MIERCOLES 3 DE MAYO DE 2000

Ť Compay Segundo, el 6 de mayo, en el Auditorio


Lo mejor de la vida, una copa de ron, un tabaco y una guitarra

Juan José Olivares Ť Hablar de la historia del son cubano es hablar del corazón de Compay Segundo. La leyenda de 93 años de Buena Vista Social Club está de nuevo en México para presentar el próximo sábado, en el Auditorio Nacional, su último disco, Calle salud.

El músico repentista ("el que le canta a lo que sea y cuando le brota") irradia luz y color tabaco en cada palabra que brota en una conferencia de prensa que devino monólogo trashumante en el que no se cansó de transmitir su vitalidad, sobriedad, amor, libertad y alegría; "la que pienso dar al pueblo mexicano con mi arte".

segundo-campay-jpg Francisco M. Repilado, mejor conocido como Compay (bautizado por un locutor en 1948 de Radio Cadena Habana) habla de "su misión en la tierra: lo que que tenemos que llevar los artistas a los pueblos es alegría, para que bailen y brinquen; yo no les traigo luto y dolor; los amigos se dan amistad, no cañones (balas)".

Compay comenzó a tener sensaciones musicales desde los 7 años, cuando aprendió los oficios de Sindo Garay: músico y tabaquero. Hace sus primeras apariciones en diversos grupos como el de Nico Saquito, en La Habana glamorosa de los años treinta. Integra el cuarteto Hatuey, con el que visita México en los cuarenta, para regresar a la isla y cantar al lado de Benny Moré y Miguel Matamoros. Forma Compay Segundo y sus muchachos --con los que grabó su primer disco acompañado de Pío Leyva--, ya en la época del surgimiento de la televisión y la industria discográfica. No obstante, y por los problemas políticos de Cuba, vuelve a su oficio de tabaquero, donde descubre otra vez "lo mejor de la vida: tener una guitarra, un tabaco y una copa de ron a lado", hasta que a partir de 1982 es redescubierto con toda esa constelación de excelentes músicos cubanos en la agrupación Buena Vista... con los que ha tenido una verdadera y trepidante escalada a la fama.

Pero los años para Compay son nada: "Tengo fumando puro 87 años. Mi abuela vivió hasta los 115 años, y si yo llego a esa edad, voy a pedir prórroga. He sido una persona que siempre se prepara para el mañana. Todos debemos tener un modo de vivir, porque si no lo tenemos, seremos unos viejos fracasados, y lo más triste es ver a un viejo arrinconado. Yo les digo a esa personas que se activen, a las mujeres que se pinten... y a bailar".

El año pasado que actuó en el Metropólitan ("que yo vi cuando lo construyeron, cuando salí en México en las películas México lindo y Tierra brava, en 1938"), como ahora, interpretará no sólo canciones tradicionales cubanas "de los años mil 800, sino que también algunas mexicanas como La malagueña, para mostrarles mi capacidad de ejecución".

Compay es el único ser musical por el cual los años son interminables segundos de vivencias sonoras y soneras que calan desde principio de siglo, desde que comenzó a cantar en Santiago de Cuba hasta ahora que sigue cantando y soñando. Recita: "las flores de la vida, qué lindas son; tarde o temprano llegan a tu lado con su esplendor ('Ƒqué sigue?', pregunta)... no las desprecies, que ellas han llegado para significar la fuente de tu inspiración".

Y habla y habla sin parar, como lo hace al cantar: "El resurgimiento de la música cubana fue por la capacidad de cantar no sólo canciones cubanas, sino de otros países para demostrar que los cubanos sabemos interpretar música mexicana, africana, de todo. Hay que hacer música para la juventud (de cualquier edad), que no es algo frío, sino caliente.Tiene que ver también que el músico cubano, si es bueno, vive mejor que antes de la Revolución".

Mientras el olor de su puro nos penetra, el santiagueño continúa: "No importa en qué país toque ("he tocado en casi toda Europa"), aunque no entiendan mi idioma, les gusta, porque dicen que lo importante es ser expresivo, que me lo ha dado tener muchos años".

Dice que su secreto para llegar a tanta edad es pensar siempre en el futuro, "es como un auto que si no lo corres, en vez de que te dure 10 años te durará 20; yo trabajo un día sí y otro no, pa' conservarme. La salud se cuida. hay que tener cuidado con la contradicción de espíritu y materia. El espíritu te dice: tómate ese vaso de ron, mientras que la materia contesta: no te lo tomes porque te afecta. Así de fácil", precisa el maestro.