DOMINGO 23 DE ABRIL DE 2000
Ť La especie atraviesa por una edad de piedra electronizada, explica
El consumo desplazó los valores, advierte el humanista Genovés
Ť Soy de aquí y soy de allá, obra literaria que confirma su condición de hombre trasterrado
Miryam Audiffred Ť No eligió nacer en España y refugiarse en México siendo un adolescente de 15 años. Tampoco pidió ser testigo de una guerra civil y llevar en la sangre el recuerdo de la muerte. Santiago Genovés nunca imaginó que su vida estaría ligada al mar y a las embarcaciones -no obstante su certeza de poseer un alma nómada y caminante-, ni que sería una de las miles de millones de personas que hoy habitan una "especie de edad de piedra electronizada".
''El olvido casi total de los valores humanísticos nos ha obligado a vivir en esta única, solitaria y aislada balsa llamada Tierra, con las querencias y acciones de economías materialistas, consumistas y estandarizadas", afirma el investigador, escritor y antropólogo nacido hace más de siete décadas.
Con cerca de 40 libros publicados sobre temas que van desde el racismo y la evolución hasta la agresividad, el autor de El hombre entre la guerra y la paz acaba de dar a conocer una nueva producción literaria -editada por el Fondo de Cultura Económica, la UNAM, el Instituto Politécnico Nacional y la Sociedad Médica Hispano Mexicana-, que bien puede ser vista como una confesión temprana o una breve síntesis de la existencia de un hombre que se considera desde hace 61 años ''mexicano por adopción''.
Soy de aquí y soy de allá ha dejado de ser la frase que identifica al escritor con su pasado y su presente de hombre trasterrado. Desde hace algunos días, esta cadena de palabras bautiza la nueva producción literaria de Genovés y une los capítulos de la historia del exilio español al eterno afán de conseguir que la ciencia y las humanidades no caminen por rumbos separados; labor que -expresa el antropólogo- le ha ocupado toda la vida.
En las 70 páginas que conforman este nuevo texto del autor de Expedición a la violencia no sólo respira la andanza marítima de los cerca de 30 mil españoles que llegaron al país entre junio y julio de 1939. También está la figura de Genovés en su intento por descifrarse a sí mismo y desentrañar el sentir de quienes, como él, se vieron obligados a dejarlo todo atrás.
''No trato de aclarar lo que significa ser trasterrado porque no existe explicación alguna para ese misterio", comenta el investigador. ''Sólo puedo decir que mi voz interior me ha hecho saber que soy un trasterrado agradecido y que, por eso, en mi existencia está la duda y el sueño de aquí y de allá".
Quien inventó la guerra puede inventar la paz
Aunque Santiago Genovés ha escrito ensayos sobre personajes del mundo de las artes como Buñuel, Kafka, Orwell, Proust, Picasso y Ceniceros, su mayor esfuerzo lo ha destinado al conocimiento del ser humano; saber que ha intentado conseguir aun arriesgando su propia vida en el océano.
Si a finales de los treinta el antropólogo cruzó el Atlántico en el Mexique para escapar de una guerra, en 1969 y 1970 realizó la misma travesía -pero en balsas de papyrus- para estudiar el comportamiento agresivo del hombre; esfuerzo que, en 1973, lo impulsó a pasar 101 días embarcado en compañía de un grupo internacional de seis mujeres y cinco hombres.
El resultado de sus investigaciones halló concreción en la Declaración sobre la violencia que, firmada en 1986 por la UNESCO y cerca de 150 sociedades científicas, concluyó que la agresividad no está genéticamente determinada. No nos viene de nuestro pasado animal, no está inscrita en nuestro cerebro y no es hereditaria. "Es decir que hay esperanza porque el mismo ser que inventó la guerra puede inventar la paz".
Soy de aquí y soy de allá muestra claramente la confianza del autor en la humanidad y, especialmente, en los mil millones de hombres y mujeres que -según la ONU- son emigrantes.
En palabras de Genovés ''resulta evidente que este grupo (el de los trasterrados) posee un algo, misterioso o no, que no tienen los sedentes. En ellos hay un no conformismo y una cierta adaptabilidad que los hace más progresistas y más flexibles en sus cerebros, mentes y acciones.
''Pienso que corresponde, fundamentalmente, a ese enorme puente de emigrantes, a todos esos seres humanos que son de aquí y son de allá, obrar de forma que se armonice el entendimiento de los otros para lograr que se juzgue y prejuzgue menos o nada''.
En realidad, los ensayos escritos por el también investigador emérito del Sistema Nacional de Investigadores son como un despertador de humanidad que toma como punto de partida el reconocimiento de los otros.
Creado a raíz de la celebración del congreso internacional Españoles de Ambas Orillas. Emigración y Concordia Social -efectuado en el contexto de la Expo Lisboa 98-, el libro también puede ser visto como un puente entre los universos científico y humanístico que tan individualmente han caminado por la historia.
''Yo diría que las ciencias naturales y las humanas viven de espaldas siendo que en ambas esferas se encuentran verdades tan grandes como la fórmula E=mc2 o la frase de Borges: qué breves son los años y qué largas son las horas".
Pero estas no son todas las certezas en la vida de Genovés. También es verídica su afición a los cigarros light y a las nueces, así como su condición de hombre que viaja por el mundo utilizando un pasaporte mexicano y entonando el tímido sonido de una c procedente de otras latitudes.
Sin título
(fragmento)
Ť Santiago Genovés Ť
...A México
en amparado desamparo
marea y viene la canción
Aquí se crea
-institución tras institución-
lo que allá ha terminado
šQué alegría!
que aquí pueda ser y estar
en segunda Nueva España
el vuelo
que perseguido y huido
España hizo callar
Cincuenta y cuatro años
de aquí
libremente
en paz
sembrar
y alimentar los rebaños
Allá
Al otro lado del mar
ya hay amor
ya hay alegría
entre procesos y cuentos
-la política, la vida-
vuela y no al alma mía
šViva México querido!
šViva la España inmortal!
Yo refugiado te digo
que por siempre y para siempre
soy de aquí y soy de allá.