Comunicado del EZLN

21 de marzo del 2000

A: Germán Dehesa.

México, DF

Don Germán:

Ganas de escribirle tengo desde tiempo ha. Lo leo desde hace mucho (siempre, claro, que Reforma llegue a la Selva Lacandona), con atención y divertida seriedad (que la hay, Ƒqué no?). Ahora, leyendo su columna del jueves 16 de marzo, veo que, generoso, tiende usted un oído atento para nuestras palabras. Trataré de no extenderme mucho. Sale y vale.

Pregunta usted, primero, "ƑQué ha hecho el Ejército Zapatista de Liberación Nacional por preservar la Selva Lacandona?"

Respondo: dictar leyes y vigilar su cumplimiento. Como usted no sabrá (porque el gobierno ha presentado a los municipios indígenas autónomos como secesionistas) las autoridades autónomas de las comunidades indígenas zapatistas de la Selva Lacandona, han dictado una ley que prohíbe "la roza, tumba y quema de monte alto" (los compañeros usan la palabra "monte alto" para referirse a las zonas boscosas, así las diferencian de milpas ųterrenos sembradosų, y de "acahuales" terrenos con vegetación baja, invariablemente espinas, cardos, bejucos y otras plantas parásitas). Las comunidades no se han contentado con establecer y difundir esta ley, además se han encargado de vigilar su cumplimiento y sancionar su no observancia. Trabajo comunitario extra y multas son las penas para este delito. Y, ojo, se cumple. Así han logrado no sólo detener la destrucción de las zonas boscosas de la Selva Lacandona, también han logrado modificar en parte los patrones de siembra en las comunidades. Para enfrentar los incendios que proliferan en esta época del año, los pueblos tienen un sistema de comunicación y señales para socorrerse mutuamente si el fuego se extiende. ƑResultado? En las zonas zapatistas hay decenas de miles de "bomberos" expertos. Esto y más hacen estos indígenas, señor Dehesa, para proteger la tierra que, para ellos, no es sólo un medio de supervivencia, también es el lugar de la memoria, de la cultura, de la historia. Eso hacen estos indígenas que son rebeldes contra un gobierno que se niega a cumplir su palabra y que, a las demandas de justicia, ha respondido enviando decenas de miles de soldados que, créame señor Dehesa, no vienen a Chiapas a sembrar los arbolitos que usted vio en San Miguel de los Jagüeyes, sino a sembrar el terror que usted sólo verá en las caras de hombres, mujeres, niños y ancianos que tienen la desgracia de tener, sobre sus terrenos, un cuartel de soldados, varias cantinas, al menos un burdel, y ningún respeto a la autoridad civil.

Le cuento esto, señor Dehesa, no porque quiera "convertirlo" en zapatista o reclutarlo. Lo hago porque creo que usted es tan inteligente como lo reflejan sus letras (y hasta más, hay brillos que ni las palabras revelan). Es claro que no fue "inocente" que lo invitaran a San Miguel de los Jagüeyes (y no Acteal, o Amador Hernández, a Amparo Aguantinta, a TaniPerla, a Roberto Barrios o a otros lugares de "reforestación" castrense), y que usted lo entiende.

Como, estoy seguro, es usted de amplias vistas e inquieto como para conocer las distintas imágenes de una misma realidad, yo lo invito a que venga a Chiapas de incógnito, que se vaya a Comitán y ahí tome un taxi aéreo a la comunidad de Amador Hernández. Desde el aire, casi al llegar, podrá usted apreciar la tala brutal de árboles que los soldados ahí posicionados han hecho para sus helipuertos, la cantidad de bosque deforestado para limpiar los "campos de fuego" para sus ametralladoras. Si baja y logra penetrar a la fortificación militar, podrá ver los tambos de defoliantes que están en sus bodegas, los lanzallamas que, junto a morteros y ametralladoras ligeras, forman parte de su arsenal.

