DOMINGO 23 DE ABRIL DE 2000
Ť El profesor niega ser dirigente intelectual del movimiento estudiantil
El CGH está golpeado, pero no derrotado: Javier Fernández
Ť Para el docente, las reformas de 1997 constituyen el "nudo" del actual conflicto en la UNAM
Roberto Garduño/ I Ť El nudo del conflicto en la Universidad Nacional son las reformas de 1997 -que establecen un límite para cursar estudios profesionales y bachillerato y reglamentan el pase automático-, porque "repercuten en la expulsión de 65 por ciento de los alumnos que entran a la UNAM, pues no terminan sus carreras en el tiempo fijado por las autoridades", establece Javier Fernández, profesor de cálculo diferencial e integral de la Facultad de Ciencias.
-Visto de esa forma el conflicto de las reformas de 1997 es un asunto serio...
-Si el problema fuera para unos cuantos alumnos, Ƒentonces por qué las autoridades han provocado un problema de esta envergadura? šEs una provocación fenomenal!
"La matriz de todo esto es reducir el presupuesto para la educación pública. Se trata de no pagar los estudios de alumnos pobres, porque éstos no reditúan. Y debe quedar claro: la universidad no mantiene a nadie. Sólo se creó para impartir clases, y no mantiene a nadie, eso es mentira. Lo único que queremos, los que nos oponemos a eso, es que los estudiantes tengan tiempo de terminar sus estudios y poder hacer sus exámenes extraordinarios".
-ƑEsa lucha implica llegar a los límites de qué?
-A que el gobierno no quiera pagar la educación. Las autoridades han venido calculando erróneamente este movimiento, aunque después del 6 de febrero se nos dio un golpe.
-ƑGolpe o derrota?
-Golpe. Yo digo que este es un movimiento golpeado, pero no derrotado. El cálculo que hicieron es que con la entrada de los militares (ocupación de las instalaciones universitarias por la Policía Federal Preventiva el 6 de febrero pasado) se iba a derrotar al movimiento. La campaña ha sido abrumadora.
Javier Fernández fue expulsado de la UNAM en 1977. Desde entonces, distintos profesores y trabajadores del Departamento de Matemáticas de la Facultad de Ciencias cooperan quincenalmente para sumar una cantidad de dinero con la intención de ayudar económicamente al docente. Desde hace más de un mes no va a su domicilio, pues existe una orden de aprehensión en su contra. De esa forma acepta declara a título personal en torno al Consejo General de Huelga.
-Se dijo que usted y Guadalupe Carrasco estaban detrás del CGH. Y después hubo una especie de desaparición de su parte.
-Yo siempre he participado desde la Facultad de Ciencias, desde el comienzo, durante y al final. Después del 6 de febrero mi participación en Ciencias ha sido visible y no es real que dos figuras dirijan el movimiento. Sería para mí un honor inmerecido. Me parece que todo el tiempo han estado buscando a los que dirigen este movimiento. Lo que revela es una profunda incomprensión del CGH.
-Pero desde los primeros meses (con Francisco Barnés como rector) se les señaló como instigadores del movimiento...
-Ante la incapacidad de explicar un movimiento social, de lo primero que se echa mano es de eso. Desde el punto de vista de la intelectualidad, es irreverente. Con una facilidad tremenda se recurre a la teoría del complot, y eso es algo que desprecia la capacidad de los estudiantes, porque los considera manipulados, que no son capaces por sí mismos de arribar a conclusiones.
-Así se les pinta...
-Se van a sorprender de su capacidad, se van a sorprender, porque los integrantes del CGH no cumplen con el estereotipo de huelguista semiloco, manipulado que se dice.
-Como un títere...
-Como un títere.
-ƑRechaza este calificativo?
-Absoluta y radicalmente.
-ƑLe escuchan los estudiantes?
-Si, yo creo que en la Facultad de Ciencias hay compañeros que me escuchan, y se siente el calor...
-ƑPor qué ese calor?
-Habría que preguntárselo a ellos. Por el trato diario, pero no sé bien. Lo que sí percibo es que no es una cosa que surja en un día. Lo que yo percibo son dos universidades, una la que se ve, la oficial, y otra la de abajo, la que está en el fondo, que está llena de mil gestos de humanidad y de solidaridad cotidiana que simplemente son incomprensibles, porque pasa que ese reino no es de este mundo.
-Se señala que el CGH desestabiliza a la universidad, incluso que pretende crear una partido político.
-šHay madre santa! Esa no se las había escuchado, están pirados de plano... no puede ser.
-Hay una especie de leyenda negra que hace de Javier Fernández un integrante de la familia dueña de Fernández Editores...
-Eso es una basura. Mis padres son refugiados españoles. Mi padre llegó aquí sin un centavo y murió prácticamente sin nada. Yo nací en Nayarit, soy mexicano, que no me vengan con cuentos. Mi padre fue carpintero que regresó a España hasta que murió Franco. Esos son mis vínculos con Fernández Editores.
"Ya que se me pica esa cresta debo decir que algunos alumnos tomaron la iniciativa sin que yo me diera cuenta, a mis espaldas los muy canallas (ríe), y toman la decisión de cooperarse para ayudarme, no ha habido una sola vez que les haya aceptado esa cooperación. šNunca! Les he respondido que para mí es un principio que la educación debe de ser gratuita. Nunca jamás he aceptado un quinto que venga de los alumnos. En una ocasión se esparció el rumor de que yo les cobraba, esa es una canallada".
Desde hace 26 años Javier Fernández es profesor en la UNAM -23 de ellos sin sueldo- y para él una cosa es clara: que "las autoridades no han comprendido que hay una universidad que no entienden. Las autoridades no saben lo que es dar una clase y nos vienen a hablar de academia"
El maestró acusó al sector de los investigadores de rechaza al CGH: "Tenemos a todos esos sociólogos que tienen 20 años escribiendo contra el neoliberalismo, pero cuando viene una lucha de masas todo se juzga y se rebela que a los investigadores el tipo de transformación neoliberal los beneficia.
"El problema de fondo sobre la opinión de los investigadores en torno al movimiento tiene que ver con que las iniciativas estudiantiles proponen una universidad que no los favorece. Los investigadores ven una rebelión contra lo que les ha beneficiado".
-ƑEs una lucha contra el gobierno y las autoridades universitarias?
-Es una lucha más profunda. El conflicto con los moderados fue de trato de ambos lados, pero es más profundo. Este no es un movimiento de todos los estudiantes de la UNAM, pero ha sido un movimiento masivo de alrededor de 100 mil alumnos. Sobre esto se debe considerar que la masa estudiantil de la universidad no es socialmente uniforme. La franja baja de la comunidad universitaria, el espectro social de la UNAM, el de carne y hueso es que son 60 por ciento de los estudiantes de abajo, 5 por ciento de los de arriba y el 35 restante es una especie de clase media.