DOMINGO 23 DE ABRIL DE 2000
Ť La semana política en Estados Unidos
Ť Alertan a los turistas a no visitar este país a mediados de abril
Ť Los errores y tragedias más graves han sucedido en ese periodo
Ť Bahía de Cochinos, Waco y Oklahoma, algunos hechos oscuros
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 22 de abril Ť Si usted piensa viajar a Estados Unidos el próximo año, evite programarlo para mediados de abril. El periodo comprendido entre el 17 y 20 de abril, parecen ser días en los que el poder y otros han optado enloquecerse en formas peligrosas para ellos mismos y los que están a su alrededor.
Mientras la procuradora general, Janet Reno, consideraba los pasos a seguir para reunir a Elián González con su padre, la mala suerte asociada con esta fechas en la historia estadunidense fue alegada por sus asesores como una razón por la cual no tomar acción.
Algunos de los errores y actos de destrucción más graves ocurrieron a mediados de abril, y ni siquiera se está incluyendo la crucifixión de Jesucristo.
Fue en estas fechas, el 17 de abril de 1961 precisamente, cuando Estados Unidos lanzó la invasión de Bahía de los Cochinos de Cuba. También fue el 19 de abril de 1993 cuando las autoridades federales decidieron atacar un campamento de cristianos fundamentalistas en Waco, Texas, que resultó en un incendio y la subsecuente muerte de 70 personas.
Esta fecha también es el aniversario --19 de abril de 1995-- de la explosión de una bomba colocada en el edificio federal de la ciudad de Oklahoma que causó la muerte de 168 personas. Finalmente, hace un año esta semana, el 20 de abril de 1999, dos estudiantes de la preparatoria Columbine en Colorado decidieron embarcarse en una matanza que provocó la muerte de 13 de sus compañeros y de ellos mismos.
El presidente Bill Clinton acudió a una conmemoración de las víctimas de Oklahoma y después fue a Colorado, donde dio a conocer las esperadas propuestas para incrementar el control del terrorismo y las armas de fuego. Los noticieros televisivos se trasladaron sin interrumpir su cobertura de las protestas contra el Banco Mundial y el FMI, a entrevistas con las familias de las víctimas en estas tragedias.
Pero en un país donde el simbolismo es importante y que frecuentemente carece de análisis histórico, no se ponderó muy a fondo las causas fundamentales de estos errores --desde el intento de derrocar al régimen de Cuba, o la falta de entendimiento de los cultos religiosos extremistas en Waco. Al igual, no hubo discusiones esta semana sobre lo que llevó a un ex soldado de una área económicamente deprimida a tal nivel de desilusión, que colocó una bomba en un edificio federal y mató a tanta gente que nunca conoció.
En su lugar, los políticos decidieron centrarse en el caso de la preparatoria de Columbine. Clinton y los dos principales candidatos a la presidencia del país --el vicepresidente Al Gore y el gobernador de Texas George W. Bush-- invirtieron gran parte de la semana debatiendo propuestas sobre el control de las armas de fuego; o sea más de lo mismo que se escucha en cada aniversario de cada hecho violento de este tipo.
Es decir, los enfoques se mantienen en los aspectos más superficiales de los temas fundamentales de este país. Pocos en la cúpula política, incluso en medio de un año electoral, están dispuestos a cuestionar la historia de la política exterior de este país, las dinámicas de las tendencias extremistas y sus causas (y el fenómeno de terrorismo estadunidense en sí), ni siquiera porque los jóvenes de clase media de los suburbios están dispuestos, con una frecuencia alarmante, a matar a sus compañeros.
Al parecer, también existe este tipo de renuencia al enfrentar el caso de Elián González. Las encuestas de opinión indican que la mayoría de este país cree que Elián debería reunirse con su padre (hecho que sucedió en las primeras horas de este sábado). Pero los políticos, conservadores y liberales, no están dispuestos a discutir cómo han permitido que un niño de 6 años sea tomado como rehén de una dinámica política que ha durado 40 años.
Con tanta renuencia política, los aniversarios llegarán año con año sin, al parecer, soluciones de fondo. Sin la voluntad política para evaluar las consecuencias y motivos de la política exterior de Estados Unidos y sus actos violatorios de toda norma internacional (invasiones e intervenciones), las dinámicas que llevan a actos terroristas en su propio suelo, la fácil obtención y uso de armas de fuego y la aparente desesperación de algunos sectores de esta juventud en el país más privilegiado del planeta, el nuevo milenio será notablemente igual que el anterior.
Mientras tanto, šaguas! con viajar a Estados Unidos en fechas con demasiados aniversarios de actos oscuros, tristes, y más peligrosos que un taxi no identificado en la ciudad de México.