MIERCOLES 3 DE MAYO DE 2000
Ť Juan Gelman habla de su antología En el hoy y mañana y ayer
Crear una atmósfera poética con la música y la palabra es mi obsesión
Ť Corregir cosas publicadas es algo que casi no me sucede, confiesa el escritor argentino
Ť La triple concurrencia entre imaginación, vivencia y expresión produce felicidad, dice
César Güemes Ť Un buen día, a los 14 años, Juan Gelman comenzó a bailar tango. Un mal día, poco después, su equipo de futbol preferido, Atlanta, se fue sin remedio a la segunda división. Ese contrapunto de emociones lo ha acompañado a lo largo de su ya muy amplia trayectoria como escritor. Es por eso que la plática, con motivo de su nuevo libro En el hoy y mañana y ayer (UNAM), inicia con la memoria del joven Gelman en el barrio argentino de Villacrespo en el cual, dice el poeta, ''tuve que seguir todas las etapas de 'formación'. Es decir, el café a partir de cierta edad, y a otra lo que llamábamos la milonga: ir a lugares de baile donde no se oía más que tango".
El baile al que fue asiduo tenía por entonces algunas peculiaridades extra a las de rigor: ''Los muchachos nos situábamos en dos puntos, las mujeres de un lado, los varones del otro. Para invitar al baile se usaba el 'cabeceo', es decir, mirar fijo a una muchacha de enfrente, esperar que lo viera a uno, hacer un movimiento de cabeza y aguardar a que la joven accediera o se hiciese la desentendida. Si las cosas andaban bien, o sea si la relación del baile funcionaba, se insistía y la muchacha bailaba de nuevo con uno. Y sólo hasta la tercera o cuarta pieza, se comenzaba a hablar, porque antes era necesario ver si se ponía uno de acuerdo con el cuerpo. Por eso no coincido plenamente con la definición de Borges de que el tango es una manera de caminar; para mí siempre el tango ha sido una manera de conversar antes de usar la palabra.
Relación con el barrio y el café
''Y luego, en el exilio me di cuenta que hay autores de letras de tango que son verdaderos metafísicos. A lo mejor esa queja por la ausencia de la mujer expresa otras pérdidas por otras ausencias. Es por eso que en el libro Citas y comentarios, donde interrogo la escritura de San Juan de la Cruz o de Santa Teresa, también aparecen textos que tienen que ver con grandes escritores de tango, como Homero Mansi, que en ese momento confluían perfectamente con mi estado espiritual. Hay quien dice que el tango habla de todo, pues lo mismo pasa con la poesía."
-ƑA qué edad aprendió a bailar?
-A los 14 años, en la esquina del mercado de Villacrespo, por la noche. Nuestro maestro era Alfredito, un muchacho como nosotros los de entonces, sólo que un poco mayor. Ahí se nos veía a la luz del farol, a todos los de la barra, bailando.
-ƑCuáles han sido sus cercanías con los que hacen el tango?
-Conocí a Osvaldo Pugliese, Astor Piazzola, a uno de los Expósito y muy circunstancialmente a Mansi. Pero el músico con el que me acerqué para trabajar era en aquel entonces más joven que yo, Juan Carlos Cedrón. El le puso música a muchos poemas míos y juntos intentamos la aventura de una ópera en la que traté de concretar algo que siempre me obsesiona, el tema de crear una atmósfera poética no mediante la acción sino a través de la música y la palabra.
-ƑEn algún momento dejó de practicar el baile?
-Pues, creo que luego de casarme; tuve hijos y las salidas nocturnas se interrumpieron. Lo que no se ha acabado es mi relación con el barrio y el café. Eso es algo, son elementos que no se pueden hacer a un lado. Forman parte de uno mismo por donde vaya. El barrio se lleva y funciona como compañía y desde luego como arraigo.
La historia de lo ocurrido con el equipo Atlanta, rival acérrimo de Chacarita, merece un cigarro de los extra largos que gusta fumar Gelman. Lo enciende en cuanto escucha la pregunta.
-ƑEl deporte fue un factor que influyó en su formación?
-Me gustaba el futbol, claro. Pero con eso ocurrió una desgracia: mi equipo favorito se fue al descenso.
-ƑCuál era?
-Atlanta. Y aquel fue un año de sufrimiento intenso. Por eso cuando algunos leen mi poesía y dicen que hay zonas de un porteño cabal, por lo tristes, en realidad a veces pienso que esa tristeza me viene de aquel descenso del Atlanta.
Los boleros, comunicación absoluta
-De modo que en Argentina no sólo se dividen los ánimos entre el Boca Juniors y el River Plate.
-Claro que no. En mi barrio se dividían entre Altanta y Chacarita.
