MARTES 18 DE ABRIL DE 2000

Ť Bárbara Jacobs, articulista de La Jornada, habla de su nuevo libro


Escribir, aventura que pasa por el experimento y el registro de todo

Ť El periódico es mi contacto con las personas, pues soy bastante aislada, confiesa la narradora

Ť En Adiós humanidad recurrió a una técnica no lineal para darle forma a su novela

César Güemes Ť Escribe a mano, con lápiz, pero deja las gomas intactas. No borra, sino que tacha, enmienda, corrige, rescribe. Bárbara Jacobs lleva una doble vida que observada desde sus ojos es la misma: la de escritora de libros de largo aliento y la de articulista, actividad esta última en la que cumple ya siete años. Su nueva novela, Adiós humanidad (Alfaguara), comenzó a circular. Lo cierto es que son dos mundos escriturales distintos, pero en este caso los une la dedicación. Con Jacobs es la charla:

jacobs-barbara-jpg -Sé de compañeros que hacen de un momento para otro su columna o su artículo; en cambio, en mi caso precisa de muchas horas de lectura, de encierro y de borradores. La diferencia que veo entre hacer una novela o un artículo para el periódico es sólo la extensión del escrito. La aventura consiste, creo, en escribir como si fuera la primera vez que se hace pero también como si resultara la última. La primera en tanto que siempre es una especie de experimento, a ver qué sale o a ver si se parece a lo que he pensado y, la última, en el sentido de que debo poner todo lo que sé, no me guardo ningún elemento para el próximo trabajo.

Instrumento esencial, el lápiz

Siete años de articulista en La Jornada acompañan a Bárbara Jacobs en la hechura de tres libros independientes, más literarios si es que es posible decirlo así.

-La duplicidad es disciplina, diríamos.

-Soy muy disciplinada, incluso me tengo que forzar a serlo doblemente. Nadie es dueño total de su tiempo ni determina del todo su día, pero cuando tienes el deseo de cumplir con cierta misión, encuentras el espacio y el tiempo. La disciplina me funciona en ese sentido.

''Esta novela nueva me tomó tres o cuatro años en su manufactura final y necesitaba para eso encerrarme muchas horas a la semana, aunque reservaba unos días para el artículo quincenal. Llegaba a guardar los papeles de la novela para que no interfirieran con mi otro trabajo.''

Además, la doble vida tiene un fin práctico que nos lleva a esta afirmación casi confesional: ''Me he propuesto combinar porque el espacio que tengo en el diario me ha permitido comunicarme. Ese es mi contacto con la gente, con los posibles lectores. Soy bastante aislada en lo personal. Es verdad que asisto a actos de escritores, pero internamente soy muy encerrada. Así que en los artículos siento que establezco un lazo tanto con las personas que conozco como con esa otra parte del mundo que me atrae tanto: las personas que desconozco''.

El proceso físico de escritura no es sólo a mano, sino con lápiz, con lo cual Jacobs es uno de los escasos ejemplos que no lleva sus textos directamente a la tinta, sino que les brinda una oportunidad extra. Así lo explica:

-Al lápiz no pretendo abandonarlo y no me imagino trabajando de otro modo. Será tal vez la sensación de que puedes borrar, aunque no borro, sino que tacho, o será el contacto de la mano con la madera y el papel lo que me atrae. Para mí el lápiz es un instrumento esencial. Y ocupo cuadernos pero también pedazos de papel que ni siquiera son hojas completas. Me da mucha más libertad sentir que es un trozo de papel que sobró, saber que no lo echo a perder con mis intentos. Además llevo un diario desde que tenía 15 años. Ese, en cambio, lo hago con pluma y no me lo imagino de otro modo. Pero mi trabajo literario es primero a lápiz y luego en máquina eléctrica.

-ƑLos cuatro años de Adiós humanidad se deben a esta forma de trabajar que desde luego implica un lapso considerable o a que invertiste tiempo en el diseño?

-En realidad para el núcleo de la novela ya tenía un cuaderno con notas. Hablamos de 1996. Pero el caso es que a la hora de empezar se me presentaron otras tres historias más, que venían del pasado. Desarrollé el eje de la novela a lo largo de esos tres años y retomé notas que tenía de hace 35 años, de las cuales salen las historias simultáneas. Eran apuntes que tenía para desarrollarlos luego, no necesariamente dentro de una novela. En cuanto al diseño, se me fue imponiendo para dar cuenta de los varios hilos narrativos que manejo.

La lectura de la obra podría parecer fragmentaria, pero lo es sólo en apariencia: ''Tuve que echar mano de una técnica no lineal para darle cabida a todos los elementos. Ahora, lo no lineal es algo común si pensamos que la vida es así, se superpone, es simultánea, en un solo momento aparece lo interior, lo exterior, lo pasado, lo que no tiene un origen claro, lo que quizá no tenga desenlace.

''De modo que si a simple vista la estructura de la novela puede parecer caótica, en realidad tiene una consistencia lógica y una finalidad precisa."

Similitud con la arquitectura oriental

-El diseño visual de los inicios de apartado es peculiar, las primeras tres o cuatro palabras conforman el título del párrafo.

-Ese resultado obedece a principios que cobran sentido en cuanto a la historia: la vida de un joven mexicano que tiene tras de sí la herencia de cuatro generaciones de inmigrantes. Diría que la conformación de la novela se parece a la arquitectura oriental.

-ƑO sea?

-De primera impresión, las construcciones orientales rechazan los ejes direccionales y la perspectiva, tienen recovecos, biombos, mamparas, columnas que esconden los espacios. No es fácil y no es evidente, Ƒpor qué?, quién sabe pero es así. Entonces, la técnica que se me fue dando casi seguía esos principios arquitectónicos orientales, que podrían parecer raros pero no lo son porque el propio personaje central, Cool Charlie, atávicamente traía esa herencia que tiene un peso oriental que pasa por España.

-Se ve que la pasaste bien estos años escribiendo Adiós humanidad.

-Sí, claro que fue un desafío porque la escritura, insisto, trato de que siempre me resulte nueva. Si un cierto dibujo ya me funcionó, lo desecho y abordo el tema que sigue de una manera diferente. Y no es que busque la forma, sino que el material que tengo se va modificando.

''Además, si se tiene la malhadada necedad de que todo se vea, entonces se impone una forma, un estilo, que para el caso de la novela no fue lineal pero que encontré muy coherente con la forma de la vida misma. El resultado último es algo muy natural, pienso.''