DOMINGO 26 DE MARZO DE 2000
* Rechazan la imagen que les impuso el populismo, para crear una propia, dice
Moderno y creativo, el movimiento de indígenas en AL: Yvon Le Bot
* Son producto de un desgarramiento de las comunidades; aprendieron a funcionar como redes
* Reinventarse, es la única forma de sobrevivir a la globalización, considera el sociólogo francés
José Gil Olmos /I * Colocados en los estantes de los museos o en los escenarios del folclor durante muchos años, los indígenas de América Latina ya no aceptan la imagen impuesta desde afuera, ni ser exhibidos como objetos para el turismo o la antropología. "Al contrario, están produciendo ellos mismos su imagen, y eso se ve muy bien", explica Yvon Le Bot, para quien el movimiento social de los indios latinoamericanos es uno de los más innovadores, creativos y modernos de las últimas décadas.
Observador del acontecer de Latinoamérica por varios decenios, el sociólogo francés aclara, sin embargo, que de ninguna manera se trata de un nuevo indigenismo. Todo lo contrario, precisa, es un movimiento emancipador ante la política indigenista impuesta por los gobiernos populistas que por 30 años trataron de desaparecer su identidad propia para integrarlos a la nación como campesinos, obreros o clase media.
Explica que se trata de una nueva expresión cultural, distinta a los movimientos clásicos del siglo XX y que, paradójicamente, es más acorde al nuevo contexto posindustrial del neoliberalismo, porque es indiferente a las fronteras y se mueve a través de "redes" de comunicación e información "horizontales" en ciudades, estados o países, como los mixtecos que trashumantes se relacionan y comunican en Oaxaca, el Distrito Federal, San Quintín (Baja California), o en California, Estados Unidos, por radio, video o Internet.
ųƑPor qué el movimiento indígena de los últimos años es uno de los más importantes?
ųEn los últimos decenios, diría. Los movimientos indígenas me parecen la experiencia más interesante de movimientos sociales de América Latina en los últimos años, digamos que de los 60 para acá, porque son los más creativos, los más innovadores; son lo que ilustra de la mejor manera la afirmación de la sociedad civil en países en los cuales tradicionalmente los movimientos sociales iban más ligados al sistema político o al Estado. En cambio, los movimientos indígenas nacen en el exterior, muchas veces como un paso afuera del sistema político.
Capacidad de articulación
"La segunda razón es que en realidad funcionan más en redes. A veces se dice que son movimientos comunitarios y de cierta manera lo son, pero en realidad no, porque pocas ocasiones movilizan a toda la comunidad. Más bien nacen del fraccionamiento de toda la comunidad y son, en ese sentido, de alguna manera intracomunitarios, y al mismo tiempo supracomunitarios, porque articulan diversos sectores de diferentes comunidades, inclusive en la mayoría de las casos a diferentes etnias y a sectores de la población no indígena.
"Los más fuertes han sido los movimientos que han articulado sectores heterogéneos de la población, los que no se han encerrado en la comunidad, los que no se han encerrado dentro de la población puramente indígena".
Como ejemplos, el investigador cita el catarismo de Bolivia, que se articuló con el movimiento obrero; el movimiento indígena ecuatoriano, que ha trabajado siempre en alianza con otros sectores populares; el Cauca colombiano, apoyado por todo un sector de la clase media urbana. O el caso del alcalde de Quetzaltenango, Guatemala, donde un indígena fue elegido por una coalición de indígenas y no indígenas.
"Esta capacidad de articular diferentes sectores de la sociedad demuestra, digamos, la dinámica de un movimiento social con proyección política, abierto, no de repliegue, sino que siempre trata de abrir espacios democráticos, que procuran inventar una nueva forma de hacer política desde la base. Evidentemente el movimiento zapatista también ha tenido y tiene este proyecto".
ųƑQué significa esta propuesta del nuevo movimiento indígena del que habla?
ųQuiero decir que tratan de inventar una nueva cultura política, en contraste con los movimientos sociales latinoamericanos, los movimientos clásicos, que sufrían mucho de ser subordinados a una concepción del poder que estaba definida por el Estado o los partidos políticos. En este caso no; hay una tentativa de elaborar una nueva cultura política, que no sea la cultura de la izquierda tradicional y tampoco la cultura política populista que ha dominado fuertemente en el siglo XX en América Latina.
