DOMINGO 16 DE ABRIL DE 2000
Ť Reconocen la existencia de archivos y tumbas
Renace la esperanza en familias de desaparecidos en Argentina
Ť Pequeños pasos hacia la verdad: Madres de la Plaza de Mayo
Stella Calloni, corresponsal, Buenos Aires, 15 de abril Ť El reconocimiento oficial sobre la existencia de tumbas, en algunas de las cuales podrían haber sido enterradas hasta nueve personas, durante la pasada dictadura militar (1976-1983), así como el hallazgo de nuevos archivos, hicieron renacer las dramáticas esperanzas de los familiares por conocer el destino de los desaparecidos. "Por pequeños que sean, son pasos hacia la verdad", dicen las Madres Fundadoras de Plaza de Mayo.
Consultados algunos integrantes del Equipo Argentino de Antropología Forense sobre la existencia de 80 tumbas NN, en el cementerio de Lomas de Zamora, 45 kilómetros al sur de esta capital, reconocieron que hubo alrededor de una decena de exhumaciones.
La víspera fueron entregados al fiscal German Bache, los datos sobre esos cadáveres no identificados. Separadas, en distintos lugares, algunas de las tumbas están vacías y en otras aparecen marcadas por cruces blancas donde se lee ese escueto "NN", que refleja en todo su dramatismo el horror del pasado.
La secretaria de Derechos Humanos Diana Conti, ofreció ayuda oficial para la identificacion de los cuerpos y trabajará en conjunto con el nuevo intendente de Lomas. El anterior administrador del cementerio había advertido que no se tocaran esas tumbas de "subversivos", para evitar la presión de los familiares. Se estima que la mayoría de los cadáveres podrían proceder del llamado Pozo de Banfield, uno de los temibles centros clandestinos de detención, donde desaparecieron tanto argentinos como extranjeros.
Esto coincidió con la aparición de nuevos archivos, encontrados en el Archivo General de la Nación, que contienen las denuncias por detenciones o desapariciones y que evidentemente nadie respondió. Diversos organismos habían solicitado informes en esos años del terror, sin tener respuestas, especialmente de cuando se realizo la Operación Colombo, en 1975, donde se demandaba por 119 desaparecidos en Chile, que el ex dictador Augusto Pinochet aseguraba que estaban vivos y organizados en guerrillas.
Colombo fue un antecedente o parte ya de la Operación Cóndor, la coordinación criminal de las dictaduras del sur. Con el apoyo de grupos de seguridad argentinos y la Alianza Anticomunista (Triple A formada por paramilitares aquí), la Dirección Nacional de Inteligencia de Chile (Dina), armó una operación principalmente de prensa y de guerra sicológica. para hacer creer --mediante la aparición de cinco cadáveres irreconocibles en Buenos Aires-- que éstos eran de los chilenos que demandaban los organismos internacionales.
Aunque los nuevos archivos contienen en general denuncias, esto permitirá el entrecruzamiento de datos con lo investigado por una comisión creada durante el gobierno de Raul Alfonsín, para seguir el rastro de los casi 30 mil desaparecidos. A comienzos de la semana se hallaron archivos también en una bóveda del Banco Nacional de Desarrollo (Banade), que reúnen datos de inteligencia, informes, no solo de la dictadura sino también sobre los gobiernos de Alfonsín (1983-1989) y Carlos Menem (1989-1999).
El año pasado fueron hallados archivos en Rosario (provincia de Santa Fe), y en la Plata (provincia de Buenos Aires), donde la Cámara federal local realiza una investigación sobre unos 2 mil desaparecidos en el lugar. Los familiares de desaparecidos en Argentina están esperanzados también por lo que pueda suceder en Uruguay, donde un organismo similar logró reunirse con el presidente Jorge Batlle, al cual le presentaron sus antiguas y nunca respondidas demandas por la verdad.
Ahora en las causas abiertas aquí, así como las que lleva adelante el juez Baltasar Garzón que involucran a las dictaduras que actuaron el Cóndor, unos 98 militares argentinos son requeridos por la justicia española. En los próximos días también podría haber orden de captura contra militares uruguayos señalados Cóndor y responsables de torturas en los centros argentinos como Automotores Orletti y de llevarse o intercambiar detenidos políticos.
Asimismo sigue siendo comentado aquí el intento de secuestro de la película Botín de guerra del cineasta David Blaustein, que narra la tragedia de los niños nacidos en cautiverio y robados por los militares, por un supuesto plagio del título. Blaustein logró que el juez "secuestrara" un video, para poder estrenar la película el próximo jueves 20, en el segundo Festival de Cine Independiente que se realiza en Buenos Aires, pero no pudo evitar los allanamientos, que pusieron un curioso marco a la reunión.