MIERCOLES 5 DE ABRIL DE 2000

Ť Zafarrancho entre alumnos y profesores


Naufragó el diálogo en Contaduría y en la ENTS

Ť Cuestionan e impiden el ingreso a las respectivas autoridades

Roberto Garduño Ť En la Facultad de Contaduría y la Escuela Nacional de Trabajo Social el diálogo entre autoridades y alumnos (paristas y antiparistas) naufragó entre la cerrazón y la violencia. A unas horas del llamado del rector Juan Ramón de la Fuente, por la reconciliación entre universitarios, y la advertencia sobre el riesgo de que "algo más grave ocurra" en la UNAM, el nuevo director de la ENTS, Carlos Arteaga, no pudo ingresar a su oficina, y Arturo Díaz Alonso, de Contaduría, fue duramente cuestionado durante un zafarrancho entre activistas, alumnos y profesores.

Antes de las 8:00, el secretario general de la UNAM, Enrique del Val, se presentó en la ENTS para dar posesión a Carlos Arteaga por el periodo 2000-2004. No obstante, un grupo de 50 paristas bloquearon el acceso a las oficinas administrativas del plantel, en protesta por la decisión de la Junta de Gobierno de la máxima casa de estudios, a la que definieron como "antidemocrática e ilegítima", ya que no se consultó a la comunidad de la escuela.

Aquella toma de posesión coincidió con la llegada de cientos de alumnos que asistían a clases y, en pocos minutos, cualquier intento por ingresar a la dirección fue imposible. El secretario general de la Universidad Nacional permaneció en la entrada del plantel y allí, entre algunos gritos aislados de los activistas, el funcionario procedió brevemente a concretar la entrega protocolaria del cargo a Carlos Arteaga:

protesta-cgh-burgoa-jpg "Es el nuevo director para dirigir los destinos de esta importante escuela para nuestra universidad a partir del año 2000-2004. Yo felicito al maestro Arteaga y espero que le dé el brillo que necesita esta escuela. En este momento queda al mando de la escuela el maestro Arteaga. šMuchas felicidades!".

Pero en cuanto se dio aquello, comenzó el griterío de los paristas, que rechazaban la presencia del nuevo director: "šFuera, fuera, fuera!... šArteaga, tú no representas a nadie; no permitiremos que entres!". Pero, también, los alumnos que atestiguaban aquella escena iniciaron otro coro: "šClases, clases, clases, clases!".

Entonces Enrique del Val se retiró y el nuevo titular de la dirección intentó avanzar hasta su oficina.

En su camino se encontró con los paristas, que le exigían "diálogo, diálogo, diálogo...", y éste respondía que sí debatiría, siempre y cuando se le permitiera el paso. Aquella discusión duró más de hora y media. Los argumentos fueron los mismos y no se llegaba a ninguna parte.

Rodolfo Hernández, que se hallaba al frente de los activistas, insistía en dialogar en el auditorio, y el director -hasta entonces- reviraba: "Vamos al auditorio, pero abran la dirección". En esos momentos la situación se polarizó cuando entre el maremágnum una profesora fue jalada del cuello y comenzó el zafarrancho. La respuesta de la mayoría de alumnas que se encontraban en la escuela fue de rechazo: "šClases, clases, clases!... šFuera Rodolfo de Trabajo Social, fuera Rodolfo de Trabajo Social!".

El tiempo transcurrió y la situación permanecía igual, hasta que Carlos Arteaga aceptó la demanda de los activistas y ordenó abrir el auditorio. Desde las 9:30 inició un diálogo, que se prolongó horas, pero la postura de los integrantes del comité de huelga permaneció sin cambios: no aceptarían al nuevo director hasta que se realice una consulta a la comunidad, y ésta decida si permanece en el cargo, y por lo tanto la dirección permanecería cerrada de manera indefinida.

Empujones contra estudiantes

Muy cerca de la ENTS, en la Facultad de Contaduría, un grupo de 50 activistas impidieron la realización de la mesa de diálogo programada por el Consejo Técnico del plantel. Una vez que consiguieron su objetivo, los activistas -que reclamaban el cumplimiento de las promesas de Arturo Díaz Alonso, quien se habría comprometido a realizar foros de diálogo y la apertura del auditorio para albergar a un número mayor de la comunidad- se dirigieron a la oficina del director.

Tras un alegato con los huelguistas, frente a su oficina, Díaz Alonso accedió a dialogar en la Plaza del Estudiante. En ese lugar, la postura de los activistas no varió: exigían diálogo con base en los acuerdos del 10 de diciembre, y el director prometía que se abriría un salón más grande. "šQueremos el auditorio!" -le gritaban los activistas.

Otra vez, aquel "diálogo" resultó infructuoso, y Díaz Alonso optó por retirarse: "Así, en estas condiciones, no se puede dialogar; ustedes no ceden y son una minoría", les reprochó.

Pero cuando se retiraba, casi en vilo, una huelguista le increpó: "Señor director, cumpla su palabra", el reclamo disgustó a un profesor que acompañaba al funcionario, y empujó a la joven que estuvo a punto de caer.

Aquello desquició al tumulto que rodeaba a Díaz Alonso, y comenzó una golpiza entre alumnos (paristas y antiparistas) y profesores. Unos rodaron por el suelo y fueron fácil presa de las patadas de sus oponentes. Otros corrieron. Mientras que la mayoría demandaba calma: "No mamen, tranquilos, nos estamos golpeando entre estudiantes; reflexionemos...".

