LUNES 20 DE MARZO DE 2000

* No aparece el líder de la secta religiosa; la policía cree que huyó a Europa


Serían 650 los muertos en Uganda; había niños entre las víctimas

* Lleva años un enfrentamiento entre el ejército y el Movimiento de la Resurrección de Dios

Dpa, Ap, Afp y Reuters, Kampala, 19 de marzo * El número de muertos en un presunto suicidio colectivo ocurrido el viernes en Uganda sería de hasta 650, entre ellos varios niños, informó hoy el diario gubernamental ugandés The Sunday Vision, aunque la policía estima que las víctimas suman 500.

Hasta el momento se desconoce el paradero del dirigente de la secta, Joseph Kibweteere, y también se ignora si todos los integrantes del Movimiento de Restauración de los Diez Mandamientos sabían lo que les iba a ocurrir cuando asistieron a una iglesia de la localidad de Kanungu, 320 kilómetros al suroeste de Kampala. La policía parte de la hipótesis de que se trató de un suicidio colectivo, pero también de un asesinato por la muerte de los menores.

La prensa de Kenia especuló que el "profeta" Kibweteere, un sacerdote católico excomulgado, habría huido a Europa junto con su colaborador más cercano, de quien no se precisó el nombre. Otras versiones señalan que Kibweteere fue visto por última vez en un hospital en Kenia, al que habría ingresado por problemas cardiacos, pero no precisan la fecha en la que esto sucedió. La secta era dirigida además por otras dos monjas excomulgadas y desde 1997 fue reconocida por el gobierno ugandés como una organización no gubernamental.

Según testigos, los miembros de la secta realizaron una cena de despedida un día antes del incidente en la que mataron tres vacas y decenas de pollos. Los seguidores de Kibweteere creían que el 17 de marzo se les aparecería la Virgen y los llevaría al cielo, indicó The Sunday Vision.

Testigos citados por el periódico indicaron que el viernes, después de la celebración, vieron que la iglesia era consumida por el fuego y se escucharon gritos y llanto, pero después hubo silencio. "Ellos sabían que iban a morir", declaró una habitante de Kanungu.

El viernes, los fieles entraron a la iglesia y entonaron cánticos por varias horas para después rociarse gasolina y prenderse fuego. Entre las ruinas del inmueble fueron localizados varios recipientes del combustible.

La policía local informó que no pudieron hacer nada para rescatar a las víctimas, toda vez que las puertas estaban cerradas y las ventanas fueron clausuradas.

El vocero policial Asuman Mugenyi aseguró que "fue un suicidio colectivo de los adultos, pero los niños fueron asesinados". Agregó que la identificación de las víctimas "es imposible" debido a que decenas de ellos quedaron totalmente calcinados, y de algunos sólo quedaron las cenizas.

Decenas de personas se encuentran en el lugar para tratar de identificar a sus familiares, tras denunciar su desaparición. Las víctimas provenían de distintas partes de Uganda. Las autoridades comenzaron este domingo las autopsias.

Kibweteere pronosticó el fin del mundo para el 31 de diciembre pasado, pero tuvo que corregir su vaticinio y afirmó a sus seguidores que el mundo se acabaría este año. Además prohibió a sus discípulos la educación escolar y el uso de medicinas. Previo al suicidio colectivo, les exigió vender sus bienes terrenales "y prepararse para viajar al cielo".

Este es el primer suicidio masivo en la historia de Uganda, aunque el gobierno ya actuó en varias ocasiones contra sectas milenarias. Desde hace años el ejército se enfrenta con el Movimiento de la Resurrección de Dios, un grupo armado cuyos líderes quieren imponer los diez mandamientos católicos.