MARTES 2 DE MAYO DE 2000
Ť Propone Canacintra usar 2.5 por ciento del PIB para desarrollo tecnológico
La pequeña empresa requiere mil millones de dólares al año
David Zúñiga /I Ť El apoyo a las multinacionales y a las grandes compañías mexicanas fue ''la medicina'' que ayudó al país a salir de la crisis de 1994-95, pero los beneficios de este tratamiento podrían revertirse a menos que el gobierno revitalice cuanto antes a las micro, pequeñas y medianas empresas con una inyección presupuestal de mil millones de dólares anuales, asegura el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), Raúl Picard del Prado.
Entrevistado en sus oficinas de la cámara, Picard reconoce que la parte macroeconómica ''está resuelta'', pero la pequeña empresa sigue sin recibir apoyo ni crédito y en un mercado interno contraído. La reciente aprobación de las leyes de Garantías y de Concursos Mercantiles, advierte, es un arma de dos filos, pues ''los bancos podrán cobrarle de inmediato a quien no pague. Dicen que van a bajar las tasas de interés, Ƒpero quién se arriesgará a crear una micro o pequeña empresa si eso implica la posibilidad de perder el patrimonio de toda una vida? No creo que haya quien lo haga''.
La propuesta de Picard consiste en destinar cada año mil millones de dólares del presupuesto a un fondo de garantías y desarrollo empresarial en el cual el gobierno, a través de Nacional Financiera (Nafin), asuma 80 por ciento del riesgo. Cada préstamo sería por un monto máximo de 25 mil dólares. Nafin, afirma, podría ayudar ''de golpe'' a entre 50 mil y 60 mil empresas al canalizarles créditos pequeños a través de la banca de primer piso, lo que incrementaría el volumen de operación de las instituciones financieras y contribuiría a bajar las tasas de interés.
Sin embargo, si cada empresa recibiera esa suma sólo se beneficiaría a poco más de 40 mil, 1.4 por ciento de las cerca de 2 millones 775 mil microempresas que hay en el país, de acuerdo con el censo económico de 1999.
Otra parte de la propuesta, explica, es ''prestarle a las ideas tecnológicas'' a través del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), que recibe apenas 0.3 por ciento del producto interno bruto (PIB) y debe cumplir numerosos y complicados trámites. Estados Unidos destina 2 por ciento de su PIB al desarrollo tecnológico; dadas las circunstancias, México debería utilizar ''un mínimo de 2.5 por ciento'' y otorgarlo con mecanismos ágiles.
Se le pregunta de dónde va a salir el dinero para estos programas. Picard del Prado responde que así como se buscó dinero para pagar los pasivos del IPAB se deben encontrar fondos para apoyar a las empresas.
Una posible fuente, dice, son los ingresos adicionales por ventas de petróleo. ''ƑQué es más importante: ponerse al día (en el pago de la deuda) o reactivar la economía?''.
Los mil millones de dólares anuales que solicita para apoyar a las micro y pequeñas industrias, argumenta, ''no son nada'' en comparación con el producto interno bruto, y ni siquiera es dinero perdido, ya que ''el micro y el pequeño son grandes pagadores, son los que más cuidan el crédito''. Quizás se pierda 30 por ciento del fondo, pero a cambio se revitalizaría a 50 mil o 60 mil empresas al año, sostiene
--ƑNafin tiene que volver a ser banca de primer piso?
--Si la banca no asume de inmediato su papel de detonador económico, Nafin tendrá que hacerlo. La micro y pequeña industria mexicana no aguanta otros dos años.
''También necesitamos generar consumo para las micro y pequeñas empresas; para ello, debe ser obligatorio que 30 por ciento de las compras del sector gubernamental se hagan a estas compañías, lo que contribuirá a hacer más equitativa la distribución del ingreso, resuelve el problema de fomento industrial''. Al gobierno, concluye, le ha faltado planeación y visión de largo plazo. ''Hay que dejar de ganar hoy para ganar más mañana. Es lo que hacemos los industriales''.