Ť PURASANGRE
Aventureros y farsantes
1. No es ninguna alusión política ante los tiempos que corren. Es el título de una serie libresca que acaba de entrar en circulación y que lleva por nombre Aventureros y farsantes. De entrada, Dumas, Salgari, Hope, Meade Faulkner, Kipling y Stevenson son seis de los clásicos de la novela de peripecias que ofrece al público lector Plaza & Janés en estas seis ediciones impresas en España.
2. Por el mismo orden de aparición, los títulos para atravesar la temporada de calores que se ha desatado, son El tulipán negro, Los tigres de Mompracem, El prisionero de Zenda, Moonfleet, Capitanes intrépidos y La flecha negra. Los autores y el título de sus obras explicarían casi por sí mismos el nombre y apellido de la serie, aunque cabe hacer una mínima reflexión en torno del género. La novela de peripecia, de aventura, lejos de resultar ''de evasión", como señalaron en algún momento los ''críticos", es un tipo de narración amplia (los volúmenes tienen en promedio 300 páginas) que ofrece la posibilidad del viaje externo sin necesidad de desplegar ningún navegador en ninguna pantalla.
3. En principio, cualquier otro texto novelado llevaría de la mano a su visitante por territorios desconocidos, pero la literatura intimista, inmóvil, quieta hasta el hastío que comenzó a campear luego del último tercio del siglo pasado, vino a dar al traste con la idea de que un libro es una ventana y no un confesionario vacío. Para fortuna de los autores que comienzan a dar cuerpo a Aventureros y farsantes, en su momento ni las penurias económicas ni la imposibilidad de viajar (como en el caso de Salgari), les impidieron realizar sus propuestas estéticas.
4. La máquina del tiempo, que no requiere de efectos especiales, resuena por ejemplo en Malasia: ''La noche del 20 de diciembre de 1849, un violentísimo huracán se desataba sobre Mompracem, isla salvaje de siniestra fama, refugio de terribles piratas, situada en el mar de Malasia, a pocos centenares de millas de las costas occidentales de Borneo". O se van, si no es con Salgari con Kipling, a otro extremo: ''La puerta de barlovento del salón de fumar, abierta, dejaba entrar la niebla del Atlántico Norte, mientras el gran trasatlántico se balanceaba y elevaba merced a las olas, haciendo sonar la sirena para advertir de su presencia a la flota pesquera".
5. Seis novelas seis, suficientes para que mayo se convierta en junio y las feroces lluvias pronosticadas hagan virar el ánimo hacia otros puertos de la existencia lectora.
Ť César Güemes Ť