Díaz Alonso fue conducido a la biblioteca; sudoroso, el director se refugió en ese lugar durante varios minutos, tiempo suficiente para calmar los ánimos. Pero no fue así; al salir escoltado por trabajadores de confianza y profesores, fue centro otra vez de los reclamos: "Maldito cobarde, no cumples tu palabra, šno mereces ser nuestro director!".

Para entonces la discusión y el debate que caracterizaban a los universitarios se habían olvidado...


Ť Será bloqueado el acceso a la torre de rectoría


Se enfrentaron cegehacheros y alumnos de Derecho; 2 heridos

Ť Paristas hicieron pintas en el despacho de Ignacio Burgoa

Alma E. Muñoz Ť Integrantes del Consejo General de Huelga (CGH) protagonizaron un enfrentamiento con estudiantes de la Facultad de Derecho y lesionaron a dos de ellos. Uno fue tirado al suelo, donde recibió patadas y una pedrada en la cabeza. El otro resultó con el labio superior abierto y golpes en la cabeza. Así concluyó la marcha a que convocaron los paristas para instalarse en plantón frente a la torre de rectoría para bloquear hoy, a primeras horas del día, los accesos al edificio de gobierno de la UNAM.

Desde las 17:30 horas un millar de huelguistas, académicos y padres de familia caminaron del Jardín Hidalgo, en Coyoacán, al despacho del jurista Ignacio Burgoa Orihuela, donde además de hacer pintas y culparlo, junto con el rector Juan Ramón de la Fuente, de la detención de alumnos en el Reclusorio Norte, aventaron vísceras de cerdo y rociaron el inmueble con agua y ajo molido.

derecho-discusion-jpg Enseguida se trasladaron a las oficinas alternas de la Facultad de Ciencias, donde labora el director Luis Fernando Magaña, para continuar con sus protestas y posteriormente llegaron a Ciudad Universitaria donde sostuvieron el enfrentamiento con los alumnos de jurisprudencia.

Cuando entraron al campus universitario la vanguardia entró a la Facultad de Derecho en medio de cientos de estudiantes que les miraban sin hacer eco a sus demandas. En ese momento sólo hubo una queja de algunos alumnos que pedían respeto a un presunto acuerdo para no hacer pintas en el interior del inmueble, mientras los activistas brincaban y gritaban consignas. El grueso del contingente traspasó el edificio y en el corredor que rodea el área de las islas sostuvo un primer enfrentamiento verbal con jóvenes que tomaban clases en lo alto del edificio y les arrojaron piedras rompiendo un cristal y estrellaron otro.

Algunos paristas y el profesor de Ciencias Políticas, Iván Zavala, protestaron por las agresiones que hacían sus propios compañeros pero el último recibió como respuesta una mentada de madre de otro activista. Adentro, algunos huelguistas del CCH Vallejo comenzaron a empujarse con alumnos de Derecho. Corriendo, llegó el resto del contingente y de inmediato bloqueó los accesos al inmueble.

Jesús Cortés Pérez, de noveno semestre, intentó salir por uno de los corredores pero fue alcanzado por unos seis integrantes del CGH, quienes lo tiraron al suelo y uno de ellos le dejó caer una piedra en la cabeza ocasionándole una herida de seis centímetros a la altura de la nuca, además de lesiones en una mano y abajo del ojo derecho. Sus compañeros lograron sacarlo del lugar.

El Comité de Huelga de Derecho intentó detener la agresión. ''Compañeros, vámonos, los de derecho arreglamos los problemas de derecho'', pero nadie les hacía caso. Desde afuera, los paristas aventaban botellas de plástico y agua. Desde adentro, algunos alumnos les respondían con los mismos objetos, mientras se formaba una valla para contener a los activistas, incluidos unos paristas del plantel. Las rejas que conducen a la oficina del director fueron cerradas y hacia allá llevaron a José Carlos Santiago, el otro alumno lesionado, con contusiones en la cabeza y el labio superior.

Los enfrentamientos duraron cerca de media hora y los paristas, algunos embozados, no lograron ingresar a la facultad como pretendían. Salieron del lugar entre mentadas de madre de algunos maestros y estudiantes. Por los hechos, se levantaron actas ante el Tribunal Universitario, y Jesús Cortés, de 22 años, se mostró dispuesto a levantar una denuncia penal contra quien resulte responsable.

De los sucesos, las autoridades tomaron un video, según explicó más tarde el secretario de Asuntos Estudiantiles de la facultad, Héctor Franco, quien además consideró que el plantel es ''centro de ataque del CGH''.

Marcha sin contratiempos

Antes de iniciar la marcha, el contingente del CCH Sur encabezó una ''guerra'' de consignas con huelguistas de otros planteles: ''Ciencias, ciencias, chicharrón con pelos, chicharrón con pelos, güevos''; ''sexo, chupe y albur, sexo, chupe y albur, para putos los del sur''; ''guerrero, azteca y aztlán, arriba, la FES Cuautitlán''... y así siguieron hasta que alguien supo el camino para dirigirse al despacho de Burgoa Orihuela, en Belisario Domínguez 140.

Al llegar al lugar, los paristas, la mayoría con el rostro cubierto, comenzaron a pintar el exterior del inmueble, aventaron vísceras de cerdo a las ventanas y gritaron: ''Burgoa, Burgoa... culero, culero''; ''Burgoa, fascista te tenemos en la lista''. A lo largo de la marcha, los huelguistas pintaron consignas en diversas casas del centro de Coyoacán, por donde transitaron: ''Quiero seguir jugando a lo perdido: CGH'', además de las alusivas a la exigencia de libertad para sus compañeros detenidos.