SABADO 25 DE MARZO DE 2000

Ť Ningún púgil o dirigente lo acompañó en su último adiós


La familia boxística olvidó a Juan Zurita en sus exequias

Ť Discordia y miradas de recelo prevalecieron entre sus hijos en el velorio

Marlene Santos A. Ť Triste adiós tuvo otra gloria del boxeo mexicano: Juan Zurita Ferrer. Caras serias, miradas de recelo y hasta pleitos casados prevalecieron en las exequias del ex campeón mundial que escribió, junto con Joe Conde y El Chango Casanova, una de las páginas más emotivas del deporte de los puños.

Sus hijos, producto de tres matrimonios, lo despidieron en medio de la discordia. Unos 40 familiares acudieron a velarlo, y ningún colega; es decir, la familia boxística lo olvidó. Apenas una fría corona, grande como para que no pasara inadvertida, tardía -llegó a las 13:40 horas-, y con el nombre del remitente muy claro: José Sulaimán, presidente del CMB.

sepelio-zurita-jpg Cada hijo daba su versión, cada uno vertía algún recuerdo plagado de admiración hacia el que fuera aguerrido peleador. Rosa Carreño, su última esposa, insistió que el seguro de vida que la Comisión de Box le entregó hace unos 12 años está cancelado, situación que descubrieron esta semana al abrir una caja fuerte donde Zurita guardaba celosamente el documento que, creía, le eximiría de la pena de molestar a otros en su funeral. No fue así, y su vástago menor, Alan, tras averiguar que Juan José Torres Landa canceló la póliza, asumió los gastos.

Visitábamos a Conde

Rosa Carreño, entre sollozos, recordó la época en que ella y su marido visitaban en un albergue a Joe Conde. "Alguna vez me contó que en una pelea con Conde éste le asestó un golpe muy fuerte en el segundo round, tan fuerte que se perdió y recobró la conciencia hasta que el réferi estaba levantándole la mano...

"Le gustaba mucho ir a Tehuacán con niños, pájaros y hasta perros; un día le pregunté por qué y me contó que era el lugar donde se reponía de las peleas con Casanova; 'me hacía orinar sangre y acá me venía a reponer. Pero si volviera a nacer, volvería a ser boxeador', decía".

Su viuda asegura que el ex púgil fue más homenajeado en Estados Unidos que en su propio país. "El señor Sulaimán me habló por teléfono, me dijo que estaba para lo que se ofreciera, pero hasta ahí. Yo pensé que iba a estar al tanto de mi esposo, pero no fue así... Me siento muy triste, sobre todo por lo del seguro de vida cancelado; él me decía: no te voy a dar lata cuando me muera..."

Y a pesar de que Zurita no fue bebedor e invirtió sus ganancias en casas, ranchos y una cadena de ferreterías, acabó sin dinero en los últimos siete años, situación que lo fue deprimiendo hasta externar su deseo de morir.

César, segundo hijo de su primer matrimonio y funcionario de Atizapán, dijo que si entre hermanos hay pleitos, "pues más entre medio hermanos, pero ojalá que este momento sirva para unirnos, como seguramente a él le hubiera gustado ver a sus hijos".

A Juan Zurita, cuyos restos serán incinerados este sábado en el Panteón Español, le sobreviven su esposa Rosa, y sus hijos Jaime, César, Benjamín, Patricia, Gloria, Virginia y Alan.

No asistió al sepelio ningún representante del CMB, pero el organismo declaró ayer día de luto mundial en el boxeo.