SABADO 22 DE ABRIL DE 2000
Una manifestación del arte en evolución
Los orígenes del flamenco son difíciles de situar en tiempo, puesto que se inició como un cante de divulgación oral. La mayoría de los flamencólogos empero coincide en ubicarlo a partir de 1765 en las comunidades gitanas de la Baja Andalucía. Esa expresión artística ha pasado por diferentes etapas, debido a que es un arte vivo, en constante evolución y que se alimenta de manera permanente de otras culturas.
* La primera etapa. Data aproximadamente de 1765 a 1860. En esta época se representaba en patios, ventas y salones privados. La guitarra no acompañaba al cante, pues éste era a "palo seco" o acompañado de ''toque de palmas".
* La segunda etapa. Abarca de 1860 a 1910. Es la edad de oro del flamenco, la época de los cafés cantantes, antecedente de los actuales tablaos (lugares creados para oír y disfrutar esa manifestación). Se fijan los cánones de los diferentes estilos, siendo los jondos los más relevantes. El baile se convierte en el centro de atractivo para el público y la guitarra ya se considera imprescindible.
* La tercera etapa. Se extiende desde 1910 a 1955. Es el periodo denominado "ópera flamenca", donde dominan los cantes más ligeros, como los fandangos o los de ida y vuelta (cante de influencia latinoamericana). Este camino del flamenco no gusta mucho y en 1922 el compositor Manuel de Falla e intelectuales de la Generación del 27, entre los que se encuentra Federico García Lorca, crean un concurso con la finalidad de revivir el auténtico cante jondo.
* La cuarta etapa. Abarca de 1955 a 1970. Es el renacimiento del flamenco, cuando surgen los actuales tablaos, heredados de los cafés cantantes. Esta etapa es también conocida como Mairenista, por la aportación que el cantaor Antonio Mairena hace al flamenco. Con su estilo ortodoxo y su afán investigador logró que el flamenco retomara sus raíces más profundas.
El flamenco de estos últimos 30 años abre un periodo denominado Flamenco nuevo, y está marcado por el mestizaje con otras músicas (rock, jazz, salsa, blues, pop, bossa nova y étnica). El cambio viene incursionado por un guitarrista y un cantaor: Paco de Lucía y Camarón de la Isla. Ambos marcan el nacimiento de un movimiento prolífero, que rompe con los cánones establecidos por el flamenco puro e internacionaliza el gusto de este arte con grupos como Ketama, Navajita Plateá o La Barbería del Sur. En las tres vertientes del flamenco, el baile, el toque y el cante, el artista adquiere luz propia: surgen guitarristas concertistas como Manolo Sanlúcar o el mismo Paco de Lucía, el bailaor revoluciona el tablao, como Joaquín Cortés o Antonio Canales, y el joven flamenco ya no canta con el dolor y el llanto, como lo hicieran sus padres o abuelos, ahora en un país liberado de regímenes dictatoriales, canta una realidad que perdió el tono dramático. El cantaor Enrique Morente, perteneciente a este movimiento, explica de manera clara y concisa la evolución: ''Cada generación flamenca tiene una manera propia de experimentar el sufrimiento''. Las generaciones anteriores lamentan que el flamenco esté cambiando, creen que lo actual no es flamenco. (Mariana Norandi)