SABADO 25 DE MARZO DE 2000
Las novias del narco
Jorge Caballero * En el marco del encuentro Jóvenes del Tercer Milenio se efectuó ayer la mesa redonda Drogas: de la contracultura a la narcocultura, en la que participaron José Manuel Valenzuela, investigador del Colegio de la Frontera Norte; el editor de la revista Generación, Carlos Martínez Rentería, y el reportero Roberto Ponce, de la revista Proceso. De los temas que se abordaron, el del narcocorrido como parte de la narcocultura fue el más importante, por lo que ofrecemos un resumen de ese excelente estudio de Valenzuela.
''El narcocorrido pondera los excesos", dijo el conferenciante antes de hacer un breve recuento de las drogas en la historia: "El consumo de drogas no tenía restricciones legales y se podían adquirir en las droguerías. Incluso, las grandes empresas farmacéuticas publicitaban sus emulsiones de coca y opio de la siguiente manera: 'No pierda el tiempo, sea feliz. Si se siente pesimista y abatido solicite cocaína. Fortifique y refresque el cuerpo y el cerebro con droga'''.
Valenzuela abundó: ''Más allá del corrido, en la cultura popular existen diferentes asociaciones entre el deporte y la droga; entre éstas destacan los pases, la línea blanca, el zacate, el pasto verde y también las peleas de gallos permiten ampliar el juego de palabras y las asociaciones desde las cuales se conforman los campos discursivos del narcotráfico".
Tengo una troca bien perrona que manejo por mi rancho/ con una buena viejona reconozco no soy santo/ para la siembra de las flores el mejor jardinero me viene guango/ también le voy a las chivas, porque es lo que ando negociando/ a mí me gusta el futbol y Bora la está regando/ porque para aventar los pases, Hermosillo me viene guango/ Vendo gallos de mucha fama, pero no gallos de palenque/ son gallos hechos de rama que se los fuma la gente/ también le doy sus desplumadas a un periquito verde (corrido El mexicano cien por ciento, del grupo Exterminador).
''Las drogas son elementos de mediación que proporcionan o facilitan los placeres del narcotraficante ųcontinuó el investigadorų. Por ellas, el narco arriesga la vida: debe protegerlas, cuidarlas y vengarlas cuando alguien trata de meterse con ellas.
''Las drogas son las novias del narcotraficante; novias peligrosas, temidas y deseadas, que seducen, trastornan, producen adicciones, celos y tragedias. Ellas son la Blanca Nieves (cocaína), María Juana (mariguana), la Negra (heroína), la Cristal (crystal) y la Canela, todas son novias ardientes y apasionadas, pero a veces resultan novias ingratas, traidoras y mortales".
Todo mundo ya conoce a las novias del narcotraficante/ aquellas que lo vuelven loco y que son buenas amantes/ nunca se tientan el alma y son capaces de matarte/ tienen muy bonitos nombres, yo se los voy a nombrar para que se cuiden de ellas si las llegan a encontrar/ les voy a dar santo y seña de donde la pueden hallar/ Blanca Nieves en Chihuahua, María Juana en Culiacán, Blanca Flor de Amapolita en Durango la hallarán, y la Negra está en Guerrero y Cristal en Michocán.
''Muchos de los corridos aluden al proceso de iniciación en el narcotráfico, así como actividades relevantes que definen el oficio''.
Estaba yo muy chamaco cuando inicié mi carrera/ agarrándome con los guachos a balazos en la si
erra/ querían quemar mi tabaco, pero toparon con piedra/ golden, zorrillo y unos kilos de la negra (corrido Patrón de patrones, de la banda Guamúchil).
"Las actividades relacionadas con el narcotráfico requieren un campo de adiestramiento y especialización ųexplicó Valenzuelaų en áreas imprescindibles, como el tratamiento y la elaboración de las drogas o actividades de transportación. El narcocorrido desarrolla un lenguaje sólo entendido para unos pocos.
Carros, aviones, ropa, casas/castillo o mujeres/trofeo, son integrados como parte del espectro de consumo disponible, la fosilización de las relaciones humanas y su ponderación como clave de triunfo son visibles en los narcocorridos. El fetichismo de las mercancías y su capacidad corruptora despliegan todo su esplendor, en el que lo importante es la visibilidad de consumo, llamar la atención de las personas, para que la gente se percate de su solvencia económica, que es una forma de adquirir presencia.
Por último, se refirió al llamado artnacó del traficante: ''Se amplifica a los signos de poder y la mística neoliberal: carros pistola y dinero. El narco corrido pondera el exceso, la vida en el límite, goce ponderado y vida de fiesta amenizado por los grupos norteños; es una nueva dimensión de la distinción, en la que sus códigos se enmarcan por la dimensión tecnológica, los elementos electrónicos: celulares, radiolocalizadores, conforman uno de los nuevos campos de ostentación de consumo, en los que lo importante es la visibilidad que permiten, sin ser exclusivos de la narcocultura, expresan el alma contemporánea".