de 1993, subdirector de la Dirección de Seguridad Pública Municipal de Culiacán, presumiblemente a manos de sicarios al servicio del narco, y el de Humberto Delgado, ex jefe de Investigaciones de la Judicial estatal.

La mayoría de estos casos, por no decir que todos, engrosan los archivos de la impunidad en Sinaloa.