VIERNES 7 DE ABRIL DE 2000

La simulación

 

* Luis Javier Garrido *

El proceso electoral de 2000 está poniendo en claro que la alternativa para México no está hoy en día en los partidos, sino en la sociedad.

1. La estrategia gubernamental para garantizar los intereses trasnacionales en México se ha centrado en los últimos años en lograr que los partidos "de oposición" acepten que no hay más camino para el país que la globalización neoliberal, y que una eventual alternancia política no llevaría a un cambio de políticas, y la ineptitud de la oposición ha dado la razón a los tecnócratas mexicanos en ese sentido: los partidos "de oposición" parecen empeñados en demostrar que no representan una alternativa.

2. ƑDónde están esos partidos hoy, habría que preguntarse, ante una sociedad que resiste el embate de las políticas "de la globalización"?

3. El esquema oficial está fracasando en la UNAM porque, a pesar de la complicidad de las fuerzas de oposición con las autoridades y de la manipulación sin precedentes de la información sobre el conflicto que siguen teniendo los medios masivos de comunicación, los estudiantes agrupados en el CGH han logrado frenar el proceso de privatización, primero mediante la huelga y después a través de una serie de movilizaciones, evidenciando no sólo al gobierno federal sino al sistema político en su conjunto: al PRI y a los partidos y organizaciones corporativas del Estado, a los medios y a los intelectuales orgánicos del "sistema", que no parecen tener otra respuesta ante la situación que insistir irracionalmente en una solución de fuerza.

4. El rector De la Fuente no ha tenido ante esta resistencia de los estudiantes y de los padres de familia, que a todas luces él y sus colaboradores no se esperaban, más respuesta que el uso de la fuerza (manteniendo presos a varios estudiantes, intensificando las imposiciones y acentuando la campaña de desinformación) con la pretensión de que los profesores y estudiantes de la vieja derecha universitaria aliados a los del PRD le resuelvan el conflicto, sin darse cuenta de que todos estos son una minoría y de que la única solución sensata para el conflicto en la UNAM es el diálogo.

5. Las políticas de simulación de las autoridades de la UNAM, que tras negarse a cumplir los Acuerdos de Minería suscritos con el CGH y a dialogar sobre los seis puntos del pliego estudiantil, establecieron ahora unas mesas (3 de abril) para que los directores de cada dependencia finjan un diálogo con sus incondicionales, que no será otra cosa que un monólogo, no pueden conducir más que a tensar más la situación. Este tipo de foros, como se sabe, habían sido preparados hace más de un año por el entonces rector Barnés para legitimar sus decisiones y responden a la mecánica utilizada por el priísmo en el pasado, pues los asistentes no tienen más funciones que convalidar con su presencia las decisiones de la rectoría tomadas de antemano y de avalar conclusiones ya redactadas, de ahí que a nadie extrañe el fracaso estrepitoso que están teniendo y que en vano trata de paliar la prensa, pues la mayor parte de los académicos y estudiantes, así como los trabajadores del STUNAM están rechazando participar en ellas.

6. El gobierno mexicano ha tenido históricamente una incapacidad para dialogar con las fuerzas sociales inconformes, y las actuales autoridades universitarias, que siguen de manera obsecuente las directrices de Bucareli, sólo parecen llevar la situación en la UNAM al filo de la navaja, como ha hecho el gobierno en el caso de Chiapas, donde pretende haber cumplido los Acuerdos de San Andrés cuando el mundo entero conoce que esto es falso. El ridículo que hizo Ernesto Zedillo en su último viaje a Comitán (3 de abril), en donde con gran valor civil una niña le mostró en su cuaderno escolar una demanda sobre el cumplimiento de los acuerdos y ante la pretensión falaz de éste de que ya los había cumplido ella insistió en que no era cierto, debería ser un llamado de atención para un gobierno que tiene la fuerza pero carece de la razón, mas no es el caso porque los gobernantes actuales dan muestras todos los días de carecer de la mínima dignidad.

7. La "estrategia" oficial para enfrentar la inconformidad en la UNAM, que se definió la primavera de 1999 en las oficinas de Diódoro Carrasco (titular de Gobernación) y de Armando Labra, quien fungía entonces como su coordinador de asesores, y que es una calca de la seguida en Chiapas, ha constituido un desastre para el régimen, pero también para sus aliados. Lejos de debilitar al movimiento estudiantil, las políticas gubernamentales no han hecho sino desprestigiar aún más de lo que estaba al gobierno federal, poniendo de relieve la obcecación de Ernesto Zedillo por desmantelar a la UNAM y evidenciando el doble discurso que tienen las autoridades con la pretensión de satisfacer a los organismos financieros internacionales, aunque también haya mostrado la incongruencia de muchos dirigentes perredistas que aceptaron la privatización de la UNAM en contra de lo que establece el marco constitucional.

8. Las informaciones que filtran a la prensa algunos dirigentes perredistas, que no tienen empacho en mostrar su injerencia en los problemas de la UNAM, carecerían por lo mismo de importancia pues es de sobra conocida la complicidad que han tenido con el régimen durante el último año para la privatización de la UNAM, si no fuera por el sesgo que pretenden darles. Y ése es el caso de la nota en la que El Pino, todavía entonces delegado de Tlalpan, hizo anunciar pomposamente que ofreció una "cena" a los doctores Narro y De la Fuente (Milenio, 2 de abril), lo que a nadie le interesaría si no fuera porque los interesados dejan saber que a espaldas y en contra de los universitarios preparan una simulación de Congreso Universitario en la que los perredistas o "moderados" serían la comparsa de las autoridades, sin darse cuenta de que esta mascarada a nada conduciría.

9. El papel que algunos dirigentes del PRD buscaron darle a su partido como una instancia oficial "de mediación" en el conflicto universitario, entendiendo que al mismo tiempo podían aprovechar la coyuntura a fin de enviar señales al Banco Mundial en el sentido de ser el mejor valladar contra los movimientos sociales, ha fracasado por completo. Los profesores y estudiantes perredistas son en la UNAM una evidente minoría, que tras su lucha frontal contra el CGH lo único que han logrado, además de algunos cargos administrativos, es desprestigiar a su partido y comprometer seriamente las aspiraciones de sus candidatos en las elecciones federales de 2000.

10. La lección histórica del conflicto de la UNAM es por todo esto muy clara, y va en el mismo sentido que en el caso de Chiapas. La única vía para el cambio está en la resistencia de la sociedad. *