La Jornada domingo 9 de abril de 2000

José Antonio Rojas Nieto
El sexenio petrolizado

Los ingresos de Pemex se componen de los productos que obtiene de las ventas nacionales, de las exportaciones y de otros ingresos. Por ventas nacionales en 1999 se allegó cerca de 13 mil millones de dólares; por ventas externas cerca de 10 mil millones de dólares; y por otros ingresos aproximadamente mil millones de dólares. En total, cerca de 24 mil millones. Ahora bien, según los primeros datos fiscales del año pasado, al mes de diciembre los ingresos del sector público derivados de la actividad petrolera alcanzaron un total cercano a los 32 mil millones de dólares, monto que representó un incremento de 4.6 por ciento en términos reales en pesos, resultado de un incremento de 5.2 por ciento de los ingresos petroleros de este sector, que incluye tres rubros importantísimos: 1) los ingresos propios de Pemex, vinculados a sus labores productivas y de comercialización; 2) los famosos Derechos de Extracción de Hidrocarburos que la paraestatal entrega a la Secretaría de Hacienda y que, en lo fundamental, representan la valorización de la renta petrolera; 3) finalmente los ingresos tributarios asociados al sector petrolero, es decir, el famoso IEPS (Impuesto Especial de Productos y Servicios, en este caso petroleros) y el IVA neto que entrega la paraestatal.

Las primeras estimaciones de los Derechos de Extracción de Hidrocarburos, de la renta petrolera, señalan un monto cercano a los 10 mil millones de dólares, a pesar de que el precio medio de la mezcla mexicana fue de 15.62 dólares por barril. El año de 1998, con un precio medio de la mezcla de 10.17 dólares, este concepto representó poco más de 9 mil millones de dólares. Se trata de un hecho curioso que en algún momento será importante explicar con mayor detalle, acaso utilizando la relación de este derecho por barril producido, que en 1998, fue de poco más de ocho dólares y en 1999 de poco más de nueve dólares, a pesar de que en términos reales el precio subió 55 por ciento.

Ahora bien, sumando todo lo que ha recibido el fisco por este impuesto en los cinco años de este gobierno, el total acumulado alcanza un monto de 66 mil millones de dólares, que sumados a unos 12 mil millones de dólares que se pueden esperar por ese concepto de derechos de extracción en este año, nos permiten asegurar que en este sexenio se habrán acumulado casi 80 mil millones de dólares de renta petrolera en manos gubernamentales, 12 mil millones de dólares más que en los dos sexenios anteriores, en los que los ingresos se aproximaron a los 70 mil millones de dólares (desde luego que en todos los casos constantes de 1999). Más aún, ni siquiera en el sexenio del boom petrolero, se dispuso de tanta renta petrolera, pues de 1977 a 1982 apenas se acumuló un monto cercano a 52 mil millones de dólares. Claro que podemos empezar a hacer el juego de las relaciones por habitante; de las relaciones por barril producido o por barril exportado, para atenuar esta realidad y acaso señalar que efectivamente, es el sexenio en el que por habitante se dispuso de menos renta petrolera. Pero, Ƒacaso esto atenúa la gran significación del enorme volumen de recursos petroleros limpios (así podemos hablar de la renta petrolera)? No, desde luego que no.

Si sumamos el resto de componentes petroleros de los ingresos gubernamentales, el asunto no cambia. Se trata del sexenio en el que, en particular, la relación de los ingresos petroleros gubernamentales con el producto nacional a excepción de 1998, prácticamente no ha sido inferior a 5.5 por ciento y en el que los derechos de extracción alcanzaron en 1996 y 1997, uno de los niveles más altos en su relación con el producto nacional: más de 4 por ciento.

Se trata, entonces, del sexenio más petrolizado de toda nuestra historia. ƑCómo explicarlo, cuando se presume lo contrario?

Va a costar mucho trabajo, muchos esfuerzos y mucho tiempo, realizar una reforma fiscal en serio. Incluso, necesario es decirlo, se trata de una reforma que no va a ser muy popular. Pero, sin duda, tendremos que impulsarla. Y más nos vale que sea pronto.