Vaya a Amador Hernández, no lo recibirá ningún secretario de Estado o algún "alto jefe" de la guerrilla zapatista, ni lo atenderá ningún encargado de relaciones públicas. Lo recibirán hombres y mujeres indígenas tzeltales, le mostrarán sus campos de cultivo destruidos, sus fuentes de agua contaminadas, la basura no-orgánica que los militares arrojan, las trampas caza-bobos con estacas afiladas en el fondo, las paredes de ramas y árboles cortados, detrás de las que se esconden los militares para no ver los letreros que los hombres y mujeres indígenas les presentan todos los días exigiendo que se retiren. Venga señor Dehesa, no tiene nada qué perder y tal vez sí mucho que entender. Podría (es una sugerencia) traer consigo a Madame Loaeza (que también quería dar su vuelta), estoy seguro de que ella ideará un buen disfraz para que ambos pasen desapercibidos y puedan constatar así la "otra" realidad de los soldados federales en la Selva Lacandona.

Porque esos soldados que el señor Aguilar Zinser ve (y aplaude) "cuidando" los bosques de la Selva Lacandona, son los cómplices de los talamontes (los grandes camiones con madera clandestina tienen paso franco en los retenes militares de las cañadas); son los mismos que violaron mujeres indígenas en la comunidad de Morelia; los mismos que ejecutaron sumariamente a indígenas en Ocosingo; los mismos que entrenan paramilitares (cuyo mayor hazaña "forestal" es la masacre de niños, mujeres, hombres y ancianos en Acteal); que convierten las escuelas y las iglesias en cuarteles (visite usted el norte de Chiapas); que prostituyen a las mujeres indígenas (hable con las mujeres priístas de San Quintín); que en el "flamante" hospital del viejo Guadalupe Tepeyac roban recién nacidos para venderlos (completos o en partes) en el mercado negro de Estados Unidos; que siembran, trafican y consumen drogas (que le muestren los alrededores de los cuarteles de Guadalupe Tepeyac, San Quintín, TaniPerla, Ibarra, La Soledad, por mencionar algunos); que protegen a los narcotraficantes en sus rutas hacia la Unión Americana (desde 1995, año de la "recuperación de la soberanía nacional", los cárteles sudamericanos "recuperaron" el trampolín que habían perdido con el alzamiento del EZLN); que han introducido el alcohol en las comunidades (puede usted apreciar los convoyes militares escoltando šcamiones con bebidas alcohólicas!); los mismos que persiguen, amenazan, golpean, encarcelan, violan y matan a indígenas mexicanos (en cualquier comunidad que tenga la desgracia de tener un cuartel cerca) que, hasta donde entiendo, valen lo mismo (al menos) que cualquier arbolito.

Venga, señor Dehesa, venga y vea y hable y pida que le enseñen por dentro el cuartel que tiene el ejército en la comunidad de San Quintín (en la puerta de la biosfera de Montes Azules), ahí podrá ver usted los eficientes y modernos calabozos destinados a torturar indígenas, los túneles para "desaparecer" personas sin dejar rastros a los observadores de derechos humanos. Venga, vea y escuche.

Venga y verá que hay dos proyectos de mañana: el del gobierno y el de los indígenas. El nuestro busca "crear las condiciones para que nuestra buena gente del campo recupere con su esfuerzo: su historia, su pensamiento, su dignidad, su respetabilidad y su iniciativa". (Dehesa, G. Reforma, Viernes 17 de marzo 2000), y eso que no estamos en campaña electoral.

No me crea a mí, señor Dehesa, créale a lo que vean sus ojos y escuchen sus oídos. Si no fuera posible su viaje, no haga caso de esto que le escribo. Vea, en cambio, los cientos de reportes de organizaciones no gubernamentales, de científicos e investigadores, de la Alta Comisionada de la ONU para Derechos Humanos. Todos ellos recomiendan la salida del ejército de Chiapas. Y no es porque quieran ver los bosques destruidos. Es porque no vieron a los soldados sembrando arbolitos, sino violando los derechos humanos.

Bueno señor Dehesa, espero haberme limitado a las cuartillas que, imagino, ocupan su columna. Por lo demás, no se crea eso del correo electrónico, el único medio efectivo de comunicación con la Comandancia General del EZLN sigue siendo el que proporcionan un par de botas, algo rotas, es cierto, pero aún servibles. Ignoro si publicará usted la presente o el tono de su respuesta. Cualquiera que sea, sepa que cuenta usted con, cuando menos, dos lectores (incluyo a La Mar) en las montañas del Sureste mexicano que, no obstante no compartir muchas de sus opiniones y valores, sonríen de buena gana con su ingenio, su mordacidad y su alegría.

