SABADO 8 DE ABRIL DE 2000
Ť Mañana, su voz habitará la plancha del Zócalo
El amor es un ratito de lujuria que el tiempo acaba: Chavela
Ť Tributo del GDF y el Festival del Centro Histórico a la Macorina
Angel Vargas Ť Simpleza y sencillez son los signos que distinguen a la cantante Chavela Vargas.
A sus 80 recién cumplidos años -es de abril, aries, ''un poquito cabroloca"- se asume como un mito, no porque procurara serlo, aclara, sino que fueron los otros quienes se han encargado de escribir gran parte de su historia, plagada tanto de románticos como de oscuros pasajes.
''Secretos ya no tengo, mi vida es pública. Pregunta en cualquier parte del mundo si tengo uno y te dirán que no. Incluso, muchos me los han inventado", dice con pícara sonrisa la entrañable intérprete de Macorina, quien se encuentra en su ''México querido" para ofrecer este domingo un concierto público en pleno miocardio capitalino.
El acto servirá de contexto para que el gobierno del DF y el Festival del Centro Histórico le rindan un homenaje a la popular artista por su trayectoria.
Si presentarse en el Palacio de Bellas Artes en 1997 le produjo gran satisfacción, el recital que realizará en la plancha del Zócalo la tiene con ''un gran miedo, porque estar al aire libre con más de 200 gentes, pues ustedes no saben lo que estoy sintiendo; y ya a mi edad no sé si llegue pa'l domingo viva. No, sí, sí llego".
Enemiga de toda solemnidad
Sencilla y bromista, Chavela se declara enemiga de toda solemnidad. Su risa y su llanto no responden a causas complicadas, dice, sino a situaciones tan simples de la vida como ''ver el atardecer, un pan tendido al sol; tener un taco de nopales si no he comido todo el día".
Y abunda: ''Me dan ganas de llorar, pero del llanto dulce, no del amargo, que es generalmente el llanto por el amor. Lloro cuando me acuerdo que lloraba por el amor. Este no existe, es sólo un acto de buena voluntad y un ratito de lujuria que, con los años, se va acabando".
Orgullosa por llevar la música mexicana de las cantinas a las universidades, la intérprete indica que, si bien a su carrera no le falta nada, según la vida le falta aún mucho. ''Tengo que regresar a Europa, Argentina, Venezuela; me anda enamorando Japón, aunque no sé si llegaré, con lo lejos que está. A mi edad no se puede planear nada, sólo pienso en lo que me va deparando el destino y, si puedo, lo hago".
Chavela Vargas, la que con vehemencia se dice ''Chavela la del pueblo", procura que ni los años ni las consecuencias naturales por el paso de éstos, le minen esa energía tan jovial como lo son sus ocurrencias. Define que la vejez es llenarse de recuerdos que en ocasiones entristecen fuertemente y desecha cualquier temor a la muerte: ''No es fea, es lo más hermoso que existe, por eso nadie regresa del más allá. šLástima que uno no pueda morirse muerto de la risa!".
Convivir con la juventud y observarla divertirse son una de sus principales pasiones actuales, además de cantar y disfrutar de una buena exposición de pintura.
Sobre la juventud, agrega que ella no es nadie para juzgarla, incluso resalta que la inteligencia de los jóvenes actuales le hacen depositar en ellos su confianza en el futuro. No importa si viven una angustia tan intensa como la drogadicción, subraya, ''ellos sabrán que es una puerta falsa y la dejarán", como fue el caso de Pedro Almodóvar, quien lo hizo y ahora sigue trabajando.
Del programa que interpretará la noche del domingo (a partir de las 20:00 horas), Chavela dijo ayer que será el que ha llevado por el mundo entero, con canciones mexicanas y dos guitarras; aunque promete algunas sorpresas, entre ellas demostrar que es falso que haga del mariachi algo fúnebre, como se lo han dicho.