DOMINGO 23 DE ABRIL DE 2000
Ť En un año, el número de sucursales del banco estadunidense pasó de 8 a 230
México no ha investigado nexos de Citibank con el narco
José Galán /II y última Ť A pesar de su importante papel en la transferencia de fondos de procedencia ilícita por parte de políticos y narcotraficantes, la institución financiera estadunidense Citibank no ha sido sujeta a ninguna investigación por parte de las autoridades mexicanas.
No sólo eso. La Procuraduría General de la República ha permitido que el Citibank maneje la nómina de sus casi 7 mil empleados desde 1997, aun cuando se trata de la dependencia responsable de investigar y perseguir el blanqueo de capitales.
Al contrario de lo que sucedió en la llamada operación Casablanca, anunciada por el gobierno de Washington el 18 de mayo de 1998, y que luego de tres años de investigación resultó en el arresto de 22 ejecutivos de 12 bancos comerciales mexicanos, acusados de lavado de dinero, particularmente en Bancomer, Serfin y Confía, las autoridades del país han dejado al Citibank operar en México prácticamente sin molestias.
Cabe recordar que a la luz del operativo, que provocó una crisis diplomática entre México y Estados Unidos, Bancomer y Serfín fueron obligados por las autoridades estadunidenses a pagar una multa individual de hasta medio millón de dólares por prácticas ilícitas. Banca Confía, otra de las instituciones investigadas, manejaba ya la nómina de la PGR, y estas operaciones fueron traspasadas desde 1997 a Citibank, cuando adquirió a precio de remate el banco que perteneció a Jorge Lankenau, perseguido y encarcelado por fraude.
A pesar de que Citibank se vio involucrado en operaciones sospechosas de transferencia de fondos hasta por casi 100 millones de dólares, propiedad de Raúl Salinas de Gortari, y que aparecieron en Suiza, lo que obligó a las autoridades de ese país y de Estados Unidos a investigar las sucursales del banco en Nueva Yok y en Ginebra, en México no se hizo nada al respecto.
Tampoco lo hicieron cuando la Interpol-México descubrió que en 1997 Citibank manejó por lo menos 13 millones de dólares procedentes de Amado Carrillo, El señor de los cielos, líder del cártel de Juárez, mismos que transfirió a sus sucursales en Chile y Argentina. La PGR mantuvo incólumes sus tratos comerciales con dicha institución estadunidense, a pesar de que sus propias investigaciones revelaban una importante participación de ejecutivos de Citibank en la transferencia de esos fondos.
Para 1998, Citibank tenía ocho sucursales en todo el país, y cuando se oficializó el traspaso de Banca Confía, para 1999 tenía ya 230. Su número total de empleados pasó de mil 153, en 1998, a 4 mil 505 en 1999, según datos de Banamex-Accival, cuyos análisis revelan que en diciembre de 1999 sus activos totales eran de 71 mil 782 millones de pesos, pero sus pasivos sumaban 67 mil 53 millones, lo que significa que aún no había salido de los compromisos adquiridos cuando compró Banca Confía.
A pesar de las irregularidades detectadas en el traspaso de los fondos de Raúl Salinas a través de Citibank, en 1997 el gobierno mexicano decidió sanear esa institución financiera para vendérsela al banco estadunidense. El 9 de septiembre de 1997, Jorge Padilla Olvera, entonces diputado local del PAN en Monterrey, reveló que el gobierno mexicano gastaría por lo menos 500 millones de dólares para sanear a Banca Confía, y vendérsela luego en 250 millones de dólares a Citibank, justo el año en que las indagaciones demostraban una fuerte presencia de dinero de Amado Carrillo en esa institución.
El 9 de noviembre de 1999, La Jornada reveló que Citibank buscó "esconder fondos" de Raúl Salinas de Gortari, como evidenciaron las grabaciones de conversaciones entre importantes ejecutivos de Citibank en Nueva York, Londres y Suiza.