Vale. Salud y el árbol que vale es el del mañana.

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

Subcomandante Insurgente Marcos.

México, Marzo de 2000.

P.D. RESPONDONA. Me olvidaba, usted también preguntaba: "ƑCuántos árboles ha sembrado Marcos?" Le respondo: Sin contar el pequeño naranjo que verdea a puertas de la Comandancia General del EZLN, se puede decir que sólo he sembrado otro árbol. Este árbol es muy peculiar. No sólo porque para plantarlo ha sido menester el concurso de miles de hombres y mujeres por varias generaciones; no sólo porque su abono tiene muchos dolores y, justo es decirlo, no pocas sonrisas. No, señor Dehesa, el árbol que acá sembramos es peculiar porque es un árbol para todos, para quienes no han nacido todavía, para quienes no conocemos, para quienes estarán cuando nosotros nos hayamos perdido tras la esquina de cualquier calendario. Cuando nuestro árbol crezca, bajo su sombra se sentarán grandes y chicos, blancos y morenos y rojos y azules, indígenas y mestizos, hombres y mujeres, altos y bajos, sin que importen esas diferencias, y, sobre todo, sin que ninguno de ellos se sienta menos o peor o avergonzado por ser como es. Bajo ese árbol habrá respeto al otro, dignidad (que no significa soberbia), justicia y libertad. Si me apura a que defina brevemente ese árbol le diré que es el árbol de la esperanza. Si cualquier mañana en el mapa de Chiapas, en lugar de una inmensa zona verde quebrada por las azules líneas de ríos y arroyos, se ven señales de pozos petroleros, minas de uranio, casinos de juego, zonas residenciales exclusivas y bases militares, entonces querra decir que esos soldados, que usted dice que cuidan la Selva Lacandona, habrán ganado. No querrá decir que nosotros hemos perdido, sólo que nos estamos tardando más de lo que pensamos en ganar...

LA P.D. PROPONE OTRA VENTANA

(Off the Record: La Realidad)

(Posdata a la carta 6.c.)

Marzo del 2000

A: Don Pablo González Casanova.

UNAM, México

"Las ventanas son como las galletas:

son sabrosas y alimentan".

Don Durito de La Lacandona.

Don Pablo:

Seguro que le extrañará el epígrafe que encabeza esta misiva, y más todavía el autor. No es sencillo de explicar, pero trataré de hacerlo. Todo empezó cuando...

Arriba el cielo se despereza de horizonte a horizonte. Tanto se estira que se le rasga la piel y se le evidencia la luz por entre los jirones. Viento hay muy poco, aún así una brisa fugaz me trae los ecos de unas voces. Me bajo de la Ceiba y camino hacia una lucecita cobijada por árboles. Parece una pequeña reunión o algo así. Me acerco y "a distinguir me paro las voces de los ecos y escucho solamente, entre las voces, una". El Sombrero Loco y la Liebre de Marzo reparten el té mientras discuten con La Mar una encuesta que dice que 90 por ciento de los seres humanos preferirían celebrar su no-cumpleaños y renunciar a los festejos de aniversario. Estas cosas sólo pasan en las montañas del sureste mexicano. Yo soy del 10 por ciento que prefiere celebrar los cumpleaños, así que me quedé sin té y sin discusión.

Como quiera que sea, ya ronda el 21 por todos los calendarios y, a falta de té, habrá café y galletas de animalitos. Y hablando de animalitos, el gabinete ampliado de Zedillo (es decir, el propio y el llamado ųpresuntuosamenteų "equipo de campaña" de Labastida) abruma con sus declaraciones al cada vez más raquítico respetable. Y no es que el respetable haya perdido respetabilidad, lo que ocurre es que disminuye aceleradamente el número de mexicanos y mexicanas que atienden a lo que el supremo les dice.

Durito, que cuando de galletas se trata arremete como político que busca su nombre en las listas de candidatos, aparece por uno de los bordes de la mesa. Yo estaba escribiendo una respuesta para Don Pablo González Casanova (más bien una posdata), cuando Durito, arrojando a un lado el parche, la pata de palo y el garfio, exclama-pregunta-exige- demanda:

ųƑAlguien dijo galletas?

