VIERNES 7 DE ABRIL DE 2000

Nativitas Cuautempan, un año de resistencia

 

* Gilberto López y Rivas *

A través de un polvoriento camino de terracería se llega a Nativitas Cuautempan, una pequeña comunidad de apenas 230 familias situada en la desértica geografía de la Mixteca poblana, a cuatro kilómetros y medio de San Juan Ixcaquixtla, municipio de San Vicente Coyotepec.

A pesar de la pobreza del entorno y la aparente tranquilidad de sus escasas calles, en estos días Nativitas Cuautempan celebró en la plazuela central asfaltada con un jardín esmerosamente cuidado, el primer aniversario de la resistencia civil contra el fraude electoral que impulsó el actual presidente municipal de la capital poblana, Mario Marín Torres, ampliamente conocido por su prepotencia y su desprecio hacia las tradiciones indígenas de sus paisanos.

Este cacique muestra un particular deseo de venganza en contra de los ciudadanos que organizados por usos y costumbres el 28 de marzo de 1999 ganaron por 66 votos a 65 la presidencia de la Junta Auxiliar.

Contabilizada la cerrada votación en presencia de los escrutadores de ambas planillas y firmadas las actas por sus representantes, en lugar de reconocer el triunfo de Valencia, el presidente municipal de Coyotepec, Vicente Reyes Asención, y parte de su cabildo, se encerraron en el local de la Junta Auxiliar y después de cuatro horas salieron huyendo, no sin antes cambiar las cifras de la votación en favor de Emiliano León, candidato de Mario Marín.

Indignados ante el atropello cometido a la vista de todos, los ciudadanos decidieron en reunión comunal tomar la presidencia de la Junta Auxiliar y llevar el problema al gobierno del estado.

Como siempre sucede en estos casos, los quejosos se enfrentaron a la enmarañada burocracia estatal, proclive a la complicidad con el fraude perpetrado. Ante esa confabulación e indiferencia, aumentó la movilización popular al grado de interceptar al gobernador del estado, Melquiades Morales Flores, durante la clausura del Coloquio Internacional de Reforma Agraria y Desarrollo en el Siglo XXI, la cual no pudo llevarse a cabo debido a la airada protesta de los manifestantes de Nativitas y pueblos aledaños. En esa ocasión, y ante los medios de comunicación nacionales, el gobernador se comprometió a "resolver todos los conflictos postelectorales en el mes de diciembre".

A este hecho siguieron las acostumbradas dilaciones, rodeos y chicanerías por parte de los funcionarios estatales, que lejos de solucionar el problema apoyaron al presidente auxiliar usurpador, quien el 15 de abril de 1999 tomó posesión del cargo en sesión clandestina del ayuntamiento de la cabecera municipal. En esa misma fecha, el Consejo de Ancianos de Nativitas, en presencia de todo el pueblo, dio posesión a don Julián en el recién nombrado "Parque de la Democracia", estableciendo el carácter autónomo de la Junta Auxiliar.

Agresiones y provocaciones no se hicieron esperar por parte de Marín y León, quienes han enviado policías municipales, estatales y judiciales para intimidar y agredir a los pobladores de la comunidad. Incluso, insólitamente, el 2 de enero pasado un vehículo Hummer artillado, placas 0916032, perteneciente al Ejército Mexicano, se presentó a una comunidad solidaria cercana (San Mateo Zoyamazalco, que gobierna el Frente Indígena MixtecoųPopolocaųNáhuatl) sin otro fin que amenazar a los asistentes a una celebración por el aniversario de la rebelión zapatista.

A un año de lucha y resistencia, la causa de Nativitas se ha expuesto en numerosos foros nacionales e internacionales: la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la Liga Mexicana por la Defensa de Derechos Humanos, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, Amnistía Internacional, gobiernos de países europeos, e incluso, la alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Mary Robinson, fue informada de la violación cometida en esta población indígena popoloca.

Así, Nativitas Cuautempan se ha convertido en un paradigma de la resistencia indígena contra la imposición del régimen de partido de Estado, en un ejemplo para numerosas comunidades, municipios y regiones, que ven secuestrada su voluntad de autogobierno. Sus hombres y mujeres están decididos a continuar su lucha hasta que prevalezca la democracia, la paz y la justicia.

En concordancia con los acuerdos de San Andrés, Nativitas Cuautempan no espera a que el gobierno reconozca la libre determinación y la autonomía de los pueblos para manejar, con grandes limitaciones y amenazas, los asuntos de su competencia. Nativitas es el símbolo poblano de que no todo en el campo tiene precio como piensan los operadores priístas, y que ni Progresa ni policías harán cambiar la firme decisión de sus pobladores: "morir de pie en lugar de vivir de rodillas". *