MIERCOLES 29 DE MARZO DE 2000

Ť Para muchos, un kilo de frijol es más importante que la participación política, dice


Posible, comprar votos mientras haya carencias: IFE

Mireya Cuéllar Ť Los procesos electorales democráticos no son un "sombrero de mago" o "varitas mágicas" que de un día para otro solucionan todos los problemas de un país, y para el caso de la compra y coacción del voto, mientras en México exista una marcada desigualdad social, "siempre habrá la tentación de que alguien quiera medrar con las carencias de la gente". Un kilogramo de frijol, de maíz, de arroz, o una lámina de cartón pueden ser, "para muchas personas", más importantes que su participación política, consideró ayer el presidente del Consejo General del IFE, José Woldenberg.

Por ello, y pese a que es un fenómeno en torno al que no hay datos precisos, el Instituto Federal Electoral (IFE) lanzará en los próximos días una intensa campaña nacional en contra de dicha práctica, informó ayer el consejero presidente durante su participación en la conferencia El papel de las reformas electorales en la transición democrática de México, efectuada en la sede del órgano electoral. La campaña de medios irá en el sentido de que el voto es libre y secreto.

Interrogado en torno al papel de los caciques, el corporativismo y la compra y coacción del voto como fenómenos que se resisten al proceso democratizador, Woldenberg dijo que es necesario dar a cada uno de ellos una justa dimensión. "Yo me preguntaría -dijo a modo de respuesta- Ƒqué tanto las organizaciones gremiales pueden, a estas alturas de la contienda, garantizarle a cualquier candidato o partido que sus afiliados votarán en equis sentido?".

También dijo que los procesos electorales han ido erosionando los cacicazgos, porque la transformación que ha sufrido el país en los últimos años ha ido acotando, condicionando, los espacios y las posibilidades de acción de los distintos actores políticos.

Woldenberg defendió ayer la tesis de que el proceso democratizador es eso, un proceso, no un momento, un solo acto, el que deja atrás un país para dar vida a otro que nace aparentemente nuevo e inmaculado. Unas elecciones democráticas no llevan de un día para otro "a la armonía plena".

Insistió en que si bien la democracia no ofrece soluciones automáticas o mágicas a los grandes problemas del país, sí representa el mejor método para acercarse a ellos, para evaluarlos y discutirlos abiertamente e incluir visiones e intereses en las soluciones. No se ha inventado en el mundo, apuntó, una fórmula superior a la electoral para que aquellas comunidades que están cruzadas por distintas posturas o corrientes puedan convivir; "sin voto, sin elecciones, difícilmente puede hablarse de democracia".

En la mesa -que formó parte de los trabajos de clausura del diplomado en Administración de Procesos Electorales, que organizó el INAP, en coordinación con el IFE- también participaron los consejeros Mauricio Merino y Emilio Zebadúa. El primero comentó que la autonomía del IFE también ha sido factor clave en la transición democrática del país, mientras que el segundo dijo que la educación cívica es un poderoso instrumento de cambio de la democracia.