ųNo lo dije, lo escribí. Y no te emociones porque son de animalitos y, según entiendo, no son de tus favoritas.

ųƑPor qué siempre revuelves la política con cosas tan nobles como las galletas? Además, yo sé donde hay guardadas unas "Pancrema".

Dejé de escribir de inmediato.

ųƑ"Pancrema"? ƑDónde?

ųNada, nada. Si no hay té, no hay galletas.

ųPero Durito... Bueno, negociemos: yo te ayudo a arreglar la lata de sardi...er, perdón, la galera, y tú me dices dónde están las "Pancrema".

Durito lo piensa un momento. Después pregunta:

ųƑIncluye eso el que laves la cubierta y achiques el agua en las tormentas?

ųIncluye ųdigo viendo que el cielo no tiene ahora lugar para nubes, así que no tengo por qué preocuparme de tormenta alguna.

ųSígueme ųdice Durito y, bajando de la mesa, emprende la marcha montaña adentro.

Tomé la lámpara, aunque la luna la hacía innecesaria. No caminamos mucho. Durito paró frente a un Huapac' y señaló a una de las ramas. ųAhí ųdijo. Miré hacia donde señalaba y vi un pequeño costal colgado. Debía ser un viejo "buzón", dejado hacia tiempo por alguna de nuestras unidades. Durito se sentó al pie del árbol, sacó su pipa y se puso a fumar. Yo interpreté su silencio y subí al árbol, desaté el costal y bajé con él. Al abrirlo vi, en efecto, que había un viejo paquete de galletas "Pancrema", un par de pilas "AA", una lámpara ya oxidada, un libro viejo y ajado de Lewis Carrol (Al otro lado del Espejo), un cancionero zapatista... šy un libro de teoría política cuyo autor es el Subcomandante Insurgente Marcos!

No recuerdo haber escrito ningún libro de teoría política. Es más, no recuerdo haber escrito ningún libro, punto. Claro que la idea de un largo escrito exponiendo lo que los zapatistas pensamos de la política me ha estado rondando la cabeza, pero nada se ha concretado. Me puse a hojear el libro mientras Durito daba debida cuenta de las galletas. Cuando volteé, ya no quedaban ni moronas de las "Pancrema".

ųƑTe acabaste todas? ųle reprocho.

ųDeberías agradecérmelo. Estaban más rancias que el "nuevo" PRI. Durito me mira y agrega: ųVeo que algo te preocupa. Puedes confiármelo, mi querida nariz desconcertada.

ųEs que he encontrado este libro en el buzón. ƑCómo es posible que encuentre, en un viejo buzón de montaña, un libro que no se ha escrito aún?

ųTu problema tiene solución en el otro libro.

ųƑCuál? ƑEl de Lewis Carrol?

ųšPor supuesto!, revisa el capítulo V.

Así lo hice. No estoy muy seguro, pero creo que la respuesta estaría en el siguiente diálogo entre Alicia y la Reina Blanca:

"ųEse es el resultado de vivir hacia atrás ųdijo la Reina bondadosamenteų. Al principio siempre lo hace sentirse a uno un poco aturdido.

ųšVivir hacia atrás! ųrepitió Alicia, grandemente sorprendidaų. šNunca oí tal cosa!

ųPero hay una gran ventaja en ello: que nuestra memoria trabaja en ambos sentidos.

ųEstoy segura de que la mía sólo trabaja en un sentido ųobservó Aliciaų. No puedo recordar cosas antes de que acontezcan.

ųEs una triste memoria ésa que sólo puede trabajar hacia atrás, respondió la Reina.

ųƑQué clase de cosas recuerda usted mejor? ųse atrevió a preguntar Alicia.

šOh! Las cosas que sucedieron dentro de dos semanas respondió la Reina negligentementeų".

Lewis Carrol, Al otro lado del Espejo. Cap. V.

ųƑDe manera que tengo en las manos un libro que no ha sido escrito todavía? ųdije.