ųUsted ha advertido que este nuevo movimiento choca con los gobiernos populistas.
ųYo diría que este movimiento indígena nace cuando se agota el populismo. Para dar un ejemplo, en México mientras funcionó el aparato que llamo Estado nacional popular, consolidado en los años 30 (en el cual el indigenismo era una parte), la política indigenista mexicana funcionó como una de las expresiones o de las instituciones fuertes de dicho Estado, pero a partir de los años 80 se viene aflojando con el neoliberalismo. En los otros países de América Latina pasó un poco lo mismo, hubo un reflujo del populismo en diferentes países.
"ƑEn el populismo, cuál era la perspectiva de los indígenas?", se pregunta, y se responde: "Era integrarlos desde arriba en una asimilación más o menos progresiva. La idea era que dejaran de ser una población con identidad propia y se integraran a la nación como campesinos, obreros o clase media, lo que fuera".
El investigador de estudios superiores de América Latina en la Universidad de París III recuerda que este esquema de una nación homogénea se da, al mismo tiempo, con el reflujo de todo el sistema populista a partir de los años 60 y hasta los 80. Y que en este reflujo se abren espacios donde florecen las entidades y donde los indígenas están confrontados directamente con la "ola neoliberal" y tienen que inventar su propia respuesta.
"Lo que quiero decir es que el movimiento indígena no es indigenista; el indigenismo era política estatal, era la negación del actor social, y cuando los Estados no tienen ya la capacidad de imponer la política de asimilación y de negación del carácter propio del indígena, entonces sí nace el actor indígena. Esto es en resumen lo que quería decir en relación con la situación en la cual se da la emergencia del movimiento social indígena que viene de las bases".
ųPero está surgiendo un nuevo populismo en América Latina.
ųEse es otro capítulo. Antes de hablar del retorno del populismo yo quisiera hablar de lo que han traído los movimientos indígenas. Creo que se han situado en la perspectiva de buscar respuestas a la dominación neoliberal, a partir de la sociedad civil, y por esto se sitúan al nivel supranacional, porque el adversario es supranacional, como el nuevo capitalismo o el neoliberalismo.
A su ver, los movimientos indígenas son los que mejor están reaccionando a la globalización, porque "aprendieron a funcionar en red". Esto es, a actuar sin verticalismos, sin que nadie defina lo que son. "Porque salen, o mejor dicho, manifiestan una recomposición del tejido social a partir del desgarramiento de las comunidades. Por eso considero que no son movimientos comunitarios, porque nacen de un cierto desgarramiento de las comunidades", precisa.
Le Bot observa que justamente porque en las sociedades de flujos y redes todos estamos condenados a "recomponer redes", los movimientos indígenas, en tanto que nuevos actores, ya no son de clase y tampoco comunitarios. Y porque vienen del fraccionamiento y se recomponen a través de pedazos, por eso están completamente con la sociedad en la cual entramos, "donde la nación, en el contexto de la globalización, no puede tampoco ser un actor suficientemente cohesionado".
"En realidad las pertenencias son múltiples, y esto pasa con los indígenas que tienen una capacidad de constituir sus organizaciones y sus relaciones diferentes".
Actores intranacionales y supranacionales
Yvon Le Bot indica, además, que los movimientos indígenas son actores al mismo tiempo "intranacionales y supranacionales" y ejemplifica con la organización Frente Indígena Oaxaqueño Bilateral, formado en California, no en Oaxaca.
"ƑQuién es el actor ahí? No son las comunidades, no es el Estado mexicano, no es una clase social, porque hay campesinos, obreros agrícolas de San Quintín, obreros agrícolas del Valle de San Joaquín, en California, intelectuales, comerciantes, mujeres artesanas; realmente no es movimiento clasista y tampoco comunitario, porque en realidad las comunidades están estalladas. Además circula, eso no es estático, hay todo un circuito y es siempre móvil.
