VIERNES 24 DE MARZO DE 2000

* Nadie enfrenta a quien despachará en el Kremlin


Acusaciones de corrupción no impedirán el triunfo de Putin

* Gestionó créditos para la corporación Trust-20: Novaya Gazeta

Juan Pablo Duch, corresponsal, Moscú, 23 de marzo * Los duros ataques de corrupción lanzados este jueves por el periódico Novaya Gazeta contra Vladimir Putin tendrán poca incidencia negativa en su elección el próximo domingo como presidente de Rusia.

En otro país, desde luego no en México, quizá pondrían al máximo favorito a ganar los comicios en una situación por demás embarazosa y tendría que ofrecer una explicación convincente de que es falso lo que se le atribuye. De no proceder así, probablemente el escándalo acabaría en su renuncia.

Aquí, puede anticiparse con toda seguridad, ni escándalo habrá. Entre los propietarios de medios, mayoritariamente, parece haber consenso en torno a la candidatura de Putin. Más por pragmatismo que por convicción, muy pocos quieren enfrentarse a quien, sin duda, seguirá despachando en el Kremlin.

La fisura, que por momentos llegó a creerse ruptura, en la élite gobernante terminó con la estrepitosa derrota parlamentaria de la alternativa que pretendieron encabezar el ex premier Evgueni Primakov, y el alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov.

Las dotes acomodaticias de Luzhkov, que a tiempo alcanzó a brindar su respaldo al candidato de Yeltsin, permitieron sellar este mismo jueves un pacto con Putin, quien no escatimó elogios a la gestión del alcalde capitalino.

Esta circunstancia, sumada al hábil manejo de medios orquestado por la oficina de la Presidencia, convierte las escasas denuncias contra Putin en clamores en el desierto. Por ello, a sabiendas de que tendrán prácticamente nulo eco al interior de Rusia, ni siquiera se toma la molestia de desmentir las acusaciones.

Las nuevas denuncias

 

Novaya Gazeta advierte que antes de publicar su extensa investigación, envió el texto a la oficina de Putin y solicitó un comentario.

Después de cinco días de infructuosa espera, dedica dos planas enteras a describir el contenido de la averiguación previa 144128, que se centra en la extraña vinculación de Putin, en sus tiempos de primer vicealcalde de San Petersburgo, con una desconocida corpo- ración llamada Trust-20.

Según el periódico, entre 1993 y 1996, Putin gestionó subvenciones y créditos blandos del presupuesto de San Petersburgo para Trust-20, que ni tenía derecho de obtener ni se usaron con los fines declarados.

Entre los múltiples ejemplos que se citan, figura la concesión de 200 mil dólares para remodelar un monasterio de la Iglesia Ortodoxa en Israel, que se limitó a un viaje de los directivos de Trust-20 y no más de una docena de obreros que "por supuesto no hicieron nada, pero se gastaron cerca de 20 mil dólares". Ahí habría acabado ese proyecto.

Novaya Gazeta afirma que la corporación presuntamente favorecida por Putin se robó la mayor parte de los créditos y "en tan sólo unos años, transfirió a cuentas bancarias en España y Finlandia más de 3 millones de dólares, un millón de marcos finlandeses y 12 millones y medio de pesetas".

Con parte de ese dinero, y a través de los prestanombres de rigor, Trust-20 adquirió dos edificios de 32 apartamentos, que convirtió en complejo hotelero en Torrevieja, Alicante.

Pero más grave aún resulta la publicación de una fotografía de la lujosa residencia de campo de Putin, en un terreno de una hectárea completa en las inmediaciones del lago Komsomolskoye, que el presidente interino tuvo que incluir en su declaración patrimonial como candidato, presentándola como una modesta casa de campo a medio construir.

El periódico no cuestiona con qué dinero la adquirió Putin, pero asevera que "tan sólo la reparación, tras un incendio provocado por un cortocircuito en el sauna en 1997, realizada por obreros finlandeses, costó cerca de 60 mil dólares y los investigadores del caso tienen elementos para pensar que el gasto fue asumido por Trust-20".

 

Una clave adicional

 

Todo parece indicar que no habrá una respuesta directa, mientras exista presumible documentación probatoria que, asegura Novaya Gazeta, los servicios secretos rusos tratan de desaparecer, incluso en España.

Sin embargo, de ser cierto lo que publica este jueves, el periódico habría aportado una clave adicional para entender por qué el clan de Boris Yeltsin nombró sucesor oficial a Putin y lo ayudó a encumbrarse.

Vulnerable él mismo, Putin está resultando la mejor garantía de lo único que siempre ha preocupado a la llamada Familia, su impunidad en la etapa posterior a Yeltsin.

Dejarán gobernar a Putin como quiera y con quién quiera, convencidos de que respetará el acuerdo tácito de no tocar al selecto grupo. Visto así, por ejemplo, la misión de Aleksandr Voloshin como jefe de la Oficina de la Presidencia podría darse por concluida el día que Putin tome posesión como jefe de Estado.

No faltará quien busque signos de ruptura con la Familia en los previsibles reacomodos que habrá en el Kremlin, pero el criterio debe ser otro: se mantiene o no la impunidad para Yeltsin y allegados.

Por lo pronto, Putin recibió un doble espaldarazo con los anuncios del descubrimiento de un importante yacimiento petrolero al sur del país, y que las reservas rusas alcanzaron los 15 mil millones de dólares, nivel similar al que se tenía antes de que se desatara la crisis de agosto de 1998.

Y mientras las tropas rusas continuaban con sus operaciones de rastrillaje en las montañas del sur de Chechenia en busca de rebeldes, en Ginebra, la secretaria de Estado estadunidense, Madeleine Albright, exigió a Rusia investigar las violaciones a los derechos humanos en esa república caucásica.