LUNES 3 DE ABRIL DE 2000
Ť Esperaba que el sistema le retribuyera sus logros
Luego de esta Legislatura, sólo me queda Tabasco, decía Núnez
Ť Hizo que su partido tuviera la mayoría que no le dieron las urnas
Ť Convencía a diputados de oposición para que votaran con el PRI
Ciro Pérez Silva Ť A la cabeza de la primera bancada priísta minoritaria en la historia del Congreso de la Unión, Arturo Núñez Jiménez resolvió favorablemente para el gobierno y su partido todos los asuntos financieros derivados de la crisis económica y el rescate bancario. Se convirtió, a decir de sus propios diputados, en el mejor "portero" al detener la andanada de iniciativas que el bloque opositor intentó promover en la Cámara, y al final de la Legislatura recuperó para su grupo parlamentario esa mayoría que el Partido Revolucionario Institucional no pudo ganar en las urnas.
"Al concluir esta Legislatura, no hay nada más para mí que la gubernatura de mi estado, Tabasco", declaraba Núñez Jiménez cada vez que se le interrogaba sobre su futuro. Sin embargo, el sistema no lo retribuyó como él creyó merecer por sus "logros" conseguidos desde la Secretaría de Gobernación, el IFE y San Lázaro, al frente de la bancada tricolor.
El economista tabasqueño se refería entonces a la aprobación, en tiempo y forma, de los presupuestos de Egresos de los últimos tres años; la creación del Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB) y la autorización para trasladar a los contribuyentes el costo del rescate de la banca, además de la aprobación, el año pasado, de una partida superior a 35 mil millones de pesos para la operación del IPAB.
Hablaba en corto de las "operaciones de convencimiento" para que legisladores de PAN, PRD, PT e independientes votaran con el PRI la aprobación de estas iniciativas. Así surgieron también los diputados "de oposición", que al momento de emitir su voto se ausentaban del salón de plenos "para ir a la farmacia", "para asistir a una posada de su distrito" o "para cumplir con compromisos familiares e ir a esquiar a Estados Unidos".
Fueron algunos de ellos los que al final, Núñez Jiménez "convenció" de enrolarse formalmente en las filas de su partido y engrosar el número de curules de su grupo parlamentario, hasta contar con más diputados -245- que el PAN y el PRD juntos, dejando de paso a este último como tercera fuerza en la Cámara, a pesar de haber llegado a la 57 Legislatura como el segundo grupo parlamentario, por el número de sus integrantes.
Una vez en la contienda interna para obtener la candidatura del PRI a la gubernatura de su estado natal, y luego de "padecer" las mismas reglas que defendió siempre, Núñez Jiménez se convirtió en delator y confesó otras operaciones que no le fueron reconocidas.
Ante medios de comunicación, en Huimanguillo, Tabasco, declaró haber sido el responsable de interceder ante el entonces secretario de Gobernación, Esteban Moctezuma Barragán, para que se detuviera la investigación en contra de Roberto Madrazo por el excesivo gasto de su campaña por la gubernatura, que superó los recursos empleados por William Clinton en el proselitismo por la presidencia estadunidense.
"Cuando Andrés Manuel López Obrador presentó las cajas con los gastos de campaña y Roberto ya no tenía buenas relaciones con Esteban Moctezuma, al día siguiente de eso, a las 8:00 de la mañana, Madrazo estaba en la casa de ustedes, preocupado porque lo de las cajas era cierto". Intervino también cuando las oposiciones intentaron enjuiciar políticamente al mandatario tabasqueño. "Yo me atravesé, construí un acuerdo para que no lo enjuiciaran".
Ya antes de iniciar su campaña, al momento de pedir licencia para apartarse de su cargo como diputado federal, Núñez fue advertido de las adversidades que enfrentaría en Tabasco. Sus vicecoordinadores, Fidel Herrera y Enrique Jackson, reconocían que lo aventajaba "el candidato del gobernador"; incluso, el panista Juan José Rodríguez Prats le recomendó irónico "no ir a Tabasco sin fuero", pero nadie pudo convencer a Núñez de que los buenos servicios prestados, no siempre van acompañados del reconocimiento deseado.