JUEVES 16 DE MARZO DE 2000
* El acontecimiento, desagravio a la Iglesia mexicana
Rechaza el clero que hayan sido
cristeros los 27 canonizados
* Descarta que la santificación incomode al gobierno
Elizabeth Velasco C * Tras descartar que la canonización de 27 "mártires de la cristiada" pueda interpretarse como una glorificación de la lucha cristera, Oscar Sánchez Barba, postulador general para las causas de los santos de México en el Vaticano, manifestó que la respuesta de esa sede a este proceso, que se inició hace 68 años, representa una reivindicación para la Iglesia católica mexicana en relación con "algunas" versiones históricas sobre la época. Descartó que el acontecimiento haya causado ''molestia" o "desconfianza'' en el gobierno mexicano.
En prolongada y polémica rueda de prensa, reiteró que los 27 nuevos santos "fueron víctimas de la persecución cristera; no cristeros", y que "no tomaran las armas en la lucha cristera". Fueron laicos y sacerdotes, insistió, que "perdieron la vida en el cumplimiento de su servicio sacerdotal" y "acompañaron al pueblo; al pueblo perseguido, al pueblo sufriente, en su fe cristiana".
Rechazó que la Iglesia católica mexicana busque imagen con este acontecimiento y menos aún que tenga que pedir perdón por los "pecados" de esa época, pues "la historia la escriben los que ganan" y en el periodo comprendido entre 1920 y 1930, "el pueblo se levantó sólo para defender su fe.
"No fue la Iglesia la que dijo: 'vamos a levantarnos'. La Iglesia cerró el culto, porque el gobierno quería controlar a los sacerdotes de cada lugar y la Iglesia dijo no.
"La Iglesia no está casada con el gobierno, ni antes ni ahora. Y aunque tengamos relaciones Iglesia-Estado, cada quien tiene sus leyes. El gobierno de la Iglesia es un terreno espiritual, no terrenal. Claro que hubo tiempos en que tuvo su poder terrenal y por ello el Papa (Juan Pablo II) dijo en nombre de todos nosotros y de todas las generaciones la mea culpa", señaló en alusión al innovador gesto de Karol Wojtyla de pedir perdón por los "pecados" de la Iglesia católica.
Calificó el reconocimiento de los 27 nuevos santos como un suceso "histórico", porque nunca en la historia de la Iglesia católica se había hecho una canonización tan "grande" en número e importancia para América Latina, y aseguró que no ha causado "molestia" ni "desconfianza" al gobierno mexicano.
Porque, a decir del prelado, "estos santos del milenio" que serán un modelo que guiará a la Iglesia católica mexicana no buscaron el martirio, sino que fueron "víctimas de la persecución cristera"; es decir, de las circunstancias de aquella época.
Proceso estricto
ųSin embargo, sabemos que eventos como la cristiada son un poco confusos, más cuando existen diversas historias. Entonces, Ƒcómo es posible garantizar que los 27 nuevos santos no hayan participado, arengando a su pueblo contra el maestro de la localidad, o invitándolos a participar en algún evento violento, en la lucha cristera?
ųPara eso se hace un proceso. A todos ellos se les hizo un proceso estricto. El tribunal más estricto que existe en la Iglesia, y quizá en el mundo, también desde el punto de vista civil, es el jurado de la Congregación de las Causas de los Santos. En este fuero interno se estudia todo lo que dijo (el santo o los santos); lo que escribió; lo que dicen todas las personas que los conocieron; se mandan a todas las parroquias edictos donde se anuncia que fulano de tal va a ser canonizado y que digan en conciencia lo que tengan en pro y en contra de ellos. Es el tribunal más estricto de la Iglesia con sus dos mil años de experiencia.
Acompañado de José de Jesús Castellanos, director de Nuevo Criterio, órgano de difusión del Arzobispado Primado de México, Sánchez Barba negó también que con esta canonización la Iglesia católica mexicana busque "imagen". Se trata, dijo, de celebrar la "fidelidad del sacerdocio; la consagración y la obediencia a la Iglesia" de estos 27 santos.
Tampoco, insistió, hay razones para pedir "perdón", porque en el tiempo de la "revolución cristera" la Iglesia católica mexicana fue "fiel a Roma; si no hubiera sido fiel, entonces sí debería pedir perdón a la Iglesia".
En torno a los milagros comprobados a los 27 "mártires", encabezados por el sacerdote Cristóbal Magallanes, refirió la historia de Carmen Pulido Cortés, con cáncer de mama terminal y quien quedó "totalmente curada en un minuto", cuando se colgó una reliquia de los mártires. "Se hizo el proceso y en Roma fue unánime el reconocimiento del milagro".
A pregunta expresa, comentó que "todas las canonizaciones tienen su tiempo" y, en ese sentido, dijo que la causa del beato Juan Diego "empezó tardísimo, en 1972 desde el punto de vista jurídico", en tanto que la de los "mártires" comenzó en 1932. Sin embargo, dijo, "ya se demostró no sólo su existencia (de Juan Diego), sino sus virtudes en grado heroico, su fama de santidad y su milagro". De manera que "sólo falta tiempo". La canonización del beato, dijo, la van a hacer a finales de este año o en el 2001.
Comentó que además de la canonización de los 27 nuevos santos, que se celebrará el 21 de mayo en solemne ceremonia presidida por Juan Pablo II, en la Plaza de San Pedro, Roma, existen otras 30 causas de canonización de "mártires" de la lucha cristera, así como otras 400 de diversas regiones del país, la mitad en fase diocesana y otras 200 en su parte romana.
Es decir, explicó, "ya son siervos de Dios, venerables o beatos".