VIERNES 24 DE MARZO DE 2000

 


* José Cueli *

La voz de Tomás Segovia

El conflicto de la UNAM continúa no sólo sin resolverse sino que cada día se torna más complejo y parece transitar por el laberinto kafkiano. Al abrir hoy esta reflexión acuden a mi mente las siguientes líneas del magistral poema Ceremonial del moroso, de Tomás Segovia, quien dicho sea de paso recibirá en los próximos días un merecido reconocimiento: el premio Octavio Paz.

''Empiezo posponiendo/ empiezo por la pura suspensión/ por no querer saber cómo empezar/ Empiezo anticipadamente triste... Tristeza y desesperanza que nos invaden no sólo a los universitarios sino al grueso de la ciudadanía ante la situación de la UNAM. Cada día parece más ilusorio el rescate de nuestra máxima casa de estudios. Cada día que pasa parece más distante y utópica la posibilidad de un diálogo entre las partes. Aquí podría entrar de nuevo la voz del poema valenciano:

''...Empiezo por callar/ por soñar con salvarme de un aciago lenguaje/ Que empieza consigo mismo/ Ansiando que con él empiece todo/ Un lenguaje intocable ensordecido/ por la violencia misma/ Con que mantiene sus ojos fulminantes/ por no empezar empiezo...

En gran medida traslucen estas líneas lo que es el sentir de muchos universitarios ante la desesperación de ver naufragar a la UNAM en este desgastante proceso caracterizado por gritos, silencios, peticiones, demandas, violencia, desesperación y desencuentro. Y como balance sólo queda un doloroso recuento de pérdidas (de toda índole) y de duelos de difícil elaboración. Duelos irresueltos que se agregan y superponen a otros duelos que van minando poco a poco la capacidad de elaboración y la posibilidad de simbolización que conduce no a la reflexión sino a la actuación de la agresión y la violencia que a su vez, como en círculo vicioso, resulta generadora de culpa que conduce a mayores y más complejas formas de actuación de los impulsos. Depresión larvada que subrepticiamente va invadiéndolo todo y paralizando hasta los últimos arrestos de actividad creadora.

De nuevo la voz del poeta parece poder decir lo que los universitarios hemos rumiado en el silencio y que ha terminado por dejarnos sin voz:

''Mientras sigo avanzando en la impaciencia/ Sabiendo bien que en la otra orilla/ Habrá acabado esta invisible tregua/ Empezará la caza de palabras/ El acoso de briznas de memoria/ El intenso espionaje de andrajos de emoción/ De nimias huellas rotas recogidas del lodo/ Y la hipócrita forja del pasado/ El parchar de solemnes documentos/ La obcecada y tenaz reconstrucción/ Que aplastará los desvaídos rastros/ Que no acepta que puedan pervivir en sueños..