León Bendesky
Azul pastel
La economía mexicana está hoy instalada en un escenario cuyo colorido podría verse como azul pastel. Y es que los principales números macroeconómicos son todos muy positivos, cuando menos los que ofrece la información oficial, ésa mediante la cual se intenta administrar el estado de las expectativas, sobre todo de los inversionistas, y en la que no se aprecia un vuelco de corto plazo en las condiciones actuales. Así, después de un crecimiento en 1999 que no fue sobresaliente, pero se considera decoroso, con una inflación y un déficit fiscal menores a los esperados y con cuentas externas que se pueden financiar, la economía se prepara para otro año de buenos resultados y ello en plena temporada electoral.
Pienso en esos azules de Picasso, como los de las telas de Pareja en un café o Dos amigas o Muchacho en azul, pintadas entre 1903 y 1905, que son tonos que expresan quietud y tranquilidad, pero inevitablemente también muestran algo de tristeza, invitan a una contemplación reflexiva y al cuestionamiento de las imágenes que representan. Tal vez porque ya se sabe lo que fue la pintura de Picasso en otras etapas de su vida, hoy se puede considerar aquélla que se llama Azul, como un periodo de preparación y tránsito; esas pinturas valen mucho por sí mismas, pero tal vez valgan también por ser un peldaño en una escala que se acepta como ascendente, pero eso, claro está, dependió del genio del pintor.
Las expectativas económicas para este año son ambiciosas: aumento del producto del orden de 4.5 por ciento con inflación de 10 por ciento menos, con tasas de interés a la baja y apenas alguna depreciación del peso frente al dólar y sin tensiones en la capacidad de pagar los compromisos externos. Más allá de los entusiasmos que suscita entre funcionarios públicos, algunos empresarios y banqueros, y entre los inversionistas, el funcionamiento de la economía provoca de todos modos muchas preguntas: Ƒserán los resultados favorables que hoy se tienen una base firme para impulsar una fase sostenible de crecimiento? ƑEstán ya sentadas las condiciones para evitar desajustes fiscales y financieros que generen inestabilidad? ƑSe han consolidado ya las condiciones para revertir el deterioro del nivel de vida de la mayoría de la población? El ajuste aplicado a la economía después de la crisis de 1995 ha dado buenos resultados, aunque se miden y se exponen más las ganancias obtenidas que los costos en los que se ha incurrido. La contabilidad oficial de esta economía (que como en muchos negocios es la que se presenta a Hacienda) carece de un capítulo de costos que haga más claro el balance y el estado de resultados, que es el que finalmente se debe aprobar o rechazar.
Estamos ya en marzo del 2000 y cerca de que finalice el periodo de un gobierno que se ha fijado como meta evitar una crisis de fin de sexenio. Los números agregados apoyan hoy ese compromiso y hay la capacidad financiera para sostenerlo hasta el primero de diciembre. Pero, por otro lado, estamos apenas en marzo y en términos de las elecciones faltan aproximadamente cien días. En cuanto a las decisiones de los votantes el 2 de julio podría preguntarse a quién favorece más la actual estabilidad y crecimiento económicos. Esa es una primera cuestión que debe interesar a los estrategas políticos para aprovechar las ventajas comparativas de sus respectivos candidatos.
Otro asunto derivado de la misma condición tiene que ver con la manera en que las ofertas de campaña se van a sostener después de la elección. Esto va más allá de las clases de inglés y las computadoras para todos los niños que no van a las escuelas privadas; más allá de la organización de cajas de ahorro para el financiamiento de pequeños proyectos empresariales y, también, de la defensa de los principios básicos de una política nacionalista.
Hay un agujero fiscal que no está reconocido: persiste la contención monetaria y crediticia que distribuye desigualmente el costo del ajuste; hay un enorme rezago en la generación de empleos y en la recuperación de los ingresos de las familias. El soporte a la recuperación que ha provocado la apreciación del peso, el alto precio actual del petróleo o la continuada expansión de la economía de Estados Unidos no van a durar indefinidamente y pueden volver a exponer la vulnerabilidad que todavía tiene la economía mexicana. Es cierto que cuando esto ocurra ya habrán pasado las elecciones. El tono de moda de esta temporada primavera-verano, electoral predominantemente, es el azul pastel. Tono conservador para estas tierras más tropicales.