LUNES 10 DE ABRIL DE 2000

Ť El costo, entre 206 y 1,250 millones de dólares, dice


Pierde el país 600 mil hectáreas de bosques cada año: Cespedes

Ť Advierte sobre el aumento de incendios forestales y desmontes

David Zúñiga Ť A México le quedan alrededor de 56 millones de hectáreas arboladas (aproximadamente una cuarta parte del territorio nacional), pero cada año se pierden alrededor de 600 mil hectáreas debido a los desmontes con fuego y los incendios incontrolados. La destrucción de los recursos forestales se ha convertido en un problema de seguridad nacional debido a su impacto ambiental y económico, ya que las pérdidas anuales fluctúan entre 206 y mil 250 millones de dólares, advierte en un análisis el Centro de Estudios del Sector Privado para el Desarrollo Sustentable (Cespedes).

De acuerdo con el organismo dirigido por Gabriel Quadri de la Torre, México ha perdido 60 por ciento de sus bosques templados y más de 90 por ciento de sus selvas tropicales húmedas. De los 56 millones de hectáreas arboladas que se conservan, la mitad es una mezcla de selvas tropicales diversas y la otra mitad es bosque templado; sin embargo, sólo 20 millones de hectáreas corresponden a bosques y selvas densos y compactos.

Según estimaciones del Cespedes y del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), los bosques y selvas de México generan un valor que fluctúa entre 21 mil y 64 mil millones de dólares, es decir, entre 6 y 18 por ciento del producto interno bruto (PIB); así, el valor promedio por hectárea varía entre 383 y mil 143 dólares.

El valor de los recursos forestales, según el Cespedes, equivale a 142 mil millones de dólares, o 2 mil 536 dólares por hectárea.

El estudio señala que desde 1970 el número anual de incendios en México ha mostrado, aunque con variaciones, una tendencia ascendente, al igual que el número de hectáreas dañadas. Del total de los bosques y selvas que se pierden cada año, aproximadamente la mitad corresponde a bosques templados y la otra mitad a selvas tropicales.

El Cespedes divide a los estados del país en tres categorías, de acuerdo con el número de incendios y la superficie afectada. En más de la mitad de las entidades la situación es considerada "crítica". En esta condición están Colima, Chiapas, el Distrito Federal, Durango, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, el estado de México, Michoacán. Nayarit, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Sinaloa, Tlaxcala y Veracruz.

Una segunda categoría son los estados de "gravedad relativa", donde tiende a crecer el número de incendios, pero la superficie afectada se mantiene relativamente estable. En este grupo aparecen Baja California, Campeche, Coahuila, Chihuahua, Guanajuato, Nuevo León, Quintana Roo, San Luis Potosí, Tamaulipas, Yucatán, Zacatecas, Aguascalientes y Tabasco. Finalmente, el análisis se refiere a dos "casos particulares": Baja California Sur, donde el número de incendios y la superficie dañada se han mantenido estables, y Morelos, donde las conflagraciones y las área afectadas muestran una tendencia descendente.

Actividad agrícola de subsistencia

Ante este panorama, el Cespedes propone reorientar el Procampo para que apoye el uso forestal del suelo, aplicar incentivos fiscales y subsidios en bosques naturales y plantaciones, ampliar los límites de la pequeña propiedad forestal, crear más áreas naturales protegidas, así como permitir la titulación individual de bosques y selvas ejidales si así lo desean los núcleos agrarios.

Asimismo, plantea que el gobierno diseñe programas de migración y empleo que permitan a los campesinos dejar la agricultura y la ganadería de subsistencia, lo que permitiría comprar tierras para uso forestal.

Por último, el Cespedes considera prioritario resolver problemas de propiedad en "áreas críticas" como Los Chimalapas y la selva Lacandona, acelerar la descentralización para que los estados y los municipios se responsabilicen plenamente de sus bosques y selvas y desarrollar sistemas de alta tecnología que permitan evaluar la protección de bosques y selvas en todo el país.