VIERNES 7 DE ABRIL DE 2000

* El control poblacional no debe atentar contra la dignidad de las personas, dice


Niega la Iglesia oscurantismo en su doctrina

* El condón es extremadamente inseguro para evitar el contagio del sida, advierte Javier Lozano

José Antonio Román * En la defensa de la vida y su reprobación a los métodos y prácticas abortivas, la Iglesia "no es oscurantista", pues sólo se remite a difundir las enseñanzas del Evangelio, afirmó el presidente del Pontificio Consejo para la Salud de la Curia Romana, Javier Lozano Barragán.

El prelado, de origen mexicano, insistió en que pese a todo lo que se diga por parte de organizaciones civiles, e incluso por instituciones gubernamentales, el condón es "extremadamente inseguro" para evitar el contagio del sida. Científicamente se ha comprobado, en varios estudios encargados por el Vaticano, que el látex con el que se fabrica el preservativo, comparado con el tamaño del virus del sida, prácticamente es una "coladera".

Lozano Barragán, quien desde hace más de tres años se hace cargo de lo que viene a ser la Secretaría de Salud dentro de la estructura del gobierno vaticano, participó ayer en el segundo Diálogo Anual Católico Panamericano de la Salud. Afirmó que la Iglesia, contrario a lo que se piensa y se difunde por sus detractores, no está en contra de las políticas de control poblacional, pero sí sostiene que éstas no deben ser abortivas ni ir en contra de la dignidad de las personas.

Incluso, señaló que aquellos que la critican severamente por sus posturas en torno al aborto, las políticas de control natal y al condón, son "intransigentes" y "exagerados", que con la ironía, la sátira y la burla pretenden descalificar a una institución que tiene como misión difundir el Evangelio y, en todo caso, será una decisión personal de los católicos si actúan o no conforme a los principios de su Iglesia.

Entrevistado luego de su intervención en el acto, el cual fue auspiciado por el Celam, el Pontificio Consejo para la Salud y las arquidiócesis de México y de Nueva York, monseñor Lozano se refirió también a la controvertida iniciativa de ley sobre la donación de órganos. Señaló que el mismo acto de donar una parte del cuerpo para la prolongación de otra vida es aprobado por la Iglesia, siempre y cuando sea en plena libertad y no obligatorio.

Por ello, consideró verdaderamente absurdo que hubiera una imposición legal de trasplante. A nadie se puede obligar a dar uno de sus órganos, pues perdería su verdadero sentido de donación. Plantearlo así es una contradicción. Más aún, la doctrina de la Iglesia expresa con suma claridad que "un órgano nunca se vende, ni siquiera la sangre, pues no es sujeto de comercio".

Durante el acto, que tiene el objetivo de identificar los retos a los que se enfrentan la Iglesia y sus agentes de pastoral en materia de salud, se expuso que la justicia social está estrechamente relacionada con los factores asistenciales de la población, así como con sus índices de bienestar social. Además, se dejó en claro que la medicina es un servicio a la humanidad.