ųAsí es. Estamos en una de esas zonas llamadas "ventanas". Yo lo miro extrañado. ųSí ųdice Duritoų "Ventanas". O sea que en estos lugares uno puede mirar hacia otro lado, sea a lo que ha pasado, sea lo que va a pasar. Aquí, por ejemplo, puedes ver lo que ha sido el sexenio de Zedillo, y ver también el caos al que se dirige. Ahora lo único estable es la inestabilidad. Estarán en problemas de todo tipo.

ųPues parece que ahí la llevan. Ya ves que la bolsa de valores está por las nubes y, no muy entiendo, los índices económicos aseguran que no habrá "error de diciembre".

ųSerá porque se dará en otro mes. Durito parece percatarse de mi perplejidad porque casi inmediatamente agrega: ųDebes entender ųDurito me mira dubitativo y corrige, ųbueno, debes tratar de entender que... mira, mejor lee esto que estoy escribiendo. Durito me pasa unas hojas escritas donde se lee:

APUNTES QUE TRATAN DE EXPLICAR LO QUE DE POR SI VA A PASAR CUANDO VAYA A PASAR DE POR SI.

Los índices macroeconómicos: el marco maquillaje

En año electoral abundan, además de candidatos, mentiras. Una de las mayores es la que canta las bondades de un auge económico que no se ve por ningún lado. Ciegos para lo que padece el común de la gente, los funcionarios gubernamentales exhiben cifras que dicen más en lo que callan. Los altos índices macroeconómicos no son sino un macro maquillaje para ocultar la realidad: el crecimiento de la pobreza y del número de pobres en nuestro país. Enfrentando a la evidencia de que nadie le cree, el gobierno pone en boca de los grandes centros financieros los logros y los aplausos en la rápida y tumultuosa venta de México. Mientras en las reuniones empresariales y gubernamentales (el club más pudiente de los criminales nacionales) se felicitan mutuamente por los aumentos en las ganancias, en las calles y los campos de México la supervivencia se convierte en lucha cotidiana y los aumentos de los precios de los productos básicos y los servicios se reflejan en las mesas (menos alimentos y en menor cantidad), en las calles (crecen los desempleados y subempleados), en los pequeños comercios (agonía y cierre), y en el campo (aumenta la emigración a las ciudades y a la Unión Americana).

Y aún así, el macro maquillaje presenta serias deficiencias. En el XIII Congreso del Colegio Nacional de Economistas, el secretario zedillista de Comercio (Herminio Blanco) enfrentó la crítica a su campaña publicitaria. Enrique Dussel, investigador de la UNAM, le dijo "Las 3 mil 100 maquilas y 300 grandes empresas nacionales y extranjeras son el 0.12 por ciento de las empresas del país, y sólo crean el 5.6 por ciento de los empleos" (El Universal, 9 de febrero 2000, sección Finanzas, reportaje de Lilia González y Alberto Bello). Al señalar que las grandes corporaciones no han creado una cadena productiva con las pequeñas y medianas industrias (que son la principal fuente de empleo en México), el investigador tuvo el humor de señalarle al señor Blanco: "Estos son datos, no globalofobia" (Ibid).

En gran fraude llamado "Tratado de Libre Comercio de Norteamérica" (producto de la gran mentira salinista), se proyecta ahora al futuro mediato con la firma de un tratado de libre comercio con la Unión Europea. Gustosos de los maquillajes modernos, los gobiernos europeos dan la mano a Zedillo sin importar que éste la tenga manchada de sangre indígena, sin hacer caso que su gobierno es el que más ligas tiene con el narcotráfico, y cerrando los ojos a la falta de democracia en nuestro país. Se entiende la flexibilidad de la Unión Europea, lo que está en juego es una rebanada del pastel llamado, todavía, "México". Por las maravillas de la globalización, un país se mide por sus índices macroeconómicos. ƑLa gente? No existe, sólo hay compradores y vendedores. Y, dentro de éstos, hay clasificaciones: los pequeños, los grandes y los macro. Estos últimos compran o venden países. En un tiempo fueron gobiernos de los Estados Nacionales, hoy son sólo mercaderes en busca de buenos precios y jugosas ganancias.

