JUEVES 23 DE MARZO DE 2000

* Argentina ignora el destino de 30 mil desaparecidos


Escasos amagos de justicia, tras 24 años del golpe de Estado

* Avanzó el país hacia la desintegración política, económica y social

* Concentración de la riqueza devino en empobrecimiento cultural

Stella Calloni, corresponsal/I, Buenos Aires, 22 de marzo * Organismos defensores de derechos humanos, y de familiares de los casi 30 mil detenidos-desaparecidos durante la dictadura más cruenta que asoló a Argentina, volverán a revivir el 24 de marzo un nuevo aniversario del golpe de Estado militar de 1976, sin conocer la verdad sobre el destino de sus seres queridos y con escasos amagos de justicia.

Un grupo de las Madres fundadoras de Plaza de Mayo, encabezado por su presidenta Nora Cortiñas, arrojó ayer flores al Río de La Plata, en la costa cercana al lugar donde esta la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), que funcionó como uno de los más temibles campos clandestinos de detención de la dictadura militar, por donde pasaron unos 5 mil desaparecidos.

Además de las las Madres (línea fundadora dirigida por Cortiñas y la Asociación dirigida por Hebe de Bonafini) y las Abuelas de Plaza de Mayo, otros organismos siguen buscando 24 años después la verdad y el castigo a los culpables, como Hijos de Desaparecidos y Familiares de Detenidos-Desaparecidos, o la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos, que hoy denunció que el ex dictador Jorge Videla, indultado por sus crímenes pero procesado por el robo de niños de detenidas ya que ese delito no prescribe, incumple el arresto domiciliario, yendo a misa los domingos a una localidad a 600 kilómetros de esta capital y a una casa de fin de semana.

El país, en tanto, avanzó en la última década hacia "una desintegración política, económica y social", que según los organismos humanitarios "también fue el trazo que dejó la dictadura militar". De hecho, como señala la Central de Trabajadores Argentinos, el plan económico de la dictadura "fue la piedra inaugural del avance neoliberal de estos años, que cambió el perfil de un país independiente y rico en recursos. Argentina no es dueña ya casi ni de su espacio aéreo".

"Estados Unidos, que sostiene defender las democracias, prestó fuertes sumas de dinero a aquella dictadura y la deuda se disparó a partir de entonces. La situación social retrocedió ahora a las etapas del más depurado conservadurismo, de principios de siglo, con un agravante: el proceso de degradación cultural está llevando hacia las nuevas catacumbas y los nuevos silencios, mientras se amenaza con retornos represivos", dice por su parte el Premio Nobel de la Paz Adolfo Perez Esquivel.

"Un enorme proceso de concentración de la riqueza y de los medios de comunicación, devino en el empobrecimiento cultural y de la democracia", sostiene a su vez la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA).

Sentados en torno a una mesa de café, dirigentes de lo que fuera la Resistencia Peronista después del golpe militar que derrocó a Juan Domingo Perón en 1955, rememoran otros momentos. Sebastián Borro, que estaba al frente del sindicato del Frigorífico Lisandro de la Torre, recuerda también el golpe militar del 30, la llamada "década infame", y los golpes frustrados o exitosos que siguieron hasta llegar al 76. También Avelino Fernandez y algunos de los viejos dirigentes metalúrgicos hablaron con La Jornada. Todos ellos sufrieron persecucion y cárcel bajo las dictaduras que se sucedieron.

De los grupos de la Resistencia Peronista de entonces, que fueron opositores a los gobiernos del neoperonista Carlos Menem (1989-1999), por considerar su gestión una "traición a los viejos postulados del peronismo", quedan escasos referentes.

"Para llegar a la más temible de las dictaduras, la de 1976, hubo que pasar por otras, y vale recordar los golpes de Estado de los años 60, uno tras otro, cuando el peronismo estaba proscrito y elegíamos a un presidente y al poco tiempo lo tiraban los militares", como fue lo de Arturo Frondizi en 1962, luego el presidente Arturo Illía, en 1966, a quien le sucedió otro general, Roberto Marcelo Levingston, que a su vez será reemplazado en 1971 por el general Alejandro Agustin Lanusse, "y tantos otros, que fueron degradando al país".

Al recordar los nombres de los militares golpistas, estos viejos luchadores advierten que "se repiten, unos eran capitanes, otros tenientes en los golpes de los 50 y 60 y los encontramos ya en la primera línea en el 76. Los golpistas estaban unidos a los sectores oligárquicos, a los ricos, a los dueños de la economía. Los trabajadores y las leyes que habíamos logrado eran un obstáculo para sus planes".

En septiembre de 1951, el general Benjamín Menéndez, hoy acusado de crímenes de lesa humanidad, vio frustrado su intento de encabezar un golpe contra Perón. En octubre de ese mismo año, la Convención de Comercio estadunidense aconsejaba al gobierno de Estados Unidos una invasión comercial y mano de hierro contra una lista de países entre los que figuraba Argentina. El 11 de noviembre, Perón fue reelecto con 60 por ciento de los votos, entre ellos los de muchas mujeres que por primera vez podían votar. "En el 55 se cobraron todo a la vez", dicen estos miembros de la resistencia, que consideran que el golpe ese año, que dejó cientos de muertos con un bombardeo a la céntrica Plaza de Mayo, fue la entrada al modelo actual y, en 1976, a la "más feroz represión que hayamos podido imaginar. Las dictaduars se dieron cuenta de que había una capacidad de resistencia en el movimiento obrero y en el 76 no dejaron casi nada en pie... Solamente así pudieron imponer este modelo. Por eso es necesario no olvidar nada y unirse en la memoria colectiva".