Octavio Rodríguez Araujo
Enrarecimiento electoral
EN POLITICA NO EXISTE lo inexplicable. Tarde o temprano se confirma al menos una de las hipótesis que se puedan elaborar a partir de hechos coyunturales y de ''coincidencias''. La detención de Guadalupe Carrasco el pasado lunes, el mismo día en que el rector Juan Ramón de la Fuente convocaba a la reanudación del diálogo en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), no es sino una muestra más de que cada vez que se intenta avanzar en la estabilidad de la máxima casa de estudios, algún problema surge que detiene ese avance o lo regresa a posiciones previas.
Si la orden de aprehensión contra la maestra Carrasco fue dictada hace casi un año, Ƒpor qué se le detiene ahora y, además, según testimonio de su compañero, los policías dijeron que iban de parte de De la Fuente? ƑDesde cuándo los agentes judiciales dicen de parte de quién van cuando aprehenden a una persona? O el esposo de La Pita miente, o los judiciales quisieron involucrar al rector de la Universidad Nacional en la tardía detención de una persona que ha estado circulando en la ciudad de México como si nada durante un año.
La trampa es clara: se trata de enrarecer toda posibilidad de que en la Universidad Nacional Autónoma de México haya estabilidad.
ƑA quién beneficia que en la máxima casa de estudios no haya estabilidad antes del 2 de julio de este año? Aparentemente a nadie, pues es obvio que una universidad, por grande que sea, como es el caso, no influirá en la sucesión presidencial. Pero no es solamente la universidad.
Otros muchos elementos se entrecruzan, en aparentes coincidencias, para enrarecer el clima electoral. Mencionemos algunos, y el orden de exposición no tiene nada que ver con su peso o posible influencia.
El horario de verano. Desde el mes de abril de 1996, los mexicanos tenemos que adelantar o atrasar los relojes para cumplir con un decreto tan autoritario como irrelevante del presidente de la República, Ernesto Zedillo, pero las protestas nunca fueron de la magnitud de las de ahora.
Así, el horario de verano, como se quiera ver, se ha convertido en un motivo de protesta con tintes partidarios.
El resurgimiento de las guerrillas. El 23 de febrero, las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo hicieron pública su aparición y se dijeron autoras de la explosión en una casa de la oficina de seguridad nacional (Cisen) en Puebla, y menos de un mes después, el 15 de marzo, el Ejército Villista Revolucionario del Pueblo se declararía autor de los disparos de mortero contra el edificio de la Policía Federal Preventiva en el Periférico sur de la ciudad de México. Así, el Ejército Popular Revolucionario (EPR) y el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI) tienen compañía de dos organizaciones más del mismo tipo: las FARP y el EVRP.
Los asesinatos. Se revive el de Luis Donaldo Colosio Murrieta, ocurrido en 1994, y el debate sobre el o los culpables, directos o indirectos, sirve de pretexto para intereses partidarios. Un corrupto colaborador del procurador general de la República, Jorge Madrazo Cuéllar, se ''suicida'' con una pistola de calibre pesado y ni siquiera se le caen los anteojos o el cuerpo se le ladea, como si hubiera usado una pistola de municiones.
De policías y soldados. Hay indicios de que la Policía Judicial Federal (PJF) verá minimizadas sus funciones a favor de la Federal Preventiva (PFP). Si se da el caso, muchas complicidades con el crimen organizado se verán lastimadas y, como en los tiempos de Mijail Gorbachov, en Rusia, las mafias afectadas podrían pasar a la ofensiva y la guerra entre viejos y nuevos intereses sería un elemento más de desestabilización. Al mismo tiempo, algunos columnistas políticos interpretan que tanto la Armada como el Ejército son institucionales y, por lo mismo, fieles a quien gane las elecciones, cuando se ha visto con claridad que los jefes castrenses han tomado iniciativas y han llevado acciones al margen de la legalidad constitucional, como bien se sabe en Chiapas o en el caso del general Gallardo, para sólo mencionar dos ejemplos.
El enrarecimiento electoral que estamos viendo sólo puede beneficiar a quienes cuentan con el aparato y los recursos para convertir estas elecciones, una vez más (como en 1994), en un ambiente de miedo e incertidumbre que incentive al voto conservador a favor del statu quo que representa el candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional.
Confío en que el Consejo General de Huelga (CGH), que se dice de izquierda, entienda este proceso y actúe con mayor racionalidad y no le haga el juego a quienes han apostado al caos como medida política para vencer a la oposición.