VIERNES 21 DE ABRIL DE 2000

* Foro Shakespeare


Juegos profanos, un desafío a los prejuicios sociales

Mariana Norandi * Entre las conductas de más severa condena moral en nuestra sociedad se encuentran la necrofilia, el incesto y el parricidio. Pese a ello, la compañía Teatro Gótico, que dirige Eduardo Ruiz, desafía en el Foro Shakespeare al público sin prejuicios a enfrentarse a esos temas en la obra Juegos profanos, de Carlos Olmos.

El montaje narra la historia de dos hermanos (Elena Haro y Jorge Saviñón) que matan a sus padres para poder llevar a cabo la consumación de su amor. Tras los asesinatos, se mantienen aislados del mundo exterior durante diez años, conviviendo con los cadáveres de sus progenitores, a los cuales, en un estado de psicosis profunda, suplantan sus personali- dades.

A partir de esa atroz puesta en escena, teñida de un agudo humor negro y de fuertes dosis de locura-ficción, se comienza a liberar una acerada crítica a la institución familiar desde la perspectiva del conflicto generacional. ''Lo fuerte y diferente de esta farsa no es sólo el tema, sino el tratamiento que plantea Eduardo. A partir de una situación inicial de shock, busca la reflexión del espectador en cuestiones como la necrofilia o el suicidio'', argumenta el actor Jorge Saviñón.

Algo que cohabita en toda la obra es la ambigüedad con la que juega el director. A lo largo de hora y media, se exponen infinidad de situaciones ambivalentes, incluso el mismo espacio donde se desarrolla la escena, un cuarto de hospital, también sufre esa indefinición. Eduardo Ruiz es un transgresor empedernido de los límites y convencionalismos teatrales, por lo que en sus planteamientos dramáticos antepone lo abierto a lo cerrado, concediéndole al espectador la libertad de interpretar la trama y el desenlace de la historia.

 

Manifestación gótica

 

Esta estética dramática pertenece a una forma "gótica" de entender el teatro. Esa corriente plantea sus obras mediante temas como la muerte, el vampirismo, la necrofilia, el incesto o el suicidio, en un ambiente fantástico poco corriente: maquillaje demacrado, vestuario neorromántico, música sacra y un humor tan negro que es difícil de captar. La actriz de la obra, al explicar este estilo, se remite "a las catedrales de puntas aguzadas que penetran en el cielo como un acercamiento a lo divino, y para llegar a lo divino hay que tocar fondo. De esta contradicción y de esta búsqueda partimos a la hora de hacer teatro gótico". A lo que su compañero Jorge Saviñón añade: ''En la literatura, lo gótico es una vertiente del romanticismo que se preocupa por lo fantástico, los sueños, el inconsciente y la muerte. En esta reflexión, la necrofilia no es una tendencia al suicidio, sino una manera de enfrentar la vida, una forma de considerar la vida y la muerte como parte de una misma cosa".

Este grupo, que no se considera dark pero cuyos planteamientos recuerdan a los mismos que sustentan los chavos de negro, propone un interesante concepto teatral, renovador, creativo e independiente que, como define el actor, "puede gustar o no, pero no deja indiferente a nadie".

Todo aquel que desee presenciar estos Juegos profanos puede acudir al Foro Shakespeare (Zamora 9, col Condesa) los viernes a las 20:30, los sábados a las 19:00 y 21:00 horas, y los domingos a las 18:00. La entrada es de 100 pesos. Estudiantes y maestros, dos por uno.