La clase política y sus convocados: clero, ejército, medios, intelectuales, los organismos internacionales

Si antes hemos dicho que la clase política es cada vez menos política y cada vez más empresarial, en año electoral el cinismo adquiere tonos de "boom" publicitario. Los que "importan" no son los gobernados, sino quienes contribuyen o dificultan el ejercicio del poder. Convocados por la clase política mexicana, el alto clero, el ejército, los medios electrónicos de comunicación, los intelectuales y los organismos internacionales, se convierten en "los grandes electores". Sus parcelas respectivas reciben los beneficios del régimen y, de manera acentuada, en el periodo electoral. Los ciudadanos permanecen al margen y sus demandas son reducidas a las encuestas de preferencia electoral. Las declaraciones, contradeclaraciones, y comentarios a unas y otras, corresponden a los llamados "líderes" de una opinión cada vez más cercana al acuerdo de camarilla, y más lejana del debate serio de ideas y proyectos.

El alto clero avanza, con supuesto aval divino, en intrigas terrenas. Haciendo equipo con los gobernantes y/o los aspirantes a gobernantes, la jerarquía católica ve con satisfacción que su palabra incide y marca políticas de gobierno. Mientras el Estado laico no es más que una fecha vergonzante en el calendario, en reuniones públicas y privadas los políticos y clérigos comparten el pan, la sal, la complicidad y la desvergüenza. No se trata de un respeto mutuo entre ámbitos distintos, no. Es una simbiosis que permite que algunos obispos y cardenales estén más cerca del México del poder, que de los católicos (la gran mayoría de los mexicanos) comunes y corrientes. ƑLas Leyes de Reforma? Perdone mi estimado, Ƒqué no es el nombre de una calle?

En otro espacio, otros "obispos" y "cardenales", pero de la intelectualidad de derecha, se pelean por ocupar el espacio que dejara el sumo pontífice, Octavio Paz. Si de alguna manera se puede medir la estatura de Paz como intelectual eficaz con y para el poder, es midiendo la de los enanos que se disputan su legado. Con Paz muere el último gran intelectual de la derecha en México, los que lo siguen podrán ser de derecha pero distan mucho de ser intelectuales. Con todo, las jerarquías de la intelectualidad de derecha en México tienen sus acólitos y, llegado el caso de necesidad, sus soldados. En días recientes, el frente intelectual de derecha en contra del movimiento universitario sufrió un serio revés. El golpe vino de un universitario, intelectual y de izquierda, llamado Pablo González Casanova. El investigador de la UNAM puso en evidencia algo fundamental: la legalidad no puede suplantar a la legitimidad, y, en el caso del conflicto de la UNAM, la "legalidad" (ya otros intelectuales de izquierda han demostrado que la entrada de la Federal Preventiva a la UNAM fue ilegal, como son ilegales los procesos penales en contra de los estudiantes presos) se convertía en un medio por el cual la sin razón de la violencia obtenía el doctorado Honoris Causa de la universidad más grande de América Latina.

Si el ser de izquierda era ya algo imperdonable en González Casanova, el hecho de obrar en consecuencia con sus ideas era ya demasiado. Los "cardenales" de la intelectualidad mandaron a sus peones (parece que algunos hasta tienen nombres y apellidos) a romper lanzas en contra de Don Pablo. Aunque la batalla la hayan perdido, la intelectualidad de derecha no se desvela por esa escaramuza fallida. Sus combates decisivos no son en el terreno de las ideas (perderían de seguro) ni frente a los intelectuales progresistas. No, el terreno a conquistar, el que desean, el que algunos ya disfrutan, está a la vera del "príncipe", a orillas de su mesa, susurrando loas al oído de los grandes señores de la política y del dinero. Sin embargo, algo tienen que hacer para diferenciarse de los bufones que pululan en los palacios de gobierno. Por eso hacen sus revistas y sus programas de televisión. Las letras muertas que dibujan, sus nexos intelectuales y sus zonas abiertas no tienen como destinatario a nadie que no sean ellos mismos. En estos lugares se comentan entre ellos mismos, se leen entre ellos mismos, se "critican" entre ellos mismos, se saludan entre ellos mismos, y, al hacerlo, se dicen mutuamente: "somos la conciencia del nuevo poder, somos necesarios porque nosotros decimos que somos necesarios, el Poder necesita alguien que ponga en prosa y en verso intereses económicos y sus facturas, lo que nos hace diferentes de los bufones es que nosotros no contamos chistes, los explicamos".

