DOMINGO 9 DE ABRIL DE 2000

Ť Su programa Apaga la luz cumple 10 años al aire


El rock, uno de los terrenos más manipulables: Briseño

Ť El género cada vez es más fresa; perdió su gallardía, define

Ť Lamenta la condición mendicante de los músicos ante los medios

César Güemes Ť Al menos un día de las últimas 500 semanas, Guillermo Briseño ha salido de su casa a las 18 horas para dirigirse al estudio de radio desde el cual, luego de recibir la señal del productor y oprimir el botoncito que libera su voz al aire, da comienzo, en vivo y en directo, su programa Apaga la luz.

Briseño es músico de siempre, lo mismo que escritor. Este domingo está particularmente de fiesta, porque Apaga la luz cumple 10 años al aire y ofrecerá un programa desde luego peculiar a partir de las 19 horas en Orbita, 105.7 FM, emisora del Instituto Mexicano de la Radio (Imer).

-ƑNo te descubres cansado, Guillermo?

-A lo largo de estos diez años, sobre todo en los últimos tres, en los cuales la emisión pasó a los domingos, de siete a ocho, no me veo cansado sino como si hubiera sufrido una irrupción en el orden de mi vida. El domingo es el día en que he visto a mis hijas desde hace mucho tiempo y para muchas personas ese cierre de semana contiene una especie de pacto social por el cual puedes tomar cierto descanso en la tarde. Sin embargo, no es mi caso, a las 18 horas debo dejar lo que sea para irme al estudio. Cuando llego y comienzo a hacer el programa, cambia automáticamente la situación y otra vez vuelvo a ser el del primer domingo, pero ahora con más experiencia.

briseno-guillermo-2-jpg La trayectoria del músico frente a un micrófono de radio tiene varios antecedentes, como el ya célebre Rocanrolario, de hace algunos ayeres: "Aprendí a hacer un programa con gran libertad y ahí está la clave de que me sienta bien. Antes de estos diez años ya había tenido muchas experiencias relacionadas con la radio, lo cual genera una cierta sangre fría porque, por ejemplo, cuando hice mi primer programa, Rocanrolario, en el 590 de AM, así como empezó, se acabó, y por supuesto que no recibí ni las gracias, mucho menos algo que se pudiera considerar un pago por mis servicios.

-Habrá alguna razón para que esta especie de maltrato se genere y reproduzca. Algo no está funcionando como debe.

-En parte proviene de que normalmente los músicos somos solicitantes, mendicantes. Casi siempre estamos buscando la oportunidad de que los dueños de los medios nos reconozcan para que luego los demás nos escuchen. Entonces, pasamos por una especie de síndrome de Walt Disney, que afecta a los administradores de los medios. Es como si Disney te dijera: "yo te hice Mickey Mouse, entonces tengo derecho a arrancarte de la página en la que te dibujé, te puedo quemar y tirar a la basura". Lo que pasa es que la música es la más extendida de las artes como un hecho manipulable, vulgarizable, por todo lo que pasa con la música popular y más en el territorio del rock. Cuando un locutor dice al aire que está entrevistando a uno de los más grandes compositores del país, y uno sabe de quién se trata y que es mentira, lo menos que puede provocar esa afirmación es un rechazo.

''En ese sentido es que para mí el programa de radio ha sido una especie de haz de luz hacia afuera, con el que puedo salir y ver qué pasa. Te hablé primero de la queja porque mencionaste lo del cansancio, y en todo caso me parece bien decirlo. No es fácil hacer un programa durante diez años, ni que te rompa la tarde del domingo. Además, sabes que el resto del panorama no es sencillo: si fuera bien retribuido económicamente me permitiría otras salidas. Por ejemplo: si no veo a mis hijas pero me pagaran muy bien, podría ahorrar y llevármelas de vacaciones una vez cada dos meses. Pero no, el programa casi me cuesta, casi pongo de mi bolsa para hacerlo. Esto lo cuento porque si a alguien le tendría que dar vergüenza sería al Imer. El caso es que lo seguimos haciendo y creo que hasta con más intensidad que antes. Me doy cuenta de lo valioso que es el espacio, pero pienso que mi tiempo y mi tarea como músico a lo largo de todo este lapso también cuentan".

-Aunque no sea consuelo, pero digamos que ganas un poco más de lo que pierdes.

-Así es, hay un sabor a optimismo al hacer ese tipo de trabajos.

-Tu punto de vista es uno de los más críticos del medio musical.

-No podría ser capaz de sobrestimar ni mi capacidad como músico ni mis análisis de la realidad, salvo que me sé un rocanrolero rabioso ante un rock que cada vez está más fresa y más ingenuo, porque abandonó su parte más gallarda y alucinante que venía del blues. Hoy parece que es motivo de orgullo que alguien toque una cumbia al mismo tiempo que siente que está haciendo rock, sólo porque tiene en las manos una guitarra eléctrica o porta los pelos parados o porque está loco. Y no. Bueno, me da lo mismo que llamen al género como quieran, pero dentro del instinto de conservación de las personas que escuchan la música, hay un foco de alerta que eventualmente se enciende cuando percibe que algo no anda del todo bien.

Apaga la luz, lejos de ser tan sólo un programa en torno a la música, ha venido haciendo un recuento puntual de muy diversos aspectos de la vida del país. Así lo explica Briseño: "El programa me ha permitido acompañar a todos estos movimientos que son como formas helicoidales en las cuales uno camina y se encuentra con las muchas historias simultáneas del país, desde el alzamiento zapatista o los decires de los asuntos jurídicos y legales de los recientes días o el patrimonio cultural amenazado por quién sabe cuántas manos malignas, o la privatización del rocanrol o los conflictos en la UNAM".