DOMINGO 23 DE ABRIL DE 2000
Ť El rodaje, el 25
Real de Catorce, un lugar mágico, aun sin estrellas
Juan José Olivares, enviado, San Luis Potosí, SLP, 22 de abril Ť El camino es largo. Tienes que salir de la ciudad Matehuala y recorrer por el desierto tres horas de carretera y sendero empedrado cuesta arriba para llegar al inicio del túnel Ogarrio (de 2 mil 300 metros, que atraviesa el cerro), la única entrada al legendario pueblo Real de Catorce, donde a partir del martes 25 de abril se rodará El mexicano, con Brad Pitt y sus dobles (que son los Brad Pitt que han salido en las gráficas de todos los medios).
No hace falta que lleguen los Di Caprio, los Cruise o cualquier estrellita hollywoodense para que explote la habitual magia de este encantado lugar. El sitio -fundado en el siglo XVIII- por sí solo te transporta al esplendor del México antiguo, con sus alucinantes calles de piedra y sus construcciones asimétricas, como la Casa de Moneda (fundada en 1863), la Plaza de Toros (construida en 1863) o el templo parroquial, dedicado a San Francisco de Asís (hecho en 1783).
Pese a que la productora contrató desde marzo los 50 cuartos disponibles, y que a partir de mayo no se permitirá la entrada de vehículos, la vida de este pueblo fantasma continúa como siempre: mugrosos gringos saliendo de cualquier boquete del cercano desierto, jipitecas vendiendo cualquier chuchería o queriéndote ver la cara para que entres al viaje del peyote, hasta los niños oriundos que te cantan la historia del lugar: ''Con mucha fe y alegría voy a visitar a Francisco; bonito Real de Catorce, pueblo de muchas leyendas, te llaman pueblo fantasma, porque te hallas en la sierra...''.
No obstante, el rodaje seguirá en los alrededores de este altiplano potosino (Real de Catorce, Pueblo de Cedral, Vanegas y sus caminos empolvados), que en su época de esplendor fue visitado hasta por el presidente Porfirio Díaz.
Grabación con cámara manual
Se puede caminar normalmente por sus enigmáticas calles llenas de historia, y quizá toparse -por ejemplo- con alguien de la producción, como Laurel Pickering, quien fue la encargada de diseñar y pintar el pueblo construido en Real -y de las demás locaciones-, que servirá para este largometraje. Pickering, quien por cierto hizo el mismo trabajo en la película La máscara del zorro, dijo a La Jornada: "Hemos estado aquí como tres meses trabajando (sic). El director y la diseñadora dicen qué es lo que quieren, y mi equipo pinta los colores y efectos adecuados para la época''.
Agrega: "El director va a usar una técnica de cámara manual para darle el efecto de antigüedad. No hablo mucho con él porque todo el tiempo está ocupado con mucha gente. Real de Catorce fue elegido porque da una sensación de edad por todas las ruinas y casas abandonadas que tiene''.