LUNES 3 DE ABRIL DE 2000

Ť Movimientos para despertar Ť

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Miryam Audiffred Ť Mientras los hombres quieren arreglar el mundo con filosofía, las mujeres callan y trabajan. En silencio bordan un camino inundado de deberes, responsabilidades y jornadas que, en muchas ocasiones, se extiende de sol a sol. No buscan el poder ni la gloria y sin embargo son las discretas heroínas de una humanidad que se ha propuesto ignorarlas hasta el cansancio. Harta de esta situación, la bailarina alemana Susanne Linke (1944) dio vida a la coreografía Frauenballet (Ballet de mujeres), que si bien fue realizada en 1981 para la Folkwang Tanzstudio, fue presentada la noche del sábado en el teatro de Bellas Artes con la interpretación de la Bremer Tanztheater, que dirige desde 1994.

En compañía del Magnificat de Penderecki, los 13 bailarines que viajaron a México -de los que, por cierto, sólo uno es de origen alemán- hicieron de esta coreografía una lección de vida al desnudar con habilidad, sofisticación y diversión la condición patriarcal que predomina en todas las sociedades contemporáneas.

Antagonismos sociales y sexuales se entretejieron con frialdad y rigor, al tiempo que las mujeres arrastraban un trozo de tela y laboriosamente lo empujaban hasta el lado opuesto del escenario. Su lenguaje está libre de intelectualizaciones absurdas, basta verlas caminando con sus pies descalzos y enredándose en las telas para sentir su rabia y desesperación.

Pero la realidad capturada por Linke no sólo está en el dolor de estas mujeres, que extienden sus brazos y aprietan sus manos a los metros de tela multicolor que pliegan, frotan y estiran; la verdadera crudeza está en las dos figuras masculinas que aparecen sobre el escenario para hacer escarnio de ellas. šTenga la cortesía de colaborar!, es el grito que suena en idiomas distintos, pero con un mismo corazón de mujer. Y es que para la heredera del expresionismo del teatro-danza alemán, los varones deben ceder algo de poder para permitir que las mujeres despierten y sean ellas mismas, sin preocuparse por las modas, los prejuicios sociales y, sobre todo, sin asumirse como trozos de carne que tarde o temprano serán devorados por la mirada -en el mejor de los casos- del sexo opuesto.

Son justamente estas preocupaciones las que la también autora de Märkische Landschaft (Paisaje de la marca) plasma en Heisse Luft (Aire caliente), pieza en la que los bailarines juegan e improvisan con telas de múltiples colores. Podría decirse que la obra critica los arbitrarios ideales de belleza, los que ridiculiza en grotescos desfiles que musicaliza con sonidos ornitológicos de Wolfgang Bley-Borkowski.

En fin, a casi 16 años de su primera visita al país Sussane Linke ofrece a los mexicanos las delicias del teatro-danza alemán y deja claro que las bellas artes pueden ser mucho más que expresiones estéticas repletas de frivolidad.

(Susanne Linke y la Bremer Tanztheater se presentarán el martes en el Teatro Julio Castillo a las 20:30 horas)

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