MARTES 11 DE ABRIL DE 2000

Ť La última sesión fue abandonada por 300 profesores disidentes


Antidemocrático, el congreso magisterial, acusan

Claudia Herrera Beltrán Ť La disidencia magisterial terminó por abandonar el tercer Congreso Nacional de la Educación -organizado por su directiva sindical- a unas horas de que éste concluyera por considerarlo "antidemocrático", luego de que la cúpula no permitió la discusión de las propuestas y sólo "impuso" las suyas mediante una votación económica.

Después de realizar una "minimarcha" -que consistió en dar cinco vueltas a la unidad de congresos del Centro Médico- y de quemar los documentos de trabajo elaborados por el Comité Ejecutivo Nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), 300 delegados de una decena de estados dejaron el recinto y acusaron al líder del gremio, Tomás Vázquez Vigil, de impulsar la privatización de la educación pública.

Dos horas después de las protestas, el dirigente del SNTE respondió que era lamentable la salida, pero también una muestra de que la disidente Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación coincide en muchos aspectos con la mayoría de los maestros, aunque tiene métodos equivocados.

Pero para los profesores inconformes, encabezados por los de Michoacán, resultaba difícil el diálogo, pues como describió Juan Pérez, dirigente de la sección 18 de esa entidad, la discusión era imposible, dado que la mayoría de los 2 mil 300 delegados que permanecieron en el recinto fueron "manipulados" por los institucionales, que les impusieron una línea.

Así, este congreso educativo no rompió con lo que se ha vuelto tradición en sus tres versiones. Simpatizantes de la CNTE -con excepción de los maestros oaxaqueños y del Distrito Federal, que de antemano se excluyeron-, en cada uno de los anteriores, protagonizan protestas de principio a fin. Lo mismo sucedió en 1992, en el Auditorio Nacional, y en 1997, en Veracruz.