VIERNES 7 DE ABRIL DE 2000
* Leonardo García Tsao *
Rudeza necesaria
El deporte es un tema bastante limitado dentro del cine, dada la tendencia a recurrir al mismo esquema: el triunfo de un individuo o equipo contra circunstancias adversas. El boxeo es el deporte más solicitado en términos cinematográficos, por su evidente potencial dramático; en cambio, el fútbol americano debe ser uno de los menos tratados, con un registro de películas memorables que pueden contarse con los dedos de un balón.
Ahora Oliver Stone abandona de momento sus preocupaciones sobre la política y el crimen, para aportar su perspectiva sobre ese deporte. Un domingo cualquiera es una combinación de las cualidades de otras dos cintas sobre el tema (las únicas notables, hasta donde puedo recordar): la brutalidad machista de Golpe Bajo (The Longest Yard, Aldrich, 1974) y la mirada crítica de El destino de un rebelde (North Dallas Forty, Kotcheff, 1979).
El argumento aborda los tópicos de cajón. El ficticio equipo de los Sharks de Miami se encuentra en una crisis tras cuatro años de haber ganado el campeonato. El entrenador Mike D'Amato (Al Pacino) se encuentra presionado por la nueva dueña, Christina Pagniacci (Cameron Diaz) quien ha heredado el equipo con mucha ambición financiera y escaso apego por el deporte. Además, el veterano mariscal de campo Jack Rooney (Dennis Quaid) está en mala condiciones físicas y debe ser sustituido por el novato Willie Beamen (Jamie Foxx), que pronto se volverá una estrella de inclinaciones individualistas. A eso se suman otros conflictos, como la influencia nociva de la televisión, jugadores con lesiones peligrosas, el racismo inherente y las tentaciones de venderse al mejor postor.
Sin embargo, en esta ocasión Stone no pretende denunciar una perversa conspiración gubernamental detrás del deporte sino demostrar que, a pesar de todo lo expuesto, sigue siendo una actividad heroica. El cineasta ve a los jugadores de americano como modernos gladiadores y celebra su machismo y camaradería viril en una narrativa empapada de testosterona. Eso, claro, le permite ejercer su misoginia acostumbrada. Los personajes femeninos son vistos bajo una luz muy negativa, como si fueran culpables de esa incapacidad física de integrarse a ese coto cerrado, exclusivamente masculino.
Pero esta vez, hasta la exageración formal de Stone opera a su favor. El barroquismo visual, la multiplicidad de puntos de vista, los innumerables cortes de edición, la incesante y diversa música pop en la banda sonora, elaboran un caleidoscopio tan violento y excesivo como el deporte mismo. Aunque el espectador llegue a sentirse aporreado por la estrategia ofensiva del realizador, ese es el objetivo: situarlo en medio de la acción a fin de que participe de sus emociones. En ese sentido, Un domingo cualquiera es la película más exultante y sincera de Stone desde The Doors.
La película anota puntos extras por el verosímil trabajo de la mayoría de sus actores (si las actrices bordean la caricatura, no es su culpa). En un papel que pudo haberse prestado a sus gritos habituales, Pacino hace una discreta caracterización de un hombre cuya pasión por el juego no está reñida con la nobleza. Mientras los secundarios recaen en presencias tan confiables como James Woods, Matthew Modine, John C. McGinley y Jim Brown, entre otros.
Para la versión de exportación de Un domingo cualquiera, la que se exhibe aquí, Stone recortó casi quince minutos del metraje original, suponiendo que fuera de los Estados Unidos no se entenderían muchos aspectos del deporte. No se calculó que México es quizás el único otro país con una numerosa afición por el fútbol americano. Igual, se agradece el ahorro de tiempo. Dos horas y media de Oliver Stone son más que suficientes.
Un domingo cualquiera (Any Given Sunday) D: Oliver Stone/ G: John Logan, Oliver Stone, basado en un argumento de Daniel Pyne y John Logan/ F. en C: Salvatore Totino/ M: Robbie Robertson, Paul Kelly, Richard Horowitz; canciones varias/ Ed: Tom Nordberg, Keith Salmon, Stuart Waks, Stuart Levy/ I: Al Pacino, Cameron Diaz, Dennis Quaid, James Woods, Jamie Foxx, LL Cool J/ P: Ixtlan-The Donners' Company para Warner Bros. EU, 1999.