La Jornada viernes 31 de marzo de 2000

Luis Javier Garrido
La cruceta

LA INCONFORMIDAD CRECIENTE en la Universidad Nacional y en otros ámbitos del país empieza a impactar el proceso electoral de 2000, y los ejemplos de resistencia civil que se multiplican están poniendo cada vez más en entredicho a los partidos de oposición que no han entendido aún el repudio popular que crece al régimen actual y a la falta de autoridad moral de la vieja ''clase política''.

1. La autoridad moral de los funcionarios de una universidad derivó en el pasado, por ejemplo, del hecho de que estos cargos los ocupaban hombres de ciencia o humanistas que anteponían la defensa de los derechos de los universitarios frente a cualquier interés externo, pero quienes desde hace varias décadas se encuentran al frente de la UNAM han actuado en nombre de los intereses del gobierno y contra la comunidad, aunque nunca antes como ahora. A fin de que el gobierno "de Zedillo" pueda rendir "buenas cuentas" a los organismos financieros internacionales, luego de la intervención de la PFP los burócratas universitarios no han cejado en su intento por privatizar a la universidad en contra del marco legal del país y de la voluntad de la mayoría de los estudiantes y académicos, y para ello están empecinados en destruir al CGH, con lo que han perdido toda credibilidad.

2. La rectoría, que lo único que ha logrado hasta ahora es ahondar los problemas, en el colmo del absurdo, pretende no ver al CGH (más que para reprimirlo), y no se da cuenta de que en estas condiciones no va a poder organizar un congreso universitario que parezca "legítimo", aun cuando cuente con el aval de los académicos sin escrúpulos del PRD.

3. ƑCuánto tardarán las autoridades en entender que no hay salida al conflicto de la UNAM si no media un diálogo con el CGH en los términos en los que se comprometió el rector el 10 de diciembre, y que tanto por realismo político como por dignidad universitaria hay que cumplir los acuerdos de Minería?

4. ƑNo pueden entender estas autoridades que, a pesar de la manipulación de los medios, no es posible ya ocultar lo que acontece en la UNAM?

5. Las decenas de estudiantes y profesores detenidos y los cientos de procesados bajo acusaciones absurdas por el sólo hecho de haber defendido el derecho de los mexicanos a una universidad pública gratuita, están ahí por denuncias presentadas por el abogado general de la UNAM en los periodos de Barnés y De la Fuente, pero son responsabilidad de las actuales autoridades que no esconden que actúan en abierta coordinación con los aparatos represivos del gobierno. El mensaje de De la Fuente, anunciando foros previos a su congreso (27 de marzo) -los que no van a ser más que un monólogo que en vano buscarán convalidar los perredistas ansiosos de encaramarse en cargos por sobre la lucha del CGH-, generó múltiples confusiones, pues al hablar en tono amenazador no dejó claro quién hacía tales advertencias: si la PGR, algún juez federal o el rector. O si todas esas instancias no tienen más que un solo discurso.

6. El grupo gobernante no parece tener más recurso para imponerse que el de la fuerza, de ahí que en vísperas de las elecciones, como hace seis años, busque recurrir al amedrentamiento de la sociedad para argumentar que se produjo un supuesto "voto del miedo" y justificar el fraude, y que pretenda hacer extensivas esas políticas a los ámbitos más conflictivos: desde Chiapas hasta la UNAM. No es sorprendente por ello que conforme la campaña priísta de Francisco Labastida se va a pique, se estén multiplicando las amenazas de bomba en la capital y hayan aparecido artefactos explosivos, que no parecen haber sido colocados por "grupos guerrilleros", como ya lo han sugerido diversos analistas, sino por las propias autoridades; signo inequívoco de su incapacidad política.

7. La detención de la profesora Guadalupe Carrasco Licea, llevada a cabo por agentes judiciales que actuaron sin identificarse y sin una orden de aprehensión, y que amenazaron a su esposo y a su hija con una llave de cruz o cruceta, golpeando su vehículo e insistiendo en que iban ''de parte de De la Fuente'' (27 de marzo), no es un acto de provocación sino una señal de amedrentamiento. El operativo fue sin duda un mensaje a la comunidad universitaria, ya que a) el arresto enseñó la irracionalidad con la que está dispuesto a seguir actuando el gobierno pues dichos policías se condujeron con lujo de violencia y sin respeto a los procedimientos legales, además de que b) esta acción evidenció cuál es la verdadera política de las autoridades universitarias, que aseguraban haber retirado todas las acusaciones y pretendían buscar una política de reconciliación, y que una vez más dejaron ver su doble discurso haciendo detener a una académica que se ha distinguido por defender el carácter público de la UNAM y que no estaba en la Prepa 3 el 1o. de febrero, el lugar donde se le imputan diversos delitos, aunque como ella misma lo declaró a CNI Noticias es "tan inocente como todos los que sí estuvieron" (29 de marzo).

8. La decisión de las autoridades por mantener a varias decenas de universitarios como presos políticos busca, como resulta evidente, no sólo atemorizar a la comunidad y frenar la movilización creciente, sino crear las condiciones para que los perredistas o "moderados" pudieran controlar diversas facultades. A todas luces se pretende mantener en la cárcel a estudiantes y profesores de Políticas y de Ciencias, facultades en las cuales académicos del PRD han demandado dichos encarcelamientos a fin de que se les allane el camino para supuestamente controlar dichos planteles.

9. Las movilizaciones del CGH, como las de los padres de familia, han constituido ante la escalada de violencia de las autoridades un medio eficaz de resistencia civil en defensa de los presos políticos y para impedir nuevas imposiciones y constituyen por lo mismo un ejemplo de dignidad universitaria, pero además de ello están teniendo un impacto lo mismo a nivel nacional que internacional. La lucha de los estudiantes de la UNAM ha sido ya reconocida por expertos del continente como un episodio determinante en la defensa de la universidad pública latinoamericana y hay incluso signos de que está obligando a los teóricos del Banco Mundial a modificar sus planteamientos.

10. Pero no sólo eso. La movilización estudiantil está impactando también a otros sectores de la sociedad, y de manera muy particular al escenario electoral de 2000, y eso es algo que no previeron los tecnócratas de gabinete que, al parecer, siguen creyendo que con golpes de cruceta y detenciones arbitrarias van a detener la inconformidad en la UNAM y en el país.