SABADO 8 DE ABRIL DE 2000
Ť Tremenda pachanga por los 60 años del actor; asistieron 1,500 personalidades
Los invitados no dieron tregua a Armendáriz ni un solo minuto
Ť Escritores, cineastas, productores y políticos repartieron abrazos hasta la cinco de la mañana
Fabrizio León Ť Las divas rodearon al agasajado, pero además de Ofelia Medina, Gabriela Roel, Leticia Huijara, Blanca Guerra, Edith González, Rebeca Jones y Arcelia Ramírez había otros mil 500 invitados, que no dieron tregua ni un solo minuto a Pedro Armendáriz, quien celebraba sus 60 años.
El Salón 21 se convirtió en hospital, porque los males de los presentes emergieron en unas horas, luego de ingerir generosas dosis de tequila y whisky, con la supervisión del doctor Juan Pérez Amor, reconocido médico de cabecera de casi todos los presentes.
Artistas, escritores, políticos, utileros y toda la banda que hizo posible la cinta que no se filmó permaneció ahí hasta las cinco de la mañana, cuando el anfitrión se despidió.
Ahí, en la pista, se mezclaron los pasos del consejero presidente del IFE, José Woldenberg; el embajador francés Bruno Delaye (acompañado de cinco hermosas parisienses), el escritor Homero Aridjis, Enrique Salinas de Gortari, Gilberto Guevara Niebla y Adolfo Aguilar Zínser. Todos en la misma pista, pero de entre la pléyade destacaba la belleza de Federica Armendáriz, hija del actor
El grito de un incansable
La fiesta congregó a notables figuras del cine. Una de ellas, Gabriel Beristáin, viejo lobo de la cámara, nos contó que su ópera prima, El grito, fue filmada en español e inglés, como se hacía hace décadas, y que la historia versa sobre una mujer que por azares de la vida se emplea en un periódico de nota roja; en una investigación descubre a un asesino en serie, que puede ser su marido, su suegro o el director del periódico que se llama El grito. Armendáriz, Angélica Aragón y Yareli Arizmendi llevan los papeles protagónicos. El mercado latino en Estados Unidos será el punto a atacar.
Gabriel Beristáin no tiene descanso. Ha colaborado como fotógrafo en 25 producciones (Garras y Eclipse total, entre ellas) y es miembro de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas (revela que votó por el Chivo para el Oscar). Está convencido de que la presencia latina en el cine estadunidense es más que una coyuntura.
Según el fotógrafo, el sentimiento nacionalista le provoca "amor, nostalgia y aborrecimiento". Por esos derroteros, precisamente, caminará su próxima producción, que abordará la migración árabe a Latinoamérica, con la participación de Shakira.
Bendito entre las divas
Ofelia Medina, con sus ojos de águila descalza, abandonó Chiapas por un momento para acompañar al actor.
Arcelia Ramírez, con sus movimientos fugaces, cuenta que este año estrenará cuatro películas, la mayoría relacionada con la Luna. Participará en otra que, como Medea, dará vida a una ''historia atroz de emociones crudas'', dirigida por Arturo Ripstein.
Edith González se abstuvo de hablar. Incluso se molestó cuando se le preguntó sobre los sueños: "No sé... Vete al carajo", deslizo amablemente.
Leticia Huijara sonreía plácidamente, con un cigarrillo en su mano derecha, sentada en la mesa principal, al filo de la pista, rodeada de furtivas miradas.
Gabriela Roel accedió a fotografiarse siempre y cuando ella dirigiera la toma.
Luis de Llano fue otro de los asistentes. Se le inquirió sobre los últimos desmadres en Televisa. Antes de abundar sobre las renuncias y cambios en los noticiarios, así como el affaire Adal Ramones, sintetizó: ''El desmadre es el mismo, sólo cambia el casting".
Sobre las grabaciones originales del concierto de Avándaro, dijo: ''No las encuentro... Están perdidas, pero te puedo decir que ahí aparecen varios funcionarios públicos de ahora".
Las Mañanitas
El músico Jorge Reyes se dio un rol por la fiesta. Nos contó que en breve saldrá su más reciente disco, pero sólo se distribuirá en EU. Se llama La espora, el grano y el vino, grabado con Steve Roach, en Arizona. Lo presentará en un concierto, el 27 de mayo, en Tucson.
Además del lanzamiento, con 50 mil copias, del soundtrack de la película La otra conquista, que se estrenará en 20 salas de Los Angeles, donde -sin duda- tendrá mayor difusión que en México.
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La fiesta se acabó al filo del amanecer. Antes, un parroquiano sucumbió ante los efectos del alcohol y se desmayó frente a la audiencia. Pero nadie se preocupó. El estetoscopio de Juan Pérez diagnosticó que el corazón aún latía. Y a todos nos latió.