"Es binacional, en ese movimiento hay unos que son mexicanos y otros que son estadunidenses, hay mixtecos y estadunidenses. En realidad es un movimiento en red, de flujos migratorios, que funciona por comunicación moderna a través de radio que tienen en Oaxaca y en California para dar mensajes recíprocamente que pueden ser trilingües (inglés, español y mixteco), o también por videos o por Internet.
"A esto le llamo un movimiento en red. En eso son realmente actores de la sociedad posindustrial, de la sociedad que Manuel Castell llama la sociedad de la información. Y son más modernos en ese sentido que los movimientos clásicos que hemos conocido en el siglo XX. Eso para dar una ilustración de lo positivo que pueden ser los movimientos indígenas".
Explica que la modernidad se observa también por la actuación "horizontal" que han alcanzado en su lucha generacional en contra del sistema jerárquico de la comunidad, de la mujer en contra del poder exclusivamente masculino y de los jóvenes en contra de la gerontocracia. "Es esta lucha la que les ha proyectado en la modernidad, eso los hace más contemporáneos. Hay muchos ejemplos en la sociedad mexicana, y no hablo solamente de Chiapas, podría ilustrar con otros ejemplos en México".
Precisa que también son movimientos culturales, "en profundidad" y de largo plazo, pues "buscan definir nuevas orientaciones de las relaciones sociales y de la cultura política a partir también de la sociedad y no a partir de la toma del poder". Incluso los compara con los movimientos feministas y el ecologista, "porque en varios países se ve que en el movimiento indígena se da también el fenómeno de emancipación de la mujer".
Aclara, no obstante, que no es un movimiento de defensa del mito de la vieja comunidad "armónica" que en realidad es vertical, autoritaria, gerontocrática, antifemenina y que hace 50 años además dependía de los caciques, de los partidos políticos y del gobierno estatal o de las instituciones eclesiásticas.
"En eso, el estallamiento, la descomposición de esas viejas comunidades, es una condición de la democratización, inclusive, los que participan en la destrucción de la vieja comunidad son los que intervienen en la democratización de la sociedad indígena y de la sociedad en general".
Como ejemplo, Le Bot cita el movimiento zapatista, sustancialmente indígena e integrado por quienes salieron de las comunidades de Los Altos o de las haciendas en los Valles, y que han peleado contra los tradicionalistas o costumbristas.
"El movimiento no moviliza a los tradicionalistas, sino a los modernos, los que han peleado con las autoridades tradicionales. En este fenómeno ellos tratan de integrarse a la sociedad nacional, no la combaten, no son separatistas; ellos se integran a la sociedad nacional pero como indígenas. Lo que reivindican es que son iguales pero diferentes al mismo tiempo. En otras palabras, afirman su identidad, pero una identidad conformada, porque no es la vieja identidad pasiva, negativa; eso lo combaten. Entonces están en un proceso de construir en la modernidad, en la nación y en la globalización, de construir una identidad que articule lo moderno y la identidad".
En resumen, señala: "Lo que veo en América Latina es que los indígenas ya no aceptan la imagen que desde afuera se les imponía; ellos lo que quieren es crear su identidad, ya no aceptan la imagen folclórica del indígena, ya no aceptan la imagen turística del indígena, ya no aceptan tampoco ser definidos como objeto de la antropología, ya no quieren ser objetos en los museos".
"Me acuerdo que Marcos decía que había que sacar la imagen de Zapata de los museos y de los palacios. Bueno, parafraseándolo se puede decir que los indígenas mismos están sacando la imagen del indígena de los museos, donde los habían puesto. Pero los veneraban en los museos y los aplastaban en la sociedad. Al contrario, ellos mismos están produciendo su imagen y eso se ve muy bien.
"Ahora están en la literatura, no solamente en la literatura rural, en la producción impresionante de videos, en la pintura, en el teatro y en la música. No se trata de rescatar lo viejo, se trata de una cultura viva producida por los jóvenes. No se trata de reproducir la imagen vieja que ya está vaciada, de hacerlo se morirían. La única manera de sobrevivir es tratando de reinventarse, de producir; ser creativos en una nueva identidad, una identidad que esté de lleno en el escenario mundializado, pero con su diferencia".