Claudia Sheinbaum
El informe WANO
Producto de la carencia de inversión pública y del retraso en la licitación de los mecanismos que la Comisión Federal de Electricidad tiene para construir nueva capacidad de generación a través de la inversión privada, el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) opera con reducidos márgenes de reserva. Esto significa que todas las plantas de generación eléctrica que actualmente existen en el país y que están en condiciones de operar, son necesarias para suministrar la demanda de energía eléctrica.
La Central Nuclear de Laguna Verde (CNLV) representa 3.4 por ciento de la capacidad instalada y en 1999 produjo cerca de 5 por ciento de la generación total de electricidad, de la cual, la mayor parte se utiliza en la base de la curva de carga (funciona durante prácticamente todo el día). El cierre inmediato de Laguna Verde implicaría una reducción del margen de reserva del SEN. Las implicaciones de esta reducción dependen de diversos factores como por ejemplo, de la disponibilidad de agua para generar con plantas hidroeléctricas, o del incremento en la demanda. No obstante, las posibilidades de que al cerrar Laguna Verde se presenten interrupciones en el servicio son altas.
Esta es una de las razones que obligan a valorar con gran seriedad el nivel de riesgo con el que está operando la CNLV. Es evidente que si el grado de riesgo es alto, es preferible tener apagones a sufrir las terribles consecuencias de un accidente nuclear. Sin embargo, si el nivel de riesgo es poco probable y se están tomando acciones para reducirlo, el cierre de la CNLV puede discutirse en otro contexto.
En este sentido, pocos conocen el Informe de la Asociación Mundial de Operadores Nucleares (WANO, por sus siglas en inglés) sobre el funcionamiento y las fallas con las que opera Laguna Verde. Menos gente aún conoce lo que actualmente está haciendo la CFE para reparar los problemas asociados con los posibles riesgos. Por su importancia y gravedad, creo que el informe WANO debe hacerse público, y el Congreso de la Unión debe tomar cartas en el asunto para dar seguimiento a lo que ocurre en Laguna Verde. Si se pagaron millones de dólares para auditar al Fobaproa, con justificación igual o mayor, debe establecerse un sistema de auditoría independiente y serio, que le permita al país conocer la situación en la que opera la CNLV de manera periódica y comenzando inmediatamente. Bajo esa condición y una vez jerarquizado el nivel de riesgo, la decisión puede ser tomada con mayor información.
Los accidentes nucleares que se han suscitado en las últimas décadas en los distintos lugares del mundo, muestran que existen diferentes factores que contribuyen a que estos ocurran, tales como errores humanos, entrenamiento poco efectivo, la carencia de un sistema de respuesta, comunicación pobre entre departamentos, pero la más importante es la carencia de estrictos controles de seguridad.
Laguna Verde es una de las centrales nucleares que más tardaron en construirse en el mundo. Al igual que ahora, durante la construcción se conoció por diversas fuentes no oficiales, de problemas asociados con la seguridad de la misma.
La toma de decisiones respecto a la seguridad de la planta nuclear no puede basarse en opiniones poco sustentadas, pero tampoco por la opinión de algún directivo que no está en condiciones de dar una opinión neutral, porque su propia existencia como funcionario o político, depende de la misma.
En lo particular, creo que la CNLV debe cerrarse, si el riesgo no es inmediato, en un plazo suficientemente aceptable para poder ir substituyendo con otras fuentes, la energía que esta central está proporcionando. Esto se justifica por las características bajo las cuales fue construida la central y por la historia y causas de los accidentes nucleares en el mundo.
La seguridad de la CNLV debe tomarse con absoluta seriedad y por ello creo que El Congreso de la Unión debe tomar cartas en el asunto. Por lo demás, la necesidad de apresurar el programa de obras de CFE es urgente.