MIERCOLES 19 DE ABRIL DE 2000
Ť Investigadores asesinados en Tijuana
Asignan al caso a 69 agentes del MPF y 130 judiciales
Ť Falso, que haya cinco federales desaparecidos: Herrán Salvatti
José Galán Ť Los tres funcionarios de la Procuraduría General de la República que aparecieron muertos en una barranca fueron presuntamente interceptados en algún punto de un tramo de kilómetro y medio, desde la garita de la Mesa de Otay, por donde ingresaron a las 10:40 de la mañana del lunes 10 a México, procedentes de San Diego, hasta las oficinas de la fiscalía antidrogas en Tijuana, hacia donde se dirigían para recoger sus armas.
Esa misma tarde fueron asesinados a golpes -les destrozaron a los tres el cráneo con objetos contundentes- y les pasaron una camioneta de tres y media toneladas encima. No hubo tiros. Sus cadáveres fueron descubiertos el martes dentro del auto que tenían comisionado. Y la PGR, una vez más, desmintió ayer que se haya tratado de un accidente.
El director general de agentes del Ministerio Público Federal de la fiscalía antidrogas, José Luis Patiño Moreno; el agente del MPF Oscar Pombo Plaza, y el primer subcomandante de la Policía Judicial Federal, capitán Rafael Torres Bernal, residían en San Diego por razones de seguridad, pero no tenían permiso para portar armas en territorio estadunidense.
El lunes 10, luego de pasar por la garita aduanal de Otay, cuya cámara grabó su paso, se dirigieron a sus oficinas para recoger sus armas y acudir a una cita con representantes de la Procuraduría General de Justicia del DF en el marco de la investigación sobre el asesinato en la capital de Gustavo Gálvez, abogado de Jesús Chuy Labra, cerebro financiero de los Arellano Félix. Nunca llegaron.
Hasta ahora, la PJF, con el apoyo de los cuerpos estatales de seguridad de Baja California, del Ejército y de agencias estadunidenses como la DEA y la FBI, busca reconstruir qué sucedió en ese kilómetro y medio hasta las instalaciones de la fiscalía antidrogas en Tijuana, ruta que atraviesa por bloques de bodegas y de fábricas.
Entre las hipótesis que se manejan una es clave: fueron muertos a golpes porque donde perdieron la vida el sonido de disparos podría atraer testigos e incluso a policías. Luego fueron llevados en su auto por la autopista Tijuana-Mexicali para evitar la revisión del retén militar ubicado en la carretera federal que corre paralela a la autopista, aunque luego ambas se unen para remontar La Rumorosa, en una de cuyas curvas fue desbarrancado el vehículo.
La indagatoria es nuestra responsabilidad: fiscal antidrogas
En conferencia de prensa, el fiscal antidrogas Mariano Herrán Salvatti informó que actualmente trabajan en Tijuana 69 agentes del MPF y 130 de la PJF, apoyados por dos helicópteros y un avión, a fin de avanzar en el esclarecimiento del asesinato de los funcionarios de la PGR.
El funcionario desmintió que el Ejército se vaya a hacer cargo de las investigaciones, y dijo que sería la fiscalía a su cargo la responsable de la indagatoria, en la que se va a determinar qué sucedió desde las 10:40 de la mañana del lunes 10 de abril, cuando se registró el paso de los tres funcionarios por la garita de Otay, hasta el momento de su muerte.
Por otra parte, Herrán Salvatti desmintió que hayan desaparecido otros cinco agentes federales, y anunció que los dos agentes adscritos al mismo equipo de los funcionarios asesinados fueron traídos a la ciudad de México por razones de seguridad. Ninguno de ellos está sujeto a investigación.