SABADO 29 DE ABRIL DE 2000

Alerta en el Vaticano por la salud del Papa

 

* Bernardo Barranco V. *

Aunque nadie quiere aceptarlo abiertamente, la Iglesia vive ya una sensación de fin de pontificado. En Semana Santa pudimos comprobar, a través de la televisión, el penoso e inexorable debilitamiento físico del papa Juan Pablo II. Ni las jerarquías locales ni la estructura vaticana admiten, al menos públicamente, la atmósfera de inquietud y de sucesión que se experimenta. En el diario francés Journal de Dimanche el cardenal de París, Jean Marie Lustiger, expresó saber "que la enfermedad del pontífice es una parálisis progresiva del cuerpo", no mencionó el mal de Parkinson, si bien las facultades mentales y espirituales están intactas, el mal avanza. Marco Politi, uno de los biógrafos y vaticanistas más reconocidos en Italia, escribió, según Notimex, que es la segunda ocasión en pocos meses que un alto representante de la jerarquía católica internacional llama la atención sobre el agravamiento físico de Papa. La primera fue un escándalo, los romanos abrieron los periódicos el 10 de enero con un cable de ANSA, en el que se aseguraba que el obispo progresista, Karl Lehmann, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, había pedido la dimisión del Papa. Esta nota fue desmentida y corregida por el propio obispo: "Ciertamente veo un Papa anciano, pero muy presente. Yo dije que para la Iglesia es oportuno tener un Papa fuerte. Dije también que, según la disciplina de la Iglesia y el derecho canónico, las dimisiones de un Papa serían posibles, y que estoy convencido de que nuestro Santo Padre tendría la valentía y la fuerza, en caso de que un día lo considerara oportuno, de tomar una decisión en este sentido. Añadí también que, después de Celestino V, en la Iglesia no ha tenido lugar un acontecimiento de este género (Zenit).

Se está abriendo la posibilidad, depende del propio Juan Pablo II, de que se anticipe el cónclave que defina al sucesor, debido a su renuncia voluntaria. Esta podría realizarse después de la clausura del Jubileo, 6 de enero del 2001 y, según corren los rumores en los pasillos vaticanos, Juan Pablo II se recluiría en un monasterio polaco. Esta hipótesis, nada nueva por cierto, tiene dos aristas. Primera, que Karol Wojtyla influya en el nombramiento del sucesor e incluso determine la agenda y plan de trabajo de la nueva cabeza de la Iglesia católica. La segunda, es que coexistirían dos Papas, situación probable, pero inédita en los tiempos modernos.

Expertos y vaticanistas han pronosticado, desde 1994, la muerte cercana del Papa. Este continúa viajando, escribiendo libros, encíclicas y batiendo récords de audiencia. Sin embargo, durante este año, las expresiones de preocupación rondan entre las principales conferencias episcopales. Si con el alemán Lehman, la reacción de la curia romana fue de rechazo e irritación, ahora con Lustiger, el cardenal parisino más wojtyliano de Francia, la actitud no puede ser la misma. ƑLa catolicidad deberá prepararse, ante el empeoramiento físico, a nuevas fórmulas y situaciones? Después de México, enero de 1999, ha visitado Africa y Asia, recientemente estuvo en Egipto y "Tierra Santa". Pese a sus detractores, principalmente europeos, no es un "Papa en formol", sus pocas energías las concentra en el gran año jubilar, y, por supuesto, las tareas de gobierno propiamente dichas, recaen en su número dos, el cardenal Angelo Sodano.

Giancarlo Zízola, otro reconocido vaticanista, plantea en su libro La reforma del papado, publicado a fines de 1999, que una de las grandes tareas pendientes que se ha impuesto el pontífice polaco es la reforma del papado y particularmente de los mecanismos de elección. Según Zízola, Karol Wojtyla mira con fascinación hacia el pasado y revisa las diferentes fórmulas en que la comunidad de creyentes, no sólo los cardenales reunidos en cónclave, elegían al sucesor de Pedro. ƑEl Papa aplicará nuevas fórmulas para elegir a su sucesor?

En varias ocasiones el Vaticano ha acallado las voces de muerte, pero no los rumores sobre el precario estado de salud del Papa. El "atleta de Dios" está más agotado que nunca. El fin parece próximo. En Roma suele decirse que ningún Papa está enfermo hasta que muere. Y es que por mucho que el Vaticano lo quiera ocultar, hay una sensación de fin de época en torno al Papa. El mito del atlas cede al mito del patriarca que sufre por el mundo y carga una cruz de dolor. Ultima pregunta, Ƒqué quiso decir exactamente el Papa, y cómo interpretar, cuando en la Semana Santa pidió que se orara por él? *