MIERCOLES 5 DE ABRIL DE 2000
Ť Asiste al registro de Santiago Creel ante el IEDF
"šMe pusieron un bozal!", dice Fox al tratar de pasar desapercibido
Juan Manuel Venegas Ť "šMe pusieron un bozal!", afirmó Vicente Fox, reacio a contestar ayer las preguntas de reporteros al salir del edificio del Instituto Electoral del Distrito Federal, luego de asistir al registro de Santiago Creel Miranda como candidato de la Alianza para el Cambio (PAN-PVEM) al gobierno de la capital del país.
El candidato presidencial no quiso hablar nada. Dicen algunos -panistas, por supuesto- que se trató de una estrategia: no robarle su día a Creel. Puede que sea cierto, sobre todo por el discurso que presentó el aspirante a jefe de Gobierno del DF -criticando "la guerra de lodo" que, aseguró, protagonizan sus contrincantes del PRI y del PRD- y que pudo haber hecho reflexionar a Fox, quien en las últimas semanas se ha hecho con Francisco Labastida toda clase de acusaciones en la contienda federal.
Mientras Creel exponía sus ideas de lo que debe ser una campaña política, el guanajuatense clavaba la mirada en el techo del salón de prensa del instituto. Ocasionalmente recorría la presencia de los reporteros.
Apuntaba el ex consejero ciudadano: "Mi campaña no ha sido de insultos; no ha sido de descalificaciones; no ha sido tampoco de denuncias penales ni tampoco he intentado convertir este proceso en un litigio de barandilla y mucho menos en una guerra de lodo, como la que hoy vemos se están echando el PRI y el PRD. šEso no se vale!".
Agregaba, tajante: "No se vale que en estas actuaciones que denigran a la política, en esta guerra que se está dirimiendo en las procuradurías, no se vale que escandalicen el proceso que ha costado mucho construir".
Fox -sentado a la izquierda de Creel- sólo escuchaba los "no se vale" de su correligionario. El, quien recientemente se ha batido, aguerrido, contra el PRI y sus supuestos nexos con el narcotráfico; que se burló de Labastida, imitándolo como si el priísta fuera un "viejito decrépito"; que enfrentó a los "chícharos menores" del priísmo, cuando éstos se le lanzaron en bola, y que terminó por retarlos, enseñándoles el dedo medio por todo lo alto... tenía que escuchar ayer que, todo eso, "no se valía".
Se aguantó. No dijo nada, respetó la mencionada estrategia, sólo un breve comentario: "Vengo aquí, a escribir una página de la historia con Santiago..." y otras tantas palabras para enaltecer la figura del candidato capitalino de la coalición verdi-azul.