La conversación continúa por los rumbos de la música, sólo que ahora toca el turno a la que viene de fuera o se escucha en un sitio distinto de Argentina: ''Dentro de la música popular, yo creo que me gusta toda. En particular los boleros, porque ahí hay una comunicación absoluta. En lo que en su momento se llamaban 'tés danzantes', cafeterías digamos para gente más fina, lo que había era una orquesta de tango y una de bolero. Desde luego que la penumbra del lugar era auspiciosa para ciertas relaciones que provenían del tango por la cercanía de los cuerpos y del bolero por la intimidad de sus temas."
-Así que México le había llegado desde tiempo atrás, por el bolero.
-Así es, aunque no faltó el tanguero argentino que escribió boleros, ni el autor de boleros mexicanos que escribiera tangos, uno de ellos el más famoso que tenemos aquí, Agustín Lara. Mientras que Homero Expósito escribió algunos boleros. Y por su lado Virgilio Expósito, hermano del anterior sólo que pianista, también hizo una cantidad de boleros muy respetable.
-ƑEs esta música la que lo ha acompañado cuando escribe o lo hace en silencio?
-Escribo en el mayor silencio posible.
-En el hoy y mañana y ayer se compone de textos provenientes de 20 libros y la selección es propia. ƑSe permitió corregir?
-No, nada. Me hago responsable de los textos desde el inicio. Corregir cosas publicadas es algo que casi no me sucede. En general, los cambios que realizo son previos. Alguien dijo que uno no termina el poema sino que lo abandona.
-Lo que sí ocurrió al realizar una antología personal fue descartar algunos textos que quizá sea una manera de corregir.
-Descarté, claro. En general mi modo de corregir es tirar a la basura los textos que no me parecen. He escrito mucho y también, desgraciadamente, publicado mucho. Así que al armar una antología se descartan cosas que por un lado parecen un tanto flojas y que, por otro, no entran en el eje o el espíritu que guía la formación del libro.
-ƑCuáles fueron los criterios?
-Marco Antonio Campos me había solicitado una antología de poemas amorosos. Al pensar en eso me di cuenta que no podía limitarme a la concepción amorosa tan sólo del hombre a la mujer, porque dejaría fuera el amor que se le tiene a los padres, los hijos, los nietos, en fin. Ese fue el criterio que usé para este libro: lo que me interesaba era conseguir un nivel más o menos parejo entre los textos.
-Al repasar esta antología que hace, Ƒpodría decir que es una especie de diario o de semanario?
-Tengo la ilusión de que funcione como un diario poético. La biografía de cada quien tiene que ver con lo que se escribe, pero lo que se escribe no se reduce a los hechos ni es autobiográfico por necesidad. Es decir, la experiencias marcan la producción en el campo vital, entendiendo esto como la creación de obsesiones. Eso obliga a la imaginación a interrogar la vivencia que produce esas necesidades. Esa vivencia es la que tiene que ver con la realidad, pero como la realidad tiene mil rostros, los hechos vividos tampoco son absolutamente definidos.
''Así que el esfuerzo de la imaginación por revisar esos rostros y por traducirlos en expresión es lo que puede constituir un diario poético.''
Un poema nunca se termina
-Puede ser que las obsesiones permitan leerse como tenacidad para conseguir o esclarecer un objetivo.
-En esa tenacidad puede haber incluso contumacia. Y esto en ocasiones produce momentos de felicidad, cuando uno por lo menos cree que se ha dado la triple coincidencia entre imaginación, vivencia y expresión. En general la distancia entre esos tres elementos suele ser grande. Por eso un poema nunca se termina.
-En este libro podemos ver al más joven poeta Juan Gelman. ƑQué opinión le merece?
-Es parte de mi historia o casi de mi prehistoria porque han pasado muchos años entre entonces y ahora.
''Desde luego que con el tiempo, las experiencias, las lecturas, los encuentros y desencuentros, la vida de cada quien se enriquece desde todo punto de vista. Por eso veo a ese joven Gelman con agradecimiento y con distancia.''
Además del homenaje que recibió el pasado domingo en Bellas Artes y de su nuevo libro, el nombre de Juan Gelman ha estado en los diarios desde hace varios meses con motivo de la búsqueda que hizo de un familiar querido.
El último cigarro de la tarde que el maestro argentino comparte, permite cerrar la plática.
-Para reposo de sus lectores debo preguntarle, ahora que es público el hecho de que en Uruguay encontró a la persona que buscaba, Ƒqueda usted en paz?
-Sí. Ese encuentro me brindó una gran alegría.
(En el hoy y mañana y ayer se presenta hoy miércoles, a las 19:00 horas, en la Casa Universitaria del Libro, Orizaba y Puebla, colonia Roma, con la presencia del autor y los comentarios de Marco Antonio Montes de Oca.)