En este enano mundo de enanos, la superficie es un tablero de ajedrez donde alfiles, reyes, reinas, peones, caballos y torres conspiran a voz en cuello. Todos saben quién va a ganar, lo que importa no es eso, sino qué casilla ocupan y por cuánto tiempo. El barullo ensordece a unos y otros, pero la máquina funciona, ahí están siete décadas de un sistema político que ahora se llama "nuevo PRI". El ruido de la máquina no semeja el de los engranes al girar, cada vez parece más un "spot" publicitario.

Los problemas empiezan cuando entran piezas que no son de ese ajedrez, cuando algún objeto extraño atasca los engranes, o cuando una interferencia obstruye el "compre-venda" omnipotente...

ƑLa Agenda Nacional a la sección de "Espectáculos"?

La caja de resonancia fundamental de este México de los poderosos está en los medios electrónicos de comunicación. Pero, lejos de ser sólo un eco de lo que la clase política dice, la televisión y la radio adquieren voz propia y, sin que nadie lo cuestione, se convierten en la voz principal. La agenda nacional no la marcan los grandes problemas del país, vaya, ni siquiera los líderes políticos. No, las campañas electorales y las agendas gubernamentales van de acuerdo a las programaciones radiales y televisivas. La comunicación electrónica no difunde noticias, las crea, las alimenta, las hace crecer, las aniquila. La diferencia entre las opciones partidarias en tiempos de elección no está en los proyectos de Nación que sustentan unas y otras, sino en el tiempo que consiguen en los medios.

El "rating" que importa no es del público televidente, sino el que se alcanza en la clase política. La mayor parte de las declaraciones y pronunciamientos de los principales actores políticos no son frente a situaciones reales, sino a cabezas noticiosas. Así, los temas "del momento" cubiertos por los medios son los que ellos han seleccionado para tal cosa. En el gran teatro de la política en México, los políticos son los actores y, simultáneamente, los espectadores; la radio y la televisión cumplen las funciones de director, guionista, producción, iluminación, tramoya y taquilla.

Si cada vez es más difícil hablar de un solo México, en tiempos electorales es imposible. Es palpable la existencia de dos países: el que vive en los titulares y el que transcurre "off the record", fuera de los noticieros y las exclusivas.

Off the record: La Realidad

Mientras en la radio y la televisión se esfuerzan, inútilmente, en presentar una imagen de "normalidad" en la Universidad Nacional Autónoma de México, los entusiastas del "Estado de Derecho" ejercido contra luchadores sociales, ven sorprendidos que la entrada a CU de los paramilitares de Wilfredo Robledo y la detención de cientos de universitarios no "solucionaron" el conflicto en la máxima casa de estudios. Ni el movimiento universitario está acabado, ni el simulador De La Fuente es rector. La liberación a cuenta gotas y selectiva de estudiantes presos (esforzándose por dejar prisioneros a unos cuantos) no ha desalentado la lucha por la demanda de educación gratuita y por un congreso universitario verdaderamente democrático y resolutivo. A ratos desconcertado, el movimiento universitario se mantiene firme en la demanda de libertad a los presos políticos, educación gratuita y congreso. Molestas, la radio y la televisión tratan de que los titulares sean únicamente de quienes tienen tiempo pagado en programación. El resto debe ubicarse en la nota roja o de "relleno". ƑA quién le importan los padres de familia que se desangran para exigir libertad para sus hijos, si en el equipo de Labastida se están peleando Esteban (Guajardo) Moctezuma y Emilio Gamboa? Los mismos medios que se aterraban con el léxico del CGH, hoy se entusiasman con el "caca-pedo-chis" de las campañas electorales y con el profuso intercambio de señales digitales entre los candidatos.

Pero si la Realidad transcurre buen tiempo fuera de la programación, cada tanto le da un mordisco al México de arriba y arruina índices macroeconómicos, programas noticiosos y agendas de candidatos. En un rincón del otro México, una comunidad decide prescindir de las telenovelas y noticieros, se enfrenta a la policía y defiende una escuela normal rural. En El Mexe, Hidalgo, los protagonistas no son los estudiantes normalistas, ni los policías que iban a reprimirlos, es la gente. Gente que no tenía más cabida en las noticias que la nota roja, un punto en el mitin del candidato, un número en la cantidad de tortas y refrescos a repartir en la gira proselitista. Como aparece, desaparece. Un alud de declaraciones sepulta el hecho fundamental (el "šya basta!" ejercido con contundencia) y a otra cosa.

