DOMINGO 19 DE MARZO DE 2000

* La intérprete de Macorina confía en que lo material cederá a la belleza


El dinero sirve para callar a la humanidad, dice Chavela Vargas

* Saqué a la música mexicana de las cantinas y la llevé a las universidades, se congratula

Arturo Jiménez, enviado /I, Veracruz, Ver. * Estamos en el momento del oro. La persona que vale es porque tiene dinero, mientras el arte y la grandeza del individuo humano están marginados, afirma Chavela Vargas desde la recepción de un hotel frente al mar.

''Vivimos una confrontación mundial entre el dinero y el talento", dice en entrevista la octogenaria cantante mexicana-costarricense un día después de su concierto del martes 14 en este puerto, con el que se reinauguró el teatro Francisco Javier Clavijero.

''Y entonces, al talento le da vergüenza porque el dinero lo apachurra. ƑCómo será de poderoso el dinero en este (fin de) milenio asqueroso, que a un poeta le da vergüenza decir una frase frente a un billete? Qué tristeza. Para lo que sirve el dinero, para callar a la humanidad''.

Sin embargo, Chavela Vargas, la célebre intérprete de Macorina, la que resistió 35 años de parranda continua, la que vivió un retiro que creía definitivo por más de una década y que en los noventa renació de las cenizas para trabajar con los cineastas Werner Herzog y Pedro Almodóvar, aún atesora esperanzas:

''Pero pasará este auge del dinero y quedará el talento, lo humano, lo bueno del individuo, lo bello, su alma y todas las expresiones de maravilla que tiene. El dinero y toda la porquería, pa' fuera. No sé, se vivirá en otro mundo, una tercera raza o sepa Dios qué''.

La cantante, amiga de Diego Rivera, Frida Kahlo, Pablo Neruda y muchos más, comenta en esta entrevista sobre Juan Gabriel, José Alfredo Jiménez, Carlos Monsiváis, Juan Rulfo, Edith Piaf, Joaquín Sabina, Marcos y Gabriel García Márquez.

También aborda el perfil de los tiempos que corren, de su México, del binomio alcohol-creación, de su aplaudida versión de La Llorona, del concierto en el Clavijero, de los jarochos, de su renacimiento artístico en Europa.

 

ƑDe moda como el tequila?

 

-ƑCómo explicas este renacimiento artístico tuyo desde España y Europa, y esta especie de culto que te rinden como persona y artista? -se le tutea, pues no le gusta que le hablen de usted.

-Había la barrera del idioma en Alemania y se rompió totalmente al salir allá mi primer disco. En ese país se me dio un premio muy importante como ser humano, y la barrera del idioma se rompió a base de arte.

-Pero con este renacimiento, Ƒno será también que a Chavela le pasó como al tequila, que se puso de moda en todo el mundo? -se le comenta y ríe divertida.

-No. Yo me tomé todo el tequila de México. Después reaccioné, me di cuenta de lo que había hecho, pero me divertí mucho. Yo no soy como la mayoría de los artistas, que hacen desastres, unas son drogadictas, putas, y luego -dice fingiendo una voz pudorosa- se vuelven santas. No, yo en mi tiempo fui la vieja más borracha de México, punto.

-Y no te arrepientes.

-Para nada, y si volviera a nacer volvería a ser: šla borracha más grande de México! Y no me apena, así fue, así tenía que ser. Pero otros dicen: ay, que no digan de mí que fui drogadicta, que tomé esto, que fui prostituta. Se espantan. Tienen la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no serlo.

''Yo no, yo me volvería a llamar Chavela Vargas, volvería a nacer en el mismo año, tener los años que tengo, porque me he divertido mucho. Con el alcohol viví una temporada en la gloria, mientras no me agarró de manera espantosa. Viví muy feliz, disfruté mucho del alcohol, después fue el infierno, pero no lo niego, no soy hipócrita''.

-ƑEntonces el alcohol es como el amor, que te puede llevar a la gloria o al infierno?

