VIERNES 24 DE MARZO DE 2000

* Rabinos israelíes, insatisfechos con el reciente mea culpa de la Iglesia católica


Oró el Papa en Jerusalén por las víctimas del Holocausto

Afp, Ap, Dpa y Reuters, Jerusalén, 23 de marzo * El papa Juan Pablo II rindió hoy homenaje a las víctimas del Holocausto en una visita al Memorial de Yad Vashem, pero rabinos israelíes se declararon decepcionados porque aunque "deploró" la matanza de judíos a manos del régimen nazi, no ofreció ninguna disculpa por el silencio de la Iglesia católica, particularmente del papa Pío XII, ante el genocidio cometido por el gobierno de Adolf Hitler.

"La Iglesia católica está profundamente triste por el odio, los actos de persecución y las manifestaciones de antisemitismo por parte de los cristianos, y contra los judíos, en todo tiempo y lugar", dijo el Papa.

Al llegar a Yad Vashem y en compañía del primer ministro israelí, Ehud Barak, Karol Wojtyla declaró su intención de "rendir homenaje a los millones del pueblo judío que, despojados de todo, especialmente de su dignidad humana, fueron asesinados en el Holocausto".

En la oscura cripta de Yad Vashem, el jefe de la Iglesia católica caminó hasta donde arde una llama perpetua, y tras afirmar que "no hay palabras suficientemente fuertes para deplorar la terrible tragedia del Holocausto", oró por unos momentos para después reunirse con un grupo de unos 200 sobrevivientes de campos de concentración nazis, entre los que figuraban unos 20 originarios de Katowice, en Polonia, la ciudad en la que nació Wojtyla.

Juan Pablo II intercambió unas palabras con una de esos sobrevivientes, Edith Tzirer, de 69, años, a quien Juan Pablo II habría salvado la vida en 1945 al ayudarla a huir de una localidad. Tzirer y otros sobrevivientes lloraron conmovidos cuando Wojtyla se acercó a hablarles y a bendecirlos. Sin embargo, los grandes rabinos israelíes, con quienes el Papa se reunió tras el homenaje, dijeron sentirse decepcionados por su mensaje. "Yo esperaba de él algo que no se limitase a los miembros de la Iglesia que pecaron contra el pueblo judío, sino también sobre la Iglesia católica misma" señaló el rabino Lau en declaraciones televisivas.

Por la mañana, Lau dijo desear que Wojtyla mencionara el silencio del Vaticano ante el Holocausto como un pecado por el que necesitaba perdón, y con esto coincidió el otro gran rabino de Israel, Elyahu Bakshi-Doron.

Sin embargo, Barak agradeció al Papa sus iniciativas por la reconciliación entre cristianos y judíos, diciéndole que "usted ha hecho más que otros por lograr un giro histórico en la posición de la Iglesia frente al pueblo judío".

Posteriormente, en la reunión que sostuvo Wojtyla con el presidente, Ezer Weizman, y los grandes rabinos, Doron calificó de "valiente e histórica" la reciente declaración de mea culpa del Vaticano en la que el Papa reconoció las culpas de la Iglesia católica cometidas en sus 2 mil años de historia, aunque sin especificar ninguno de estos hechos. "Este paso inaugura un importante nuevo capítulo histórico, por lo que el Papa merece gran respeto".

Dicha reunión se planeó como un encuentro interreligioso, pero el líder espiritual de los musulmanes palestinos, Ekrima Sabri, rechazó participar, pues se negó a estar en el mismo cuarto con los dos rabinos.

No obstante, tras el encuentro, Doron señaló que "una personalidad tan influyente debió pedir perdón por el silencio" de la Iglesia. A su vez el rabino Lau declaró que el pueblo judío esperaría que la Iglesia canonizara a los católicos que "salvaron a judíos poniendo su vida en peligro, y no los que se callaron cuando corría la sangre de nuestro pueblo", en alusión al papa Pío XII, cuya canonización ha defendido El Vaticano alegando que el entonces representante de la Iglesia no estaba en posición de denunciar el genocidio de los judíos.

Más molesto se mostró Ephraim Zurov, jefe de la representación israelí del centro Simon Wiesenthal, dedicado a la captura de criminales nazis, quien afirmó que "la necesidad de silenciar la Shoah (Holocausto judío), largamente evocada por Juan Pablo II en Yad Vashem, era lo último que esperábamos de él. Precisamente lo que queríamos era que condenase el silencio de su predecesor en la época de Hitler. Anhelábamos que reconociese que la enseñanza de la Iglesia preparó el terreno de la ideología de las masacres y a sus numerosos colaboradores católicos".

El dirigente de la rama estadunidense del Congreso Judío Mundial, Seymour Reich, dijo que el pueblo judío esperaba que Juan Pablo II "aprovechara esta oportunidad para tratar más explícitamente con el silencio de la Iglesia católica durante el Holocausto". Otros líderes de la comunidad judía en América Latina dijeron que aunque les pareció sincera la tristeza del Papa por la tragedia judía, el acto de contricción no satisfizo las expectativas de los judíos.