SABADO 29 DE ABRIL DE 2000
Los pueblos indios en el discurso electoral
* Adelfo Regino Montes *
En el reciente debate electoral, protagonizado por todos los candidatos de los diversos partidos que aspiran a gobernar el país, los problemas y aspiraciones de nuestros pueblos indígenas siguen siendo un tema marginal, salvo notables excepciones. Lo anterior, pese a que en los últimos años los asuntos indígenas han sido tratados con gran amplitud y profundidad, sobre todo en el marco de los diálogos sobre derecho y cultura indígenas protagonizados por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), por el gobierno federal y por amplios sectores de la población nacional, incluidos de manera especial los representantes indígenas.
En este contexto, los candidatos diversos han asumido de manera esencial dos visiones y percepciones sobre los asuntos indígenas:
1. Aquellos que fieles a la tradición política mexicana han refrendado la denominada "política asistencialista e integracionista", que reduce los problemas de nuestros pueblos sólo a la pobreza material y económica. De esta forma, en la actual contienda electoral los representantes máximos de esta posición lo son sin duda alguna Francisco Labastida Ochoa (candidato del PRI) y Vicente Fox Quesada (candidato del PAN y el PVEM). Aunque en el debate en referencia nada dijo Francisco Labastida acerca de los pueblos indígenas, en numerosas ocasiones ha afirmado que muchos de los problemas de nuestras comunidades se superarían aumentando los recursos de Procampo. De manera especial, esta fue la afirmación que Labastida hizo en Oaxaca en uno de sus recientes viajes. Y en relación con el EZLN, ha dicho que estaría dispuesto a asignar mayores recursos financieros a la zona en conflicto y a convertir en policías a los rebeldes zapatistas.
De igual modo, aunque en un principio se había manifestado en favor de la autonomía indígena, Vicente Fox ha afirmado en declaraciones recientes, que en el fondo lo que todo indígena mexicano quiere es una tele, un vocho y un changarro. Pero quizá la expresión más contundente de su visión asistencialista hacia los pueblos indígenas, se dio en el reciente debate electoral al afirmar que que "en el campo está la mayor pobreza del país", y aseguró que trabajará con las comunidades indígenas creando una oficina especial en la residencia de Los Pinos (La Jornada, 26 de abril, página 3). Ambas posiciones, tanto la de Labastida como la de Fox, no significan más que la continuidad de las políticas públicas que el Estado mexicano ha impulsado hacia los pueblos indígenas desde la década de los veinte. En estas políticas públicas nuestros pueblos son concebidos como simples objetos que merecen la caridad y asistencia del gobierno, y que nuestras comunidades indígenas viven en la extrema pobreza porque la cultura indígena no permite que haya progreso y desarrollo al interior de las mismas. El resultado de estas políticas integracionistas está a la vista: los pueblos indígenas somos ahora el sector más marginado y excluido del país.
2. Una segunda visión y percepción sobre los asuntos indígenas está directamente relacionada con la cultura de la tolerancia, la comprensión, el respeto y la pluralidad que han soplado fuerte en los últimos tiempos, gracias al empuje de sectores tradicionalmente marginados y excluidos. Quienes mayores muestras han dado de estar colocados en esta posición, lo son fundamentalmente Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Manuel Camacho Solís. En menor medida estarían Gilberto Rincón Gallardo y Porfirio Muñoz Ledo.
En el debate electoral de marras, Cuauhtémoc Cárdenas (candidato de la Alianza por México), al referirse a los temas de carácter político y consecuente con lo que ha dicho en muy diversas ocasiones, "ofreció un gobierno que cumpla los compromisos adquiridos, como los acuerdos de San Andrés en materia de derechos y cultura indígenas, pues con ello, dijo, llegará la paz en Chiapas" (La Jornada, 26 de abril, página 2). Aunado a lo anterior, se "manifestó en favor de ampliar la cobertura de Progresa y Procampo a toda la población que lo requiera sin presiones partidistas o clientelares" (La Jornada, 26 de abril, página 3). En la misma dirección, Manuel Camacho (abanderado del PCD) cuestionó fuertemente a Francisco Labastida por haber incumplido los acuerdos de San Andrés, y consideró, como una de las prioridades nacionales, solucionar el conflicto en Chiapas. Sólo de manera muy general Porfirio Muñoz Ledo y Gilberto Rincón Gallardo se refirieron a los pueblos indígenas. El primero, al tocar el tema de la autonomía indígena, y el segundo, al hablar de la diversidad y de las minorías.
Este segundo posicionamiento de los candidatos es consecuente con los reclamos y las reivindicaciones que hoy día estamos haciendo los pueblos indígenas de México. Bastaría con recordar que una de las exigencias fundamentales de numerosos pueblos indígenas del país, lo es precisamente el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés para que éstos sean reconocidos en la Constitución mexicana conforme a la propuesta de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa). Como lo hemos dicho, ello significaría reconocer a los pueblos indígenas como sujetos plenos y no como simples objetos.
Al realizar lo anterior, también se estaría reconociendo la libre determinación y la autonomía a los pueblos indígenas. En síntesis, con esta nueva visión y percepción de los asuntos indígenas, estaríamos dejando atrás la política asistencialista del actual régimen y posibilitando al mismo tiempo un nuevo trato entre los pueblos indígenas, el Estado mexicano y la sociedad, conforme a los acuerdos de San Andrés. *