ƑChiapas? Podrá estar en la agenda de la ONU o de organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales pero no en la nacional. Para evitarlo, el croquetas Albores no repara en gastos. En un año, el croquetas ha gastado 28 millones de pesos en evitar que "Chiapas" dé la nota mala en las noticias (Proceso Sur, número 1, 4/marzo/00). El hombre de la chequera es el hijo dilecto de TV AZTECA: Manuel de la Torre, que apenas ayer destruía escuelas rurales con su "bati helicóptero", y hoy pretende arrear periodistas como si fueran ganado.

Mientras el gobierno insiste en que ha hecho una gran inversión económica en Chiapas, "olvida" decir que el gasto mayor lo realiza en publicidad, notas periodísticas pagadas, embutes para callar noticias "desagradables", y para mejorar la maltrecha imagen del ejército federal.

Entre los ladridos de Albores y los rebuznos de Rabasa, el ejército toma nuevas posiciones de ataque, refuerza ostensiblemente sus guarniciones, los aviones y helicópteros aumentan sus sobrevuelos y la guerra sigue, ahora manteniendo prudente distancia de los titulares de la prensa.

Los indígenas zapatistas insisten en el valor de la palabra: las mujeres el 8 de marzo en San Cristóbal, las coordinadoras el 21 de marzo, los habitantes de Amador Hernández, los de Amparo Agua Tinta, los tzotziles de los Altos, los tzeltales de las cañadas, los choles y zoques del norte, los mames de la sierra, todos vuelven a recordar que hay una palabra que el gobierno no cumplió, los Acuerdos de San Andrés, y que no hay paz, ni justicia, ni dignidad para los indígenas mexicanos.

Lejos de las ocho columnas, de los noticieros electrónicos, el México de la gente transcurre en la resistencia, en la paciente espera, en la esperanza...

ƑQué esperan?

Le devuelvo las hojas a Durito diciéndole:

ųEse "'qué esperan?", Ƒes una pregunta, una demanda, o una profecía?

ųAsómate a la ventana, me dice Durito. Lo hago y veo y no lo creo.

ųƑDe modo que...? šQuién lo dijera!

ųAsí es. Las ventanas son como las galletas: son sabrosas y alimentan ųdice Durito mientras emprende el regreso...

Con esas palabras terminó Durito su plática de esa madrugada, Don Pablo. Cuando volví a la champa releí su carta y empecé a escribirle estas líneas. Yo debía tratar de explicarle que los zapatistas no nos vemos sólo en la ventana de la izquierda que usted señala en su texto. Nosotros pensamos que hemos abierto otra ventana, una ventana dentro de la ventana de la izquierda, que nuestra propuesta política es más radical que las que se asoman a su ventana y que es diferente, muy "otra" (ojo: no escribí "mejor", sólo "diferente"). Y se supone que esta carta era para explicarle a usted (y a otros) en qué consistía, según nosotros, esa otra ventana que habríamos abierto los zapatistas.

Pero resulta que todo viene en ese libro que no se ha escrito todavía, pero que se puede leer en una de las zonas "ventanas" que hay en las montañas del sureste mexicano. Así que habrá que esperar a que el mentado libro sea escrito (lo que no deja de ser optimista) y que sea publicado (lo que raya en la ingenuidad).

Por lo pronto, Don Pablo, reciba los saludos de todos nosotros y su próxima carta acompáñela, de preferencia, de unas galletas "Pancrema" (mejor si no están rancias). Tal vez así pueda convencer yo a Durito de que me lleve de nuevo a la dichosa "ventana". Porque del libro que no he escrito (pero que, se supone, escribiré) sólo alcancé a leer la dedicatoria, y no pasé más adelante porque una húmeda ternura me lo impidió.

Vale, Don Pablo. Salud y, viéndolo bien, una ventana no es más que un espejo roto.

Desde las montañas del Sureste Mexicano.

Subcomandante Insurgente Marcos.

México, Marzo del 2000.