Ť Se pueden leer tantas cosas en un rostro, solía decir la artista alemana
Murió Gisèle Freund, una de las mejores fotógrafas del siglo XX
Ť Recreó escenas de la vida cotidiana de Europa que se convirtieron en iconos de nostalgia
Ť Virginia Woolf, Henri Matisse y Jean-Paul Sartre, entre los personajes que captó con su lente
Agencias, París, 31 de marzo Ť Una de las mejores fotógrafas de este siglo, Gisèle Freund, murió anoche en un hospital de París, a los 91 años. Su lente captó algunas de las imágenes más conocidas de artistas e intelectuales europeos, como Walter Benjamin, James Joyce, Virginia Woolf, Henri Matisse o Jean-Paul Sartre; además, registró inumerables escenas acerca de la vida cotidiana en Europa antes de la llegada del nazismo, las cuales se convertirían en iconos de nostalgia.
En América, donde vivió durante la Segunda Guerra Mundial, hizo retratos de Diego Rivera, Frida Kahlo y Eva Perón, entre otros.
Nacida en Berlín en 1908, la fotógrafa solía decir que para ella ''lo único que cuenta es la personalidad de los seres. Lo que me interesa es el rostro, la mirada, la boca sobre todo, porque es donde se ve el carácter". En su país natal estudió sociología, pero se estableció definitivamente en París en 1933, donde, para ganarse la vida, empezó a utilizar la cámara Leica que le regaló su padre.
En 1935 trabajó para las revistas Life, Weekly Illustrated y Paris Match (para esta última realizó un memorable reportaje gráfico acerca de los desempleados del norte de Inglaterra). Posteriormente, trató de ser empleada en el taller de Man Ray, pero le propusieron un sueldo muy bajo.
Cuando todavía era aprendiz en el estudio de Florence Henri, fue despedida porque Gisèle se negó a retocar sus retratos. Entonces le pronosticaron que nunca sería una gran fotógrafa.
El mal augurio fue desmentido rápidamente, pues Gisèle conoció al librero y editor Adrienne Monnier, quien la relacionó con la crema y nata de la literatura parisiense.
Retrató a Mitterrand
Freund se hizo amiga de sus retratados pues, antes de ponerlos frente a su cámara, prácticamente devoraba sus obras tratando de captar su personalidad. Así ocurrió con Paul Valery, Colette, Bernard Shaw, André Malraux. ''En sociedad, se trata siempre de tener una máscara. Eso hace difícil la tarea de obtener un buen retrato. Instintivamente, el modelo trata de posar para aparecer como él quisiera ser visto. Quiere ocultar una imagen que el encontraría negativa.
''Pero a final de cuentas, todo eso no engaña. Se pueden leer tantas cosas en un rostro: todo lo que un ser ha vivido, todos sus sufrimientos. Se necesita sólo tiempo para captarlos", explicaba hace sólo tres años, con un brillo de malicia en los ojos que el tiempo nunca apagó.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Freund se trasladó a Argentina, donde comenzó a hacer fotorreportajes acerca de la gente y los lugares que conoció en Chile, Bolivia y Brasil. Fue contratada por la agencia Magnum, la cual le dio la oportunidad de viajar por todo el mundo en los años setenta.
Su carrera artística recibió un nuevo impulso, en 1981, al encargársele el retrato oficial del entonces presidente de Francia, François Mitterrand.
En 1991 el Museo de Arte Moderno de París organizó una exposición de su obra, misma que se presentó en México en el Palacio de Bellas Artes, en 1994.
''Gisèle murió mientras dormía. Fue un paro cardiaco", dijo su agente Nina Beskow anoche en el hospital Cochin de París, en donde la fotógrafa fue internada el jueves por la tarde porque sufría de dolores en el pecho.