-Sí, por ahí anda, porque te tomas un trago de amor y se te sube y estás en la gloria. Y cuando se baja, špas!

-Con esto del éxito en Europa, la referencia era en el sentido de que todos toman tequila, escuchan a Chavela, miran hacia la música popular mexicana, a José Alfredo Jiménez. ƑNo es pasajero esto?

-No. Sucedió un fenómeno muy bello. Yo empecé a cantar en España la música de José Alfredo, y la gente comenzó a fijarse que no sólo fue el mariachi de cantinas que disparaba balazos. No, yo saqué a la canción mexicana de la cantina y la llevé a la Universidad de Alcalá de Henares, la más antigua de España. Puse a Las ciudades allá arriba, y la gente la oyó y dijo sí.

 

Miles de Lloronas

 

-ƑQué es cantar para ti?, porque en algún momento has dicho que a veces hasta te da miedo llegar a la interpretación perfecta, como en el concierto del Clavijero, con La Llorona.

-Cantar para mí es subirme a un escenario, como esa noche, y hacer una creación de La Llorona, que la he cantado mil veces, mil veces diferente. Eso es glorioso. Esa Llorona es lo más difícil del mundo porque la garganta no da para decir lo que quiero decir. Es una canción bellísima, y eso quedará.

''Cantarla es crear, es un reto a mí misma, al público, al compositor, a quien hizo la canción, a quien la sacó de Oaxaca, pues es del dominio público, nadie es dueño de La Llorona. Y la comparan a la Llorona con la luna.

''Entonces yo la agarro, la saco y le doy vuelta y puedo decir que La Llorona ya no da risa cuando se dice -y canta a ritmo rápido y en tono picaresco-: 'Yo soy como el chile verde, Llorona, picante pero sabroso'. Ahí pierde todo, pero si lo digo -y repite el verso pero lento y como un susurro-, šes otra expresión!

''Eso quiere decir jugar con el arte, con las canciones, con las sensaciones del público. Yo hago creaciones. Por eso es que me enfermo en un concierto.

''Anoche me agarró un dolor en un pie y pensaba: no puedo salir del escenario. Le iba a decir al mariachi, cárgame, Ƒno? ƑY qué es eso? Estrés brutal, yo me reto a mí misma. Y eso es hacer arte.

''Y estoy dispuesta a retar a quien se me ponga enfrente. Cuando yo canté en el Olympia de París, la mayoría de las cancioneras de México dijeron que yo era una porquería, que no merecía cantar allí, que sólo la gente honorable.

''Entonces, dije, tiene que estar el teatro cerrado todo el año, si sólo es para gente honorable, empezando por la señora Piaf, que tomaba cocaína en el escenario''.

-A La Llorona casi la rezaste, pero al final la rematas con un grito.

-Es ya el grito de desesperación, de tener encerrado dentro del alma tanta cosa, tanto rezo. Y sí sirve al final el grito de rebelión, ya ante las puertas del templo, del templo de mi arte y de mi cuerpo y de mi vida, el grito desesperado del individuo humano.

''No puedo terminar una Llorona susurrada, no, es el grito como ser humano. Ese grito es de espanto ya, de miedo: 'šQué más quieres, quieres más!'. ƑQué encierra eso? Muchas cosas."

-Aparte del Olympia, ƑEdith Piaf tiene otras coincidencias contigo?

-La conocía mucho. Un poquito similar mi vida con la de ella. Enfermas cuando chiquitas, pero de emoción, porque fueron enfermedades tan parecidas, nos quedamos ciegas. Yo me quedé ciega sin saber por qué. Me dio un herpes de la frente a la punta de los pies cuando tenía un año. Fueron enfermedades sicosomáticas fuertísimas, de personas mayores de edad.

"ƑQué es eso? Pura emoción, un ser que viene a la vida y empieza a luchar desde que nace. Yo no podía hablar ni todavía cantar, y el cantar en mí es a veces un desahogo, una huida de mi propia cárcel: a la propia Chavela la suelto, que se vaya, y que venga cuando quiera."