LUNES 3 DE ABRIL DE 2000
Dinero, apuestas y sexo hacen brillar a Las Vegas
Ilusiones las 24 horas del día
Jim Cason y David Brooks, enviados, /I, Las Vegas, Nevada, 2 de abril Ť Es el sueño americano que surge de la nada en medio del desierto: Sodoma y Gomorra (uno se convierte en estatua de sal), el fin del Imperio Romano (Nerón seguramente vive en una suite de lujo en el Caesar's Palace), pero todo es de a mentís, igual que el propio sueño americano.
Fantasilandia para adultos -la clase media y trabajadora estadunidense-; su propósito es brindar ilusiones las 24 horas al día con base en el dinero, el sexo y la oportunidad de convertirse en alguien, al tragar el anzuelo de hacerse rico en un instante. Todo por apostar los ahorros del trabajo duro y enajenado en un juego de azar.
Aquí, la ilusión funciona de maravilla para los empresarios de los casinos: los trabajadores vienen a entregar su lana a los ricos a cambio de la ilusión.
De hecho, según un sondeo reciente de la correduría Standard & Poor's, los estadunidenses gastan casi lo mismo en juegos de azar al año que en la compra de abarrotes.
Este lugar hace innecesario viajar al resto del mundo: Nueva York al lado de una pirámide de Egipto; si uno cruza, está París y junto Venecia, frente al lago y pueblito de Belagio, y más adelante Roma y Río de Janeiro. Los nuevos megacasinos fueron diseñados co mo imitaciones de esos lugares, de ilusiones por fuera para encubrir las de adentro. Millones de luces ciegan al turista para que se olvide de su vida cotidiana.
No cesa el ruido de las máquinas slot en los casinos, en cada hotel, en cada esquina. La bolita de la ruleta derrota a la mayoría, igual que los juegos de mesa como el 21, el baccarat y los dados de craps. Mujeres en minifaldas ofrecen tragos, y en gigantescos salones de juego se aceptan apuestas desde 25 centavos a miles de dólares (y en salas exclusivas, hasta millones).
Pero también es la ciudad de mayor crecimiento en Estados Unidos. Aquí llegan 5 mil personas cada mes para establecer residencia (también se retiran 2 mil en ese lapso), el ritmo de construcción residencial y comercial no tiene igual en el país. Además, es el lugar de mayor crecimiento de población latina en Estados Unidos: su presencia (la mayoría inmigrantes mexicanos) se ha incrementado más de 139 por ciento en la última década.
La ciudad conocida como Las Veygas por fin recupera su correcta manera de pronunciarse, tal vez por primera vez desde que fue descubierta por españoles en 1829. Detrás de las ilusiones está la mano de obra mexicana y centroamericana, en una ciudad que tendría que apagar sus luces y abandonar la ruleta sin ellos.
Las Vegas fue incorporada como ciudad en 1911 y su industria de juegos de azar fue legalizada en 1931 (en plena Gran Depresión). Como capital de las apuestas fue construida primero por la mafia (Bugsy Siegel inaugura su gran casino, el Flamingo, en 1946), y hoy día está en manos de empresas legítimas que controlan los megacasinos.
La ciudad se inventa (primero era una parada de descanso para los trenes que viajaban entre Salt Lake City y Los Angeles). Los mormones comenzaron a cultivar estas tierras donde había agua en medio del desierto. Pero el estado de Nevada fue calificado, probablemente de forma injusta, como tierra de ''mineros y prostitutas''.
Las minas de plata ya no son las que generan la riqueza aquí. Pero el comercio de sexo sigue floreciendo. En el directorio telefónico, en la Sección Amarilla de Las Vegas, existen 101 páginas dedicadas a ofrecer servicios sexuales. Hay, al parecer, una gran demanda por mujeres con minifaldas, y uno puede escoger entre ''universitarias con minifaldas'' o ''secretarias exóticas en minifaldas'', además de ''güeras con medias'', ''chavas del Tercer Mundo'', ''estudiantes de enfermería", "rancheras" y hasta "amas de casa aburridas, vestidas con seda y encaje".
En las calles, indocumentados mexicanos distribuyen panfletos con fotos de "mujeres exóticas" y números telefónicos. También hay servicios de transportación sexual -una mujer que ofrece desnudarse dentro de una limosina mientras uno da vueltas por la ciudad.
En Nevada la prostitución es legal si así lo decide el gobierno de cada condado. Por cierto, en medio del desierto, cerca de esta ciudad, hay prostíbulos que ofrecen servicios históricos. Pero al parecer, el servicio es ahora "a domicilio", como pedir pizza. "En su cuarto, en unos pocos minutos", ofrecen los anuncios.
La "ciudad del pecado USA", como se le dice, sigue siendo un gran éxito. El comercio de las ilusiones. Los juegos de azar generaron 7.2 mil millones de dólares. Todo mundo desea estar aquí, con más de 34 millones de visitantes por año (entre los cuales 3.6 millones son extranjeros). Este lugar tiene más cuartos de hotel que cualquier otra ciudad, 120 mil, y hay planes para construir otros que ofrecerán entre 20 y 60 mil habitaciones. El hotel MGM Grand es, se dice, el más grande del mundo, con 5 mil. La tasa de ocupación es la envidia del mundo al superar 88 por ciento.
Para los nostálgicos de los tiempos de la mafia, de Bugsy Siegel, y del crimen organizado que tan generosamente ofreció este gran escape de la realidad al estadunidense común (ya que los ricos siempre han gozado de sus paraísos exclusivos de la ilusión), todavía quedan algunos rasgos. Los habitantes de Las Vegas están completamente fascinados con un caso criminal que se empezó a enjuiciar esta semana y que tiene todos los elementos del pasado de oro: fortunas, sexo, robo y asesinato.
El heredero de un casino, Ted Binion, según los fiscales, fue asesinado mediante un complot armado por su novia, Sandra Murphy, una ex bailarina topless, y un contratista, con el objetivo de robar el tesoro enterrado de Binion, 5 millones en barras y monedas de plata. Binion había perdido su licencia para operar su casino en 1998 por sospechas de su uso de drogas ilícitas y sus vínculos con la mafia.
Un día antes de morir, Binion rompió con su novia cuando descubrió que tenía una relación sexual con su ex amigo, el contratista que construyó la bóveda donde escondía su tesoro.
Pero, afirman los encargados de relaciones públicas, esto es una excepción. Todo en el "nuevo" Las Vegas es mucho más decente. Ilusiones a la venta.