SABADO 1o. DE ABRIL DE 2000

Ť Proceso de selección de candidatos a diputados y senadores


Admiten corrientes minicrisis en el PRD

Ť Amalia García debe demostrar que representa a toda la militancia y fortalecer la campaña de Cárdenas

Matilde Pérez Ť Las principales corrientes políticas del PRD aceptaron que el pasado fin de semana "se dio una minicrisis" durante el proceso de elección de los candidatos a diputados y senadores por mayoría y plurinominales, coronada por la crítica a su presidenta nacional, Amalia García Medina, de "actuar como cabeza de una corriente". Sin embargo, "es momento de que demuestre que representa a todos los perredistas y actúe para fortalecer la campaña presidencial de Cuauhtémoc Cárdenas".

La corriente Nueva Izquierda, encabezada por Jesús Ortega, aseguró que fortalecerá la conducción de García Medina. En este proceso político-electoral no es momento de "golpes de Estado", sino buscar una nueva forma de hacer política que incluya a todos y promover que el CEN realice diversas actividades para ganar el voto ciudadano, como integrar las brigadas para el voto, efectuar giras por estados y municipios, impulsar la participación de los dirigentes estatales, fortalecer las actividades de propaganda, mayor comunicación entre el equipo de campaña de Cárdenas y el CEN y tejer fino con los gobernadores del PRD y sus equipos.

Carlos Nazaret, integrante de Nueva Izquierda y vocero del PRD, consideró que después de la intensa disputa por las candidaturas de mayoría los perredistas tienen que unificarse, y en ello la dirigente nacional tiene que marcar el rumbo.

Para Camilo Valenzuela, de la Red de Izquierda Revolucionaria -expresión que se fortaleció durante la Convención Nacional Electoral del pasado fin de semana-, Amalia García "ha estado a la altura de los acontecimientos. A pesar de los resultados en la convención -15 candidaturas plurinominales dentro del margen de poco riesgo para Nueva Izquierda y 10 para los amalistas- es una dirigente fuerte, porque dejó que las instancias representativas jugaran su papel y evitó que el partido siguiera en embrollos internos; no se encerró a defender los intereses de su grupo y sí demandó que el PRD se abra a las fuerzas sociales, incluyendo a la representación de los mexicanos que viven en Estados Unidos. Ha sido congruente y ha actuado con mesura".

Luego de la elección interna de candidatos, "cada una de las corrientes debe asumir los resultados que mostraron su verdadera influencia entre la militancia y ajustar su estado de ánimo a su realidad", agregó. Comentó que "como fuerza emergente enfrentó la plancha de la corriente Nueva Izquierda, los amalistas, el Movimiento de Izquierda Libertaria o cívicos y el Movimiento de Izquierda Social, y mostró que tiene suficiente peso para incidir en las decisiones del PRD. También que hay reservas (de militantes) dinámicas que van a impedir que en el partido tomen decisiones sólo algunos grupos".

Sin embargo, consideró que después de las elecciones del 2 de julio los perredistas tendrán que aceptar discutir si "el actual modelo de partido garantiza que no predominen las prácticas corporativas y de clientelismo, y que la dinámica de 1988 no termine avasallada por prácticas negativas que hay entre algunos sectores significativos del PRD".

Para las corrientes Movimiento de Izquierda Social y Punto Crítico, representadas por Manuel Ortega y Raúl Alvarez Garín, respectivamente, la dirigente nacional "sí está debilitada, carece de una línea política y de estrategia. No ha logrado que el CEN sea el conductor de la campaña presidencial ni mover a sus diferentes cuadros políticos, y por eso la militancia se muestra escéptica con la actual conducción del partido; siente que hay un gran vacío de dirección".

Manuel Ortega opinó que García debe restañar agravios e incorporar a la campaña a los dirigentes sociales que no lograron una candidatura, y comenzar un proceso de reencuentro con las diversas expresiones internas para que el asunto de las candidaturas no ahonde los problemas del PRD.

"Hay un doble discurso en quienes supuestamente encabezan el proceso de unidad del partido", dijo Raúl Alvarez Garín. "Los chuchos (Nueva Izquierda) demostraron que tienen toda la fuerza para determinar cuestiones fundamentales; son los que encabezan los esfuerzos de unidad, pero los problemas los resuelven sólo a la mitad, de acuerdo con su intereses". Consideró que el "mensaje político del perredismo, por el tipo de candidatos de bajo perfil político, con una excesiva presencia de operadores en cuestiones electorales internas, es muy malo". La crisis interna de falta de dirección del PRD es compartida entre García Medina y los chuchos, agregó Gerardo Fernández Noroña, también de Punto Crítico.

La secretaria de Asuntos Electorales, Martha Dalia Gastélum, aseguró que el respaldo de casi las dos terceras partes de los delegados al acuerdo político que se les presentó el pasado fin de semana muestra que Amalia García "sí tiene un fuerte respaldo para empujar una nueva forma de hacer política en el partido". Según el estatuto perredista, la lista de candidatos plurinominales en la que estaban consideradas todas las corrientes internas tenía que lograr el voto de las dos terceras partes de los mil 119 convencionistas, pero por un punto la propuesta fue rechazada.

Aseguró que hay un nuevo acuerdo entre esas diversas corrientes para fortalecer la dirección nacional, "sólo sigue fuera ese uno por ciento que votó en contra". Pero, aceptó Gastélum, "fue un error no considerarlos ni para consultar la propuesta; el proceso falló por un error de procedimiento en tiempos, pero ahora el esfuerzo se orientará a recuperar ese tiempo, con una estrategia de comunicación con el equipo de Cárdenas y con Nueva Izquierda, además de terminar con las diferencias con los aliados, particularmente con el PT -que en las candidaturas plurinominales tienen asignados 60 lugares- y los nuevos grupos externos